Párrafo 20.18
20.18 «Las particularidades irrepetibles de cada hombre, la subjetividad desde la que recibe la vida y la responsabilidad incompartible ante el destino hacen que en cada organismo la crisis entre elementos exógenos y endógenos tenga matices únicos y sea experiencia intransferible. En este sentido, antiguas formas de medicina han predicado que no existen enfermedades sino enfermos, y son matices que no deberían ser olvidados o desterrados como falsarios.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Porque solo existes tú, porque solo existo yo. Cada ser humano es por definición el centro del universo, y así nos sentimos, como el epicentro sensible de una realidad múltiple, que al final parece quedar encerrada en la singularidad de cada persona. Pero no hay definición de mí sin que exista el tú, ese otro que nos permite mirarnos haciendo de espejo. Cada coordenada del universo es distinta a todas las demás, no recibe la misma información ni está afectada de igual manera que sus regiones vecinas. Del mismo modo, cada ser humano se encuentra en una encrucijada única dentro de un peregrinaje con multitud de compañeros de viaje. Se dice en el Bhagavad Gita que “es preferible errar en tu responsabilidad que empeñarte en hacer cumplir la de otro”.
Somos únicos, y por lo tanto, la manera en la que cada ser humano puede enfrentar y transformar el mundo ha de ser respetada con la solemnidad de saber que no habrá nunca jamás en la historia de los millones de años de la tierra alguien como tú, alguien como yo.
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1 Comentario
Loli
26 febrero, 2022Puede que la verdadera “objetividad” sea, precisamente, aquello que denominamos “subjetividad”.
¿Qué subyace detrás de este último concepto?.
Creo que alude precisamente a algo que se encuentre por «debajo» de la consciencia no como inferior, sino como…oculto.
Una consciencia en edad aún temprana, muy dependiente de referentes bien definidos.
Puede, entonces, que una extensión mucho mayor de lo que reconocemos como “objetivo”, por lo tanto, más amplia y auténtica, se encuentre “tapada” por el manto de la ignorancia invalidante que supone la prepotencia y el empoderamiento, vacíos, siempre, de contenido real.
Y, es esa subjetividad…oculta…, la que pone de manifiesto la singularidad de cada uno de nosotros.
Una singularidad única e irrepetible.
Si tenemos en cuenta que nuestra percepción del mundo alimenta y moviliza la consciencia hacia su desarrollo, es la proyección, la imagen de espejo, la base en que nos apoyamos para recoger esa percepción a través de los sentidos.
Re-conocer, de nuevo, y descubrir la nueva experiencia, aprender….
Igual podríamos concluir que el pensamiento derivado de esa experiencia…, también se proyecta en el mundo….
Puede que, entonces, haga, del mismo modo, que la historia discurra por unos senderos u otros…o de forma poliversa.
Si cada uno de nosotros es único y nuestra proyección sobre el mundo, también lo es…, seguramente hay un montón de recorridos desconocidos del hombre que hacen su Historia.
Puede, entonces también, que exista la Historia real, “subjetiva”, oculta, compleja y diversa…., mucho más amplia…, escrita ya.
Depende de nosotros, de cada uno de nuestro irrepetible hacer, quizás, que la Humanidad recorra los caminos que conduzcan a esa “subjetividad” individual de cada uno, para acceder a ella…, con mayor o menor velocidad.