Párrafo 10.17
10.17 “En este sistema de pensamiento, en el que resulta apasionante profundizar, destaca la presencia simbólica del baile constante entre lo masculino y lo femenino, en una representación avanzada de los hemisferios que alternan y complementan funciones en el complejo juego cerebral del pensamiento. La complejidad emotiva y el impulso activo analítico definen el primer estadio de pareja como buscadores internos que anhelan, desde el misterio mutuo, el vehículo del amor en convocación de trascendencia».
COMENTARIO DEL AVENTURERO
Tanto lo analítico como lo emocional en la forma en la que el pensamiento opera, funcionan como dos impulsos. Dos impulsos de crecimiento, desarrollo, comprensión de lo que nos rodea, de lo que somos…
Lo analítico se asociaría a lo masculino y a la energía yang y lo emocional a lo femenino y a la energía yin en la filosofia Taoista y en el planteamiento del Libro del I Ching.
Este baile o juego de ambos aspectos, es una representación de nuestro funcionamiento energético, y puede que configure el funcionamiento de lo que nos rodea, como si de un reflejo se tratase… Así de esta manera un paisaje exógeno sería el resultado de un paisaje interior. En el libro de las transformaciones, se describen los exagramas, como parejas de ideogramas (un ideograma se correspondería con un trigrama) que representan los elementos de la naturaleza en paisajes concretos, cualidades determinadas o jerarquías en un grupo.
El aspecto femenino y el aspecto masculino de cada uno de nosotros está fluctuando y recorriéndonos constantemente, dibujando paisajes. Toda la proyección que se pueda hacer de ambos en un equilibrio dinámico nos impulsaría hacía un desarrollo de nuestro funcionamiento energético. Y esta se produce como resultado de una intención.
Si ambos aspectos no son opuestos ni complementarios, porque el uno y el dos dan lugar al tres… hay un misterio de el uno para el otro que se convierte en una búsqueda.
Una búsqueda, alentada por el amor, como fuerza que nos impulsa a trascender, a ir más allá de la dualidad.
3 Comentarios
Mujer en el alfeizar
20 marzo, 2016Sé que no estoy durmiendo. He terminado justo de acostarme y escucho la radio. Siento un poco de frío y me cubro, sobre la colcha, con la mantita roja que tengo siempre a mano sobre el escabel. Sigo despierta y escuchando, no sé si prestando atención pero sé que sí despierta y me veo, “me sé”, de repente, sin quererlo ni saber por qué, envuelta en la mantita roja durmiendo, tranquilamente, en el alfeizar de la ventana a la altura de los quince metros que debe de tener, más o menos, el piso en el que vivo.
Veo que la «yo» que duerme en el alfeizar no tiene miedo.
Yo, en cambio, la que piensa a la que duerme, siento pánico.
Un pánico tan espantoso que me incorporo, en la cama.
Subo el volumen de la radio y enciendo la luz, y un cigarrillo.
Aun contra mi voluntad la imagen sigue, ahí, en el alfeizar, tranquila, de costado, tan “yo” como yo misma pero sin miedo.
Sé que no es cierta, que mis ojos de verdad no están viendo a esa mujer en el alfeizar.
Pero la sensación que me produce la imagen que ha forjado, por su cuenta, mi cerebro, es tan verdadera, tan angustiosa como si la imagen fuera real.
Mi razón quiere tranquilizarme «no te preocupes, sólo es una sensación, estás en tu cama».
La emoción me contesta «no te preocupes, estoy muy tranquila, sólo soy la sensación de estar en el alfeizar».
Y razón y emoción se comprenden perfectamente la una a la otra.
Pero no se invalidan mutuamente, ni se neutralizan.
Caminan en paralelo, tan amigas, como si la «identificación» de mí misma, la consciencia del yo en la que se alojan, estuviera dividida a su vez en dos consciencias diferentes pero también amigas.
Y el pánico no cede.
Y la razón no ceja.
Hasta que, por fin, mis consciencia y yo nos quedamos dormidas…
Rafa
24 marzo, 2016Os recomiendo ver una película de Liliana Cavani del año 1977 titulada
«Mas allá del bien y el mal»,
e inspirada en la famosa frase de Friedrich Nietzsche.
Un abrazo
Loli
27 marzo, 2016¿Qué significa aprender?….¿atrapar una información o….entender?.
La certeza de algo comprendido, no viene del análisis concienzudo…viene de la emoción….y las palabras para expresarlo son buscadas en el archivo quizás aún insuficiente del lenguaje, desde un pensamiento ralentizado, que finalmente no parece capaz de describir lo sentido.
Hay una zona profunda y medial en el cerebro, el tálamo, ¿donde se tamiza lo sensorial y lo analítico?, ¿se daría lugar entonces a lo denominado «sensitivo»?. El caso es que es en el «tálamo nupcial», donde se produce el encuentro entre las dos energías, femenina y masculina, y de ese encuentro nace «un tercero».
¿Qué energía será la nacida, o la que intenta nacer, en el desarrollo evolutivo del ser humano?.
Aprender requiere pasos, hábito y su mantenimiento….pero estamos acostumbrados a confundir aprendizaje con memorización, cuando también se sabe que la memoria carece de una localización cerebral, y que en realidad lo que supone es una especie de «modificación de la eficacia sináptica» de los circuitos neuronales, y que esa eficacia dependen, fundamentalmente de cómo se active el sistema límbico, la motivación emocional.
Motivación y deseo son dos conceptos que fácilmente se enredan ….pero, no creo que signifiquen lo mismo. La motivación, la emotividad (en otro blog se habló de ello, y se explicaba muy bien), sugiere poner en movimiento, y movimiento es la «danza» que se nombra en el texto, y fluctuante el símbolo de dos curvas sinuosas entrecruzándose….
Pero, ¿en qué se reflejaría el nacimiento, aunque fuese aún efímero, de ese tercero que sería la consecuencia de los encuentros continuados, en nuestra estructura física, de dos vibraciones mantenidas, y ¿sería, entonces, esa fluctuación, la razón del desarrollo de nuestra vida…su soporte vital?