Párrafo 5.10

5.10 «El sacrificio en su sentido profundo, limpiar los rastros de tanta tragedia pasada y futura, es abrir el camino de la consciencia, es la felicidad, favorece la eliminación del tiempo; y el sufrimiento venera la secuencia del tiempo para que la vida sea indefinida, una experiencia patéticamente definitiva. Sufrir retiene la energía en un lenguaje contrario a la creatividad, confunde el sentido de las palabras atrapadas en los fonemas e induce a amontonar neuronas a modo de dique, creando un pantano donde las aguas no se renuevan, donde sólo se ejerce lo binario y se ahoga la vida».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

¿Qué tiene que ver el sufrimiento con el tiempo? ¿Qué la alegría con la superación de esa ilusión? Aparentemente nada, pero como siempre las apariencias engañan.

La atención obsesiva a las implacables agujas del reloj tiene que ver con el deseo de que nada cambie. De que pase el tiempo y sigamos igual. Sin la secuencia temporal, es imposible hacer esa satisfactoria comparación entre cómo eramos antes y cómo somos ahora. Iguales, ¡uff, menudo alivio! Alguna arrugilla más, pero poca cosa. Me sigo reconociendo.

Pero el tiempo puede afrontarse de otro modo. Como la aventura de que, en el próximo instante, no nos reconozcamos. Como la posibilidad de sorprendernos. Y es que por muy atrincherados que vivamos, nuestra armadura está llena de agujeros por dónde entran continuos mensajes que nos susurran: ‘nada es lo que parece, ni siquiera tú mismo’.

Es muy posible que, en esa percepción continua del cambio, entremos en una velocidad a la que el tiempo se difumine. Esta idea supera mis conocimientos científicos, pero recupero a un sabio aventurero que podeis leer aquí: si alguien viajara a 300.000 kilómetros por segundo, parecería que nuestro tiempo se hubiera detenido. “Para dos fotones que se miran, no transcurre el tiempo”. Si nuestro pensamiento viajara a tal velocidad, si fueramos capaces de aumentar nuestra velocidad neuronal hasta esos niveles ¿desaparecería la sensación del tiempo?

Como decía Hermes Trimegisto, como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Nuestro modelo social reproduce a gran escala la obsesión individual por permanecer. Por no cambiar. Por mirarse al espejo cada instante y comprobar que todo sigue igual. Aunque toda la evidencia indique que eso es imposible. ¿Puede una sociedad vivir en el continuo replanteamiento de sí misma? Si el replanteamiento no es espontáneo, las crisis nos lo imponen. Pero la actitud social ante las crisis es parecida a la del individuo ante las arrugas: un par de arreglitos y todo puede seguir igual. ¡Maldita crisis! ¡Está buena si se ha creído que me va a cambiar! Si el cambio individual nos da miedo, el social nos aterra. Sobre todo a los que creemos que tenemos algo que perder con el cambio.

Pero como decía Heráclito, no nos podemos bañar dos veces en el mismo río. Gracias a Dios, la vida es cambio. Podemos aceptarlo y vivir o quedarnos como la mujer de Lot: petrificados como estatuas de sal.

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12 Comentarios

  1. Enrique
    16 abril, 2013

    En cierto sentido, el tiempo es memoria; aunque puede que sea más preciso decir que es la memoria la que crea el tiempo. En uno y otro caso se trata de una retención, de algo que nos atrapa o que ha quedado atrapado, o ambas cosas a la vez.

    El espaciotiempo está sembrado de memoria, de intentos sucesivos de permanecer, de ser eternos en lo transitorio. Está repleto de marcas y rastros que acumulamos, para que quede constancia de cómo creímos estar alguna vez. Aunque no debería hablarse de memoria sino de deuda, de situaciones mal vividas que es preciso resolver.

    Porque hay otro tipo de memoria, aquella a la que accede el mensajero, una que contiene todos los mundos posibles y el cometido, o los cometidos, de cada ser.

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  2. Afrodita/Alicia
    16 abril, 2013

    Todo cuanto todos emitamos ya sea con nuestras palabras, o con nuestros gestos, o con nuestros silencios, va a ser interpretado por quienes lo perciban; del mismo modo, y por pura lógica, nosotros, cada uno de los que vivimos, vamos a interpretar las palabras y los gestos y los silencios emitidos por los otros.
    En parte de lo emitido, por cualquiera, puede no haber una intención consciente de trasmitir tal o cual mensaje, o puede estarla habiendo nada más con la mente puesta en determinado o determinados receptores.
    El receptor, a su vez, tendrá en función de su carga de recuerdos — o de eso que se llama “la experiencia”, tan mala consejera tantas veces — será proclive a interpretar de una forma o de otra; y a sentirse agredido, o contento, o indiferente, por lo que percibe y sin que necesariamente tengan que compadecerse su apreciación con la intención del otro.
    Me pregunto, si no tuviéramos memoria, ¿cómo percibiríamos e interpretaríamos el mundo y todo cuanto en él acontece?
    Si no tuviéramos memoria, nuestras palabras, y nuestros gestos, y nuestros silencios, ¿cómo serían?
    ¿Cómo seríamos todos sin nuestros lastres, y sin nuestros traumas, y sin nuestros fracasos, y sin nuestras frustraciones, y sin nuestros desamores, y sin nuestras deslealtades, y sin nuestros rencores, y sin nuestras culpas?
    ¿Qué estaríamos trasmitiendo a quienes nos ven o nos escuchan o nos leen o nos imaginan?
    ¿Cómo los percibiríamos?
    Pero ahí estamos todos, y todos cargados de tanto de todo. Y todos con nuestra voluntad tan prácticamente imposible de interpretar con limpieza absoluta.

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  3. Afrodita/Alicia
    16 abril, 2013

    El tercer párrafo lo he redactado mal, creo que lo correcto sería:
    El receptor, a su vez, en función de su carga de recuerdos — o de eso que se llama “la experiencia”, tan mala consejera tantas veces — será proclive a interpretar de una forma o de otra; y a sentirse agredido, o contento, o indiferente, por lo que percibe y sin que necesariamente tengan que compadecerse su apreciación con la intención del otro.

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  4. Qué-vedos?
    18 abril, 2013

    Caminaré descalzo por las calles callando y colmando de olvido los recuerdos malsanos que torcieron el rumbo del futuro sin tiempo que desnudo del nudo que la memoria ata matará de una sola, bien certera estocada, las certezas torcidas que quebraron la blanca blandura del insomnio que descansa en la tibia quietud que no se alcanza más que cuando a la vuelta de la espera colmada se estira, y se retuerce, y se enrosca en la mansa rareza de las horas que giran ignoradas.

    Y en su bailar sin ritmo y en el rodar que romo se buscará en el filo de la espada de un tiempo que parte en retirada, se encontrará en el centro mismo de la nonada que se zafó algún día de ser fiera enjaulada en la mismidad ciega que no supo atraparla.

    Y luego ya despierto, de par en par violácea la luz que a la negrura en el alba desgarra, rogaré a los albores de viejas malandanzas que dirijan sus pasos fuera de los caminos que transitan las almas de los que habiendo sido sin saber aguardaban a saber si no siendo algo que imaginaban llegarían algún día a ser lo que entre sueños de lejos vislumbraban.

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  5. SARA
    18 abril, 2013

    Por el momento me conformaría no ya con limpiar sino con no ensuciar… Esa sensación de dulce casamiento con el ahora para mayor disfrute de los que han de venir…. es menos peso.

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  6. Nuba
    19 abril, 2013

    Antes de cualquier todo solo eran,
    la memoria de la piedra en el agua
    del agua con la piedra,
    rozamiento incesante
    que cincelaba palacios en las cavas.

    Y no existía el tiempo
    Sólo habían la magia y el latido
    unas palabras mudas
    una obra, un fluir,. un sentir.

    Allí donde las luces jugaban a vestirse.
    Allí donde las sombras y el sol también tallaban.

    Y en la memoria del agua por la piedra
    de la piedra hecha arena, de la arcilla
    con el soplo del aire
    nos hicimos.

    Olvidar nos encierra.
    Cada neurona muerta es un olvido
    es una estrella muerta
    que genera un vacío
    donde no llega el aire.
    Y se engendran los nudos
    donde confluye el miedo
    que nos tapa los ojos
    que nos hace cobardes
    Olvido que nos para.

    La memoria nos hace.
    Sigue cantando salmos
    sigue alentando estrellas
    y proyectando sueños
    y por el aire llega
    y fluye por la sangre
    y el agua en la que somos
    nos sigue dibujando.

    Es por ella que la luz se hace forma
    Es con ella que viajan los mensajes.

    Es el ánfora que guarda los diamantes;
    el recuerdo, las notas, la mirada, los rastros,
    el mapa del tesoro, origen y destino.

    Sin ella estamos muertos
    o aún no hemos nacido.

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  7. Atila
    19 abril, 2013

    Una vez había un río que nacía en un monte, no muy ancho pero si profundo su agua era tan limpia que se podía ver el fondo.Hubo un gran temporal y cayó una piedra casi tan ancha como el, dejaba pasar muy poca agua y mucha se perdió en un terreno árido, pero el río fue capaz de agrandar los lados y el agua empezó a correr mejor, después se encontró un árbol caído y también tuvo muchos problemas para deslizarse hasta que este cayó al fondo, sus aguas nitidas estaban llenas de ramitas, piedras, hojas que empezaban a pudrirse, cadáveres de pajaros e insectos pero el río siguió con todo ello hasta desembocar en un gran río que a su vez terminaba en el mar. Hubo otro temporal pero como ya no tenia obstáculos, su agua volvió a ser tan limpia y nítida que hasta se podía ver como la gran piedra y el árbol también rodaban hasta llegar al gran río.
    Seria maravilloso que todos nuestros rencores, egos, egoísmos, ambiciones absurdas, ansias de poder etc acabasen en el mar como el río después de vencer obstáculos pero sin dejar que estos te paralicen y sus aguas nunca mas se ensuciaran

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  8. Trenzayluz
    19 abril, 2013

    Quizás, nos dejamos atrapar por demasiadas memorias absurdas que se recargan de manías imprescindibles; de quehaceres absurdos; de esfuerzos obsesivos; de metas cotidianas tontas; de dudas permanentes, donde dejamos prendida y stresada a la curva del prannayama… para hacer necesariamente imprescindible “la cosa”; así se descargan los corazones de sentidos, de latidos a muchas frecuencias…mientras las mentes, se focalizan en lo mucho del quehacer de lo primero sin sentir lo poco que palpitamos en lo segundo… Y los sentimientos no fluyen expansivos y las mentes no perciben más allá de lo tangible… y llegar a saber lo que tanta importancia pudiera tener… ¡sin saber!, una agonía innecesaria donde los lenguajes no se entendieron o no quisieron entenderse.
    ¿Cómo se van a saber utilizar los recuerdos, que no memorias?….pensarlo. Es por eso que los de la lengua Rom, decían: » Si no sabes a donde vas, acuérdate de donde vienes»… y todos glorificaban su pasado sin fanatismos. Porque los pueblos sabios, los de aquí para allá y otros, al son de la Naturaleza cambiante y con sus vidas más sencillas, podían respirar otras frecuencias con mucha más facilidad; viviendo otros licores, otras fragancias… disfrutando entre los recuerdos que más les calentaban, ¿no?… sin comparaciones odiosas, aunque la selección sea imprescindible; los cuentos de hadas no existen pero el alma sabe trepar por ellos.
    ¡Qué pelusona es la Trenza!…kilos de mimos que tién, oigan…

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  9. José
    20 abril, 2013

    Que hermoso pasaje. Le da la vuelta a lo que se llama, comunmente y de una manera equivocada, «sacrificio». Nos conduce al sentido de Sacralizar y al sentido de Redimir.

    De alguna manera nos enfrenta a la mentira del adoctrinamiento, a la forma de someter la vida al paso del tiempo, al temor de la muerte y su destino. Al sufrimiento como sentido de cierta esclavitud, al «valle de lagrimas», como camino de paso.

    Perez de Carrera nos remueve, nos altera la consciencia para despertar la alegria de conocer la dicha de la creación

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  10. Ángela
    20 abril, 2013

    «Cuando se rompen las normas del Tiempo, el instante más pequeño se rasga como un vientre preñado de eternidad. El éxtasis es el goce de sentirse engendrado en el infinito de ese instante.»
    La lámpara maravillosa. Ramón del Valle-Inclán

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  11. Rafa
    21 abril, 2013

    La tragedia, es una forma dramática cuyos personajes se ven enfrentados de manera inevitable contra el destino y los dioses.

    La consciencia es básicamente el conocimiento que un ser tiene de si mismo y su entorno, y la recepción de los estímulos del interior y el exterior.

    El fonema estructuralmente pertenece a la lengua, mientras que el sonido (el término persona, proviene de sonido), pertenece al habla.

    La creatividad se relaciona con el pensamiento original, del origen.

    En el libro de las 49 respuestas en el capítulo de Nuevos Horizontes , se dice.

    «Es facil entender que en un sistema cerrado la ene-
    rgía tiende a detenerse, por eso la vigilia del hombre
    ha de emprender la tarea de destruir incansablemen-
    te las fronteras de todo tipo que han levantado tantos
    cuerpos cansados por el miedo».

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  12. Nuba
    23 abril, 2013

    Acabo de leerlo, de escucharlo, de mirarlo…
    Sentí que la emoción tiene que ser la que diriga los vuelos del pensamiento.
    Pensé en vuestros escritos- todos- y en ese libro que me he regalado hoy, Ángela, gracias:

    http://andresneuman.blogspot.com.es/2013/04/la-lectura-como-cuerpo.html
    -yo leo lazo, donde él ha puesto nudo- ( risas).

    ( hoy, en clave de «Dragón-sin-fronteras» y caballeros con esas espadas, lo comparto)
    Salud y flores.

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