Párrafo 7.3

7.3 «Por otra parte, la memoria recrea actos mínimos con una minuciosidad exhaustiva, grabados una y otra vez en múltiples circuitos, mientras que sucesos de relevancia los deja pasar como una sombra difusa. Parece necesario especificar que ante la dificultad de incorporar a la voluntad lo no vivido, se recurre a la memoria».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Lo no vivido… ¿a qué se refiere el autor con lo no vivido? Se me ocurren varias posibilidades. La primera relaciona lo no vivido con situaciones evitadas en el propio ciclo de la consciencia, lo que no llegamos a convertir en vida por miedo, prejuicio, indecisión, todas aquellas opciones que inevitablemente marginamos al elegir. Quizá tales posibilidades de encuentro no desarrolladas se almacenen o sí se vivan de uno u otro modo a través de la memoria.

Por otro lado, si se refiere al mundo de los sueños pudiera ser que tal información viniera de ahí. Pero, ¿con qué conecta el mundo de los sueños? ¿Puede ser que el sueño sirva de puente y conecte con mensajes o memorias insertas en nuestras células, en nuestra genética? ¿Puede que esos mensajes no se hayan hecho conscientes aún por la incapacidad de asumirlos desde la razón? ¿Es posible que convirtamos entonces en recuerdo algo del futuro o de un presente preso aún, encerrado o custodiado por el bien de nuestro funcionamiento consciente o evitando su colapso?

Un recuerdo no sería entonces más que una recreación, una proyección, la ilusión de una vivencia recogida por nuestros sentidos, una creación imaginaria tan falsa como verdadera, tan relativa como subjetiva y cambiante… la percepción temporal, o la traducción a los códigos de la consciencia de nuestro estado y quizá, en otras ocasiones, de nuestra libertad futura, de nuestras memorias más puras, de las que hablan de nuestro destino real.

Esto hace que me plantee si la memoria puede ser transformada por la voluntad, o dicho de otra manera, si se puede acceder a la memoria desde la voluntad de recordar o desde la voluntad de descubrir, o si, en cambio, caemos en el error al pensar que el camino a la memoria es la voluntad, y no el trabajo profundo; si, como sucede en demasiadas ocasiones, convertimos la voluntad en voluntarismo impostado, puede que nos encontremos muchas veces enmarañados entre falsas y pobres conclusiones sobre nosotros mismos y nuestras conductas y dificultemos por ello el acceso al conocimiento.

Y es así como convertimos el supuesto recuerdo en obsesión, afianzándolo en el estatismo del convencimiento, frenando la posibilidad de evolución y de apertura a aquellas memorias de lo no vivido que quizá se hagan conscientes un día por sorpresa y no por el empeño de la razón, que como se ha dicho y retratado en alguna ocasión «…produce monstruos».

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16 Comentarios

  1. M Jara
    27 abril, 2014

    Quizá si esté al alcance de nuestra voluntad el intento, al menos, de lavar nuestro saco de los recuerdos, procurando el olvido, perdonando y perdonándonos como paso previo para avivar esa Memoria que nos acerca a la experiencia de otras vibraciones, espacios y colores.
    Siento que se trata de un puro acto de voluntad, aplastantemente sencillo, pero ¿por qué nos resulta tan difícil? ¿Por qué elegimos la pequeñez conocida? ¡qué aburrimiento, oye!

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  2. Afrodita
    27 abril, 2014

    Todos los que participan hacen su interpretación personal de los textos.
    De todas las interpretaciones parece desprenderse el convencimiento de que los humanos tenemos las posibilidades y las herramientas por medio de las cuales cambiar.
    Nunca he entendido el por qué de esa esperanza que siempre se me antoja obstinación.
    Todos somos conscientes de nuestra fisonomía, de nuestra estructura corporal.
    Sabemos si somos altos o bajos, rubios o morenos, si nuestros ojos son azules o marrones, si nuestros huesos son largos o cortos o delgados o rotundos. Y sabemos que esa estructura será nuestra para siempre, y que las modificaciones serán por mucho que nos esforcemos superficiales, aparenciales siempre.
    Si acudimos a un gimnasio y nos empleamos a fondo a lo mejor modificamos nuestros músculos, si nos sometemos a una operación de cirugía estética nos mostraremos ante los demás con una nariz diferente de la original, o con unos ojos más o menos grandes o rasgados dependiendo de cómo el cirujano trabaje nuestros párpados.
    Pero la base, la estructura, la esencia, los cimientos, no dejarán de ser los que son.
    Nos empecinamos, sin embargo, de que todo lo que queda en el terreno de lo intangible sí es modificable.
    Nos obstinamos en que mediante esfuerzo, o voluntad, o adiestramiento, o esperanza o fe más o menos ciega, lograremos ser algo que a saber si hay de ello una pequeña briznita en nosotros.
    Pienso que eso es vivir de ilusiones que dudo tengan demasiado fundamento.

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  3. Leocadia
    28 abril, 2014

    Si nos consideramos seres ya completos en nuestro desarrollo, concluidos, finitos , hechos ya a imagen y semejanza de nuestra esencia, estructura o cimiento real, puede efectivamente que no tenga sentido plantearse nada en cuanto a una posible evolución del ser humano, desde su individualidad.
    Si, sin embargo consideramos que el hombre no está aún como es, la implicación en nuestra propia vida adquiere otra dimensión. Al menos esta intención de descubrimiento de uno mismo y si nos ponemos en plan sociólogos , del ser humano en general, me resulta más estimulante que lo planteado en primer lugar.

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  4. Mariana
    28 abril, 2014

    Voluntad.
    Escapar de los problemas parece la solución más sencilla, pero sólo adquirimos fuerza al luchar contra un oponente poderoso y ése es nuestro ego, que nos aprisiona y nos hace vernos separados de los otros y de nosotros mismos.
    Nos identificamos con nuestro cuerpo como si fuera lo más importante, lo que refleja nuestra esencia, cuando lo que suele representar es simplemente una cárcel para el alma. ¿Cuántas veces nos sobra el cuerpo y lo vemos desde arriba como un traje estrecho que nos roba el aire?. Nuestro ser real, el alma, es libre y tiene su espacio en la inmortalidad. Pero asumir la responsabilidad del libre albedrío nos da mucho vértigo y puede llevarnos a la parálisis; caer en errores aún aspirando a la pureza es inevitable, pero no queda otra que comprometerse, pararse es ir contra la vida, todo se mueve, todo está en vibración. Quizás nuestro deber más elevado consista en desarrollar la naturaleza divina que hay en cada uno de nosotros, pero eso hay que creérselo. O te lo crees o no te lo crees.
    Si tenemos la suerte de que nuestros amigos coincidan en esta búsqueda de algo superior, transcendente, yo me atrevo a decir de Dios, la amistad que puede forjarse será verdadera y duradera. ¿Quién sabe si la amistad es la forma más elevada de amor y no nos damos cuenta, perdiendo el tiempo en competiciones infantiles?.
    Creo que la voluntad es imprescindible como fuerza que impulsa la unión del hijo con el padre, del alma con su origen. Pero sin entendimiento ¿cómo desenmarañar las memorias?. He aquí el misterio de la Fe. Dios dirá.
    Abrazos.

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  5. Rafa
    29 abril, 2014

    ¿ Que entendemos por sucesos relevantes ?.

    De todo lo escrito yo amo sólo aquello que alguien escribe con su sangre. Escribe tú con sangre: y te darás cuenta de que la sangre es espíritu.

    «. Escribir con sangre centra la atención en el misterio de cada cual, pone en tela de juicio que lo más profundo sea comunicable y señala como única vía de acceso la memorización. Memorizar en el sentido de incorporar al alma propia, de apropiar la sangre -quizás valga decir, en el sentido de «transfusión».

    ¿Tiene alguien, a finales del siglo XIX, un concepto claro de lo que los poetas de épocas poderosas denominaron inspiración?.

    El concepto de revelación, en el sentido de que de- repente, con indecible seguridad y finura se deja ver, se deja oir algo, algo que le conmueve y transtorna a uno en lo más hondo, describe sencillamente la realidad de los hechos.

    Se oye, no se busca; se toma, no se pregunta quién es el que da; como un rayo refulge un pensamiento, con necesidad, sin vacilación en la forma.

    Yo no he tenido jamás que elegir… la involuntariedad de la imagen, del símbolo, es lo más digno de atención; no se tiene ya concepto alguno; lo que es imagen, lo que es símbolo, todo se ofrece como la expresión más exacta, más sencilla.

    D e igual manera NIETZSCHE menciona una teoría llamada EL SUPER HOMBRE, y lo define como el creado que forja su existencia a partir de su pensamiento, imaginación, voluntad y sensibilidad, tal como el artista crea su obra.

    De NIETZSCHE, en (Ecce Homo, y Así Hablo Zaratustra)

    Y además para Zaratustra, Dios no dice nada (Porque Dios ha muerto).

    Un abrazo

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  6. Mariana
    29 abril, 2014

    ¡Ay, del corazón ajado!
    Peces flotando en charcos de sangre.
    ¡Ay, del pensamiento preso!
    ¿Cómo se lava la sangre
    que baña los sueños?.

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  7. Ipso Facto
    29 abril, 2014

    Afrodita acierta con esa imagen del querer cambiar los aspectos externos y no los internos, que a su vez producen cambios en los otros. Mucha práctica deportiva no es que sea inútil, lo mismo que la de masajes, costuras, cremas, vida galante y demás. Lo que pasa es como no se ha cambiado lo otro se aprovecha mal.
    Hacedle caso a Afrodita, que para eso se ha bautizado de tal guisa. Y como decía un gran historietista de viñetas: ¡Cuida tu alma, y resplandecerá el resto!
    Pedro no hay forma

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  8. Nuba
    29 abril, 2014

    Me quedo con dos de los mensajes:
    «Memorias que quieren atravesar pero que dejamos ir.»
    Viviendo tan pegados al suelo, tan deprisa, corriendo detrás del tirano tiempo, tan aturdidos de ruído, lléndonos al inmediato siguiente, sin saborear el aroma del presente, despacito, despiertos…
    Si supiéramos hacer ésto, viviríamos mil vidas en una y no nos perderíamos.
    Cuando miramos a un otro a los ojos, aunque desconocido, lejano si me apuras, en una foto, en una piedra, en un árbol, en donde sea, en sus palabras, en su voz, en su porte o en su estructura, esa visión siempre nos revela algo, porque todos formamos parte de algo más grande que existe, en todo.
    Y si lo hacemos, ahí hay un descubrimiento, ahí está escondido un verso, una pena, una alegría o una esperanza. Entonces, toca olvidarse del uno y de su recipiente porque en esa memoria que viene, sólo apreciaríamos al otro, lo otro, y eso otro nos recuerda a nosotros en algún momento y puede que nos rellene de futuro.

    Es realmente «difícil incorporar a la voluntad lo no vivido».
    Esto tiene tela! porque lo no vivido no está archivado en los circuitos conocidos por el consciente, lo no vivido claramente pertenece a otros espacios y aún así nos llega.
    ¿De dónde llega? llega de otros momentos que se funden en la ráfaga de ritmo que atisbamos en ese instante?..
    A mí me gustaría mucho saber de dónde llega pero creo que eso no es relevante en el ahora, creo que eso que nos llega, eso que además, a veces, volvemos a encontrarlo en el futuro, con otras apariencias, pero con idéntico símbolo debe tener una función.
    Siento que lo no vivido que nos llega, es un hilo de oro, una pista, una mano tendida que venida de «más allá del tiempo» en forma de esa otra «memoria universal de onda» es el susurro, ese amor de aire que viene del cielo y nos empuja.

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    • Nuba
      29 abril, 2014

      Imperdonable ese llendo que por no querer irse tan deprisa, se puso rojo y pide disculpas.
      Y ahora sí ahora ya me voy yendo..:

      ( Oye Rafa, ya me gustaría hablar algún día contigo de los filósofos alemanes.. no de todos, pero es que estos dos que has citado recientemente..sobretodo a Heidegger ,el de Freiburg, pero también Nietzsche y su mal traducido «superhombre» pues son de cuidao….
      Übermensch ( entiendo como sobrehumano, transcender de lo humano) y te preguntaría cual de los Nietzches… porque fueron muchas palabras, algunas brillantes, luminosas, pero otras negras, desafortunadas, y estas últimas, como la verborrea de Heidegger, del que no acepto nada porque no le creo..( me enfada leerle, lo admito)
      fueron cogidas al vuelo y manipuladas .y tuvieron consecuencias.
      Enfín que no conozco a fondo la obra de ninguno de los dos, pero que demasiada moral, demasiado nacionalismo aún citicando nihilismo y sobretodo, sobretodo demasiada ideología. Ojalá Nietzsche hubiera profundizado en la música y la poesía donde si que aparecía claro. ( interpretaciones éstas totalmente subjetivas, claro)
      Y es que a mi, francamente, todo esto del bien y del mal, del demonio y del dios, y de arriba y de abajo, me parece irreal y se pasaron las vidas rellenado libros sobre lo mismo.. sin mirar los colores? sin mezclarse. Uberalle? pues creo que necesitamos hombres que vuelvan a ser humanos, que lo recuerden, como decía alguien:los antiguos, sí éstos, que vuelvan a enseñarnos lo que hemos olvidado, nos hemos olvidado de los otros seres, de los otros hombres, como tu dijiste, de ese que está en nosotros pero no «uber».)
      No pretendo una crítica de tus escritos que valoro sinceramente, de los que aprendo, Cervantes del que me descubres mucho y sobretodo de ese Rafa, que dice unas cosas precisas y que me parecen sabias y tiernas. Sólo que no me gustan esos dos, quizá sólo la mitad del primero.

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  9. Rafa
    1 mayo, 2014

    Querida Nuba.

    Si tú y yo, habláramos de filósofos alemanes, (que además hay muchos), acabariamos hablando de gastronomía del alto Pirineo, o del Ibex 35; porque yo de filósofos alemanes, sé lo justo.

    Pero si existe un individuo, al que ya, no solo como filósofo, si nó como ser excepcional, le tengo verdadera devoción, y he intentado desgranar en cierta medida su obra y su vida, que prácticamente se confunden, (pues se comentó de él, que vivía en un mundo que habitaba el solo) ; este es Friederich Nietzsche.

    Creo que fué alguien que puso el verdadero conocimiento como fundamento de su vida, y su vida al servicio del conocimiento.

    Como sabrás, tuvo una enfermedad, casi durante casi toda su corta pero intensa vida,; pues bién, hasta su enfermedad le sirvió para impulsarse.

    La falta de sistematización en su trabajo, propició que el nazismo tergiversara para utilizarla en su beneficio,su teoría sobre el super hombre, pero esto no le resta méritos ni valentía a su trabajo personal.

    Para él, la Modernidad es un empobrecimiento del logos, y la Ilustración es la época en la que comienza la oscuridad, y yó no puedo estar más de acuerdo.

    Bueno sería imposible, el intento de explicar a Nietzsche, en unos párrafos.
    pero sí que te invito a que profundices en la medida que puedas en su obra, sobre todo porque, acerca de la Música y de la Poesía escribió maravillas.

    Un abrazo

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  10. Nuba
    1 mayo, 2014

    Gracias por tu generosidad al contestar y explicarlo tan bien.

    Confesaré algunas cosas sobre él que me sugirieron ya cuando intentaba leerle hace años, y va sobre la memoria.

    Acostumbrada a los cielos y a los paisajes de mi entorno me sorprendía dolorosamente que él arremetiera contra las nubes, aunque después he leído que volvía a llamarlas. ( en «AL MISTRAL», qué poema!)

    Me da la impresión de que le costaba ver las estrellas en la noche y llamaba a la luna «demente» y la luna es parte de la tierra ( algún día lo demostrarán) seguramente porque él no era un ser de luna pero yo sí lo soy.
    No he sido capaz de ver su naturaleza femenina- y eso, lo reconozco necesitaría de más empatía por mi parte. Lo que sí es cierto es que es un gran seductor y provocador y que su sufrimiento y sus emociones traslucen la inmensa soledad de su alma.
    Pero no cabe duda de que su mayor pensamiento político estuvo anclado en esa Europa que los alemanes piensan que empieza y acaba en ellos y sus vecinos del norte. No miraron al éste ni al sur ni mucho menos se plantearon que la tierra les desborda en sabiduría y en riqueza.:

    «…-¡Pues el rugido de la virtud,
    amadísimas muchachas,
    es ante todo
    ARDOR europeo, avidez europea!
    Y heme aquí, ya,
    como europeo,
    no puedo ser de otra manera.
    ¡Dios me valga!
    ¡Amén!…»
    ( y me atrevo a contraponerme a él en mis orígenes- ya me di cuenta cuando viví entre ellos- esa europa me es mucho mas lejana que la que existe más allá de München, mucho mas lejana que el Oriente y a años luz de África y nuestros hermanos americanos)

    Pero el verdadero encontronazo con su personaje, que no con el ser, que tengo con éste señor, probablemente influenciado profundamente por esas religiones «protestantes» y sin Virgen de ellos, es su empeño en que hay que encontrarse con el mal y con el demonio y sufrir y quedarse herido de muerte para poder alcanzar la luz, el conocimiento, ( hay que ve.. como trata a Ariadna, que bello pero sobrecogedor lo que pone en boca de Dionisios:
    «¡Sé astuta, Ariadna!
    ( no me hace falta esa virtud)
    Tienes orejas pequeñas, tienes mis orejas:
    ( ¿tú que sabes lo que yo escucho?)
    ¡Alberga en ellas una palabra sagaz! ( -silencio-)
    ¿No hay que odiarse primero para luego poderse amar?…
    ( no, jamás)
    Yo soy tu laberinto.
    ( no no lo eres, porque yo tengo el hilo)

    PERO
    Sólo por esta pequeña frase, y sólo porque fue «sólo loco, sólo poeta» – y padeció una enfermedad terrible- algún día quizás me atreva a volver a sus memorias:

    » Has de volverte más pobre,
    ¡sabio-necio!
    Si quieres ser amado.
    Sólo se ama a los que sufren,
    sólo se da amor a los HAMBRIENTOS,
    ¡empieza por regalarte a ti mismo, oh Zaratustra!»

    Sublime.
    Gracias Rafa por hacer que volviera a encontrarle.

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  11. Beucis
    1 mayo, 2014

    Queremos someter al tiempo; también al espacio. Queremos controlar, entender: el nudo, el desarrollo, el desenlace. Que nada escape a la secuencia de la acción. También queremos localizar esta acción convenientemente. Si no podemos o queremos convocar nuestra voluntad, recurrimos a la memoria que pisa una y otra vez senderos conocidos, que repite lo ya acontecido sin abrirse a lo desconocido, a la aventura; que ahonda surcos y da paso a obsesiones.
    La poesía, la obra de arte, el trabajo científico de búsqueda que amplía fronteras de ignorancia; el querer con humildad abrir encuentros con la mística, con todo este profundizar en la voluntad, en querer encontrarnos con nuestro yo profundo, con el dios que habita nuestro interior. Todo esto nos llevaría a diluir memorias pasivas, a encontrarnos con memorias del pasado llenas de siembras prometedoras y con memorias de futuro preñadas de posibilidades.
    Si leemos Ulyses , de Joyce, y, deambulamos en su compañía por los espacios de Dublin, en un tiempo corto y cargado de acontecimientos, nos sentimos abrumados . Los minutos, cada hora, están densos, saturados de aconteceres; no hay linealidad; los espacios históricos se simultanean. Acontece todo con las pautas de una misa; de un torneo medieval. Ulises se reencuentra con Nausicaa, como un amor en la lejanía, batido por el mar. Y en todo este transcurrir de acciones que no transcurren si no que concurren, nos sentimos saturados, sin reposo, pero con posibilidades de encuentros nuevos.
    Ulysses ha abandonado Ítaca al principio del día; vuelve con la noche. Su recorrido es el que es. Su llegada es a un origen transformado; su paraíso no es el mismo; él tampoco. Todo su recorrido es el que merece. La Itaca que le recibe, su paraíso perdido y al que llega después de su travesía, carece de grandeza, Penélope y él se encontrarán, también sin grandeza.
    Pero el mito nos enseña que cambia, que nosotros también cambiamos. Como Ulysses deberemos volver transformados; Ítaca, Penélope, también. Y el tiempo y el espacio serán percibidos de forma distinta.

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  12. Rafa
    2 mayo, 2014

    Excelente comentario Beucis,

    Enhorabuena

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  13. Atila
    2 mayo, 2014

    Un filosofo muy conocido que casi siempre estaba enfermo y se pasaba muchas horas en la cama pensando a veces en las musarañas viendo una mosca y observándola creo que invento las líneas paralelas. Muchas veces nos contemplamos tanto el ombligo y volvemos a recordar un suceso de como nos miro alguien y que pensaría de nosotros y una y otra vez pensando lo mismo o en una reunión de señoras se habla de como se hace el redondo o como hemos dormido porque algo nos dolía nos perdemos las expresiones de las personas allí reunidas y la verdad que observando a la gente se puede aprender mucho:
    Como se mueven, quien quiere ser la protagonista, la acomplejada que no se atreve a hablar, la que e mira sus zapatos pensando si son de la categoría suficiente para ese momento…
    Hay noches que se despierta uno angustiado y pide al «Yo Superior» o a su Ángel o aun ser querido que ha muerto, ayuda y al poco rato nota soplos en su cara o que mirando al Sol un atardecer ve salir a un ciclope azul con enormes pies, (no tienen porque ser hechos personales) o de noche se levanta y ve un enano sonriente y tantas cosas extrañas que creemos que son fantasías… o a lo mejor no, que nos hacen dejar de dar vueltas en ese laberinto y salir volando al encontrar la salida

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  14. Mandrágora
    2 mayo, 2014

    Qué pasa con aconteceres que suceden y no se perciben, ¿será porque como alguien ha comentado da miedo, fustiga demasiado y por eso lo aparcamos, o simplemente no hay capacidad de asimilación y no son convertibles en elementos conscientes? Posiblemente sean las dos cosas, pero no por ello deja de ser frustrante ser receptor de ese mundo de sombras que nos cita el autor y que al desván se vaya por no ser capaz de gestionarlo.

    La memoria aparece como un sucedáneo, como un entorpecimiento, pero el olvido tampoco deja paso a otros cauces si previamente no están incorporados, o sí, y es necesario para salirse de los mismos circuitos ¿Sabe uno dónde está y de qué herramientas dispone? Qué hacer, ¿buscar en lo que no se conoce o dejar que la novedad asalte para ofrecer otra recolocación? Memoria como instrumento para valorar, atención y nitidez, voluntad de relacionar para reconocer. Pero parece que la valoración que uno mismo se ofrece no concuerda con la incidencia y el impacto real de determinados mensajes, entonces ¿para qué seguir escudriñando? ¿Abandonarse a lo constatado tratando de evitar elaboraciones intermedias? Presumo que va por ahí.

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  15. Icono-Plasta
    3 mayo, 2014

    Lo que me gusta de este blog es que luego de estos años, que iban para cientos de otros por publicación quincenal que se convertido en semanal, gracias al Dios Aventurero o aconsejado, es que la inicial marea de comentadores se halla quedado en no más de 10, autor y aventureros/as aparte.
    Cuesta y requiere paciencia, valor (ante los afeamientos comentaristas), intento comprensivo y demás permanencer al cabo de la publicación. Yo otorgaría a tales pacientes contribuidores comentaristas supervivientes algún tipo de mérito, premio, halago, agradecimiento, etc. por permanecer más fieles que parroquianos de religión alguna a este intento de religión conciliadora.

    Que así sea por los años de los años que restan.

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