Párrafo 12.18

12.18 «Hasta los siete años se van consolidando los referentes sensoafectivos, se desarrollan los sentidos, por lo que hay que acercarse al niño con limpieza, firmeza y cariño para congraciarle en su compromiso con la vida».

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Limpieza, firmeza y cariño.

Limpieza para evitar que los sentidos del niño se desarrollen saturados de confusión: la confusión que surge al tratar de interpretar mensajes en los que la carga emocional y los componentes racionales entren en colisión, se contradigan, estén tergiversados. Claridad y transparencia son sinónimos aquí de sinceridad, y antónimos de hipocresía, disimulo, doblez. Es tan fácil engañar a un niño… Y está la sociedad tan plagada de mensajes hipócritas y tramposos…

Firmeza para, precisamente, conseguir que se fijen sin ambigüedades y con perdurabilidad en su mente las sinapsis neuronales correctas y adecuadas a su estado de formación, aminorando el riesgo de una implantación de contenidos polisémicos cuya complejidad se adelante a su nivel de desarrollo. También en este asunto hay que proteger al niño de la labilidad y el autoengaño que reina en el mundo adulto.

Cariño para facilitar que los referentes sensoafectivos estén adornados por una flexibilidad emocional que favorezca la apertura a nuevos contenidos en el proceso de crecimiento, para evitar la fijación de dichos referentes de modo violento y constreñido, cargados de miedo y, por lo tanto del germen de una obsesividad que cierre el paso a los nuevos y enriquecedores matices que progresivamente deberá ir incorporando. Su enemigo, campeando por todos las áreas del mundo educativo: el autoritarismo.

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8 Comentarios

  1. Loli
    13 marzo, 2017

    Tenemos asumida una dirección y un sentido en la forma de narrar y contemplar la Historia, que, en gran parte, viene determinada por un consenso del modelo social, y éste, a su vez, por el modo en que recoge los acontecimientos históricos, compilados y relatados, en general, por aquéllos que se sintieron vencedores en los distintos eventos de la Humanidad.
    De esa manera, hay acontecimientos…no debidamente contados, los hay que por inexplicables, ni siquiera se les permite formar parte del relato, hay acontecimientos, que directamente se excluyen, aunque se sepa de su existencia, y hay tiempos que…desaparecen, y se organizan y reorganizan calendarios y circunstancias, que disfracen ese “error” u “omisión”.
    “Somos enanos encaramados en los hombros de gigantes. De esta manera vemos más y más lejos que ellos, no porque nuestra vista sea más aguda o nuestra estatura más alta, sino porque ellos nos sostienen en el aire y nos elevan con toda su altura gigantesca”.
    Estas palabras, pronunciadas por el filósofo Bernardo de Chartres (siglo XII) y que parece también sirvió canciller de la Catedral de Chartres durante siete años, tuvieron gran resonancia en la Edad Media.
    Y sin duda siguen teniendo el mismo eco ahora.
    ¿Gigantes distintos a nosotros? ¿Posibilidades gigantescas en nuestra propia especie?.
    “Nos sostienen en el aire…” Ese plano al que estamos llamados a desenvolver nuestra realidad.
    “Veritas, filia temporis”, la verdad es hija del tiempo, dice también Bernardo de Chartres.
    Quien tiene la capacidad para ello, tiene la responsabilidad de que no se roben los tiempos a las personas, de que no se confunda, por ejemplo, e arte con el ocio, eso, creo, es una

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  2. Loli
    13 marzo, 2017

    » …manera de sustraernos tiempo de vida»
    Con nosotros mismos, tenemos, seguramente, la responsabilidad de no distraernos… no perder un tiempo cuyas dimensiones desconocemos, porque la “verdad….. es su hija”.

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  3. Rafa
    13 marzo, 2017

    La primera relación desde el mundo físico, al mundo emocional donde debemos sellar referentes sensoafectivos, la considero de vital importancia, para el posterior desarrollo de nuestras capacidades .

    Os transcribo algunas frases del ensayo de Jose Bergamín, sobre la primera alfabetización.

    El niño, tiene una razón intacta, espiritualmente inmaculada, una razón pura: esto es, una razón analfabeta. Y ésta es su bienaventuranza. No es que no pueda conocer el mundo; sino que lo conoce puramente: de un modo espiritual exclusivo, no literal o letrado o literaturizado todavía. La razón del niño es una razón puramente espiritual: poética.

    Si el niño juega porque es niño o es niño porque juega, pensar es, para el niño, jugar: poner en juego, graciosamente, las imágenes de su pensamiento: las cosas; poner, que es lo que hacen los niños, todas las cosas en juego el niño, la razón de estado de la infancia, como de todo estado poético o de pura racionalidad, es el juego.

    La razón pone todas las cosas en juego de palabras. Las palabras son cosas de juego. Las letras no lo son. Las letras no son cosas de juego. Una letra es un arma de dos filos.

    Un abecedario en manos de un niño es más peligroso para su vida que el cartón de alfileres o que la caja de cerillas o que el paquete de hojas de la máquina de afeitar… Y mucho más, si es de los que fingen tramposamente al pie de cada letra para engañarle: gallo, mariposa, gaviota, elefante… Así el niño podrá tomar, luego, incautamente, todas las cosas como allí las vio o aprendió a verlas: al pie de la letra.

    Así podrá adquirir de todo un mentiroso conocimiento literal y pedestre. Éste es el primer golpe que la letra le da al espíritu: el más certero. La letra atraviesa con su estilete agudo el corazón analfabeto del niño, que podrá no cicatrizar de esta herida, no latir espiritualmente nunca más..

    Sobre la alfabetización, de José Bergamín

    Un abrazo

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  4. Nuba
    15 marzo, 2017

    Madrigal Monteverdi 1624.

    https://www.youtube.com/watch?v=WYvpgLqeG0c

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    • Rafa
      15 marzo, 2017

      ¨ Bonito, Nuba, Bonito «

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  5. Mandrágora
    15 marzo, 2017

    En este periodo el niño está tan ávido de referentes que hace que pensar todo lo que de positivo, y también de negativo, se le puede aportar. Se proyecta en sus seres queridos, de ahí el peso que tiene lo que llamamos «educar»: no dejar que su ego se engorde caprichosamente porque va a dificultar su proceso de socialización, o sí, porque la finalidad es más a largo plazo y desde un basamento afectivo bien consolidado parece que se imprimen mejor los mensajes que la enseñanza siempre dudosa de lo conocido como bueno o malo según nuestros códigos aprendidos pueda resultar. Es esa fina línea roja de lo que se debe permitir porque vale la pena y afianza resortes a futuro aunque en un plazo corto sea algo transitorio y a ir modificando, y los límites que el niño necesita para ir seleccionando y descartando y que a su manera busca mediante el reto y el pulso a sus mayores.

    En ese lindero aplicado a cada situación concreta hace que el niño aprenda y los mayores tengamos que revisar de continuo qué es lo que proyectamos, si nuestras propias dificultades y rémoras vestidas de enseñanzas o la capacidad puesta en práctica de poder brindarle un salto a horizontes mayores donde poder hacer un relevo de antorcha y no ser herederos de premisas ya caducas y a eliminar. Del adulto depende lo que seamos capaces de ofrecer.

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  6. Eolo
    24 abril, 2017

    En absoluto. La interpretación del Aventurero difiere abiertamente de lo que indica el párrafo.

    La limpieza hace referencia al uso que los adultos hacen del poder que ostentan respecto al niño. Situándolo en los dos polos opuestos, habría una situación en la que el adulto hace uso de ese poder para introducir al menor en todos los objetivos que él considera aceptables, por ejemplo, educarle para su futuro, adiestrarle en tareas alienantes, adoctrinarle en ideologías, y sobretodo, vincularle a él para hacerle creer que la vida del niño está en sus manos. En el otro extremo, está la utilización «limpia» de ese poder, para que el niño desarrolle plenamente sus capacidades, descubra su propia identidad, se apoyo en el mundo afectivo para sentirse seguro, y vaya desplegando todos los mundos que lleva dentro.

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  7. Eolo
    24 abril, 2017

    La firmeza hace mención a una fase inicial en la vida del menor, que tiene que ver con el anclaje que este debe lograr en la relación con la tierra. Si nos fijamos el menor viene de un plano inmaterial desde la concepción hasta el nacimiento, posteriormente vive en un plano no terrenal como es el aire, hasta finalmente llegar al plano en el que se desenvolverá el resto de sus días, como es la tierra.

    Ese anclaje ni es fácil, ni es sencillo, ni se realiza de una sola vez, sino que necesita de un proceso de varios años para que se produzca. Los grandes peligros de esa etapa son el anclaje parcial y la regresión. Los padres deben ayudar a sus niños a que la heroicidad de «querer vivir» se traduzca en compromisos concretos hacia el hecho de vivir, en términos de vivienciar, experienciar, experimentar, etc., evitando el gran peligro de sustituir esa voluntad de vivir por una voluntad de dominar el espacio de tierra desde su deseo de buscar seguridad personal por el ejercicio de su poder.

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