Párrafo 17.28
17.28 «Nos ponemos tristes cuando suponemos tristeza en los demás, vivimos dolor o bebemos sonrisas, el sufrimiento y el placer llegan por todas partes, por las cuatro puertas que acceden a la manifestación binaria de la unicidad trinitaria, pero sólo en lo dual es posible grabar el sentido de propiedad en que está basado el principio de teatralidad fenoménica, por ello la responsabilidad se mantiene como concepto menor mientras no se iluminen estados superiores a las leyes adscritas a lo orgánico.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Nos hablaba Platón (y también Kant) del conocimiento, el sentimiento y el deseo, que eran las tres facultades del alma. Esas que Aristóteles llamó razón, sensibilidad y nutrición. O voluntad, entendimiento y memoria según se decía en los catecismos.
Tres planos o realidades, en los que el plano superior, el del conocimiento, la razón y la voluntad, solo era accesible a los humanos.
Pero equiparar el conocimiento con la razón ha conducido y conduce a múltiples equívocos y confusiones; como la de creer que el hombre es un animal racional. Y es la misma razón, el razonamiento construido a partir del sí y el no, la que nos hace confundir el ser con el estar.
Hay quienes conciben a los humanos como seres angélicos atrapados en la materia, como espíritus que necesitan liberarse. Pero el espíritu y la materia, el alma y el cuerpo, lo de adentro y lo de afuera, lo interior y lo externo, lo que es propio y lo que es ajeno, no son más que dualidades a las que llegamos eligiendo verdades y descartando mentiras.
1 Comentario
Loli
1 agosto, 2020La dualidad no parece contemplar la integridad de una naturaleza compleja.
Necesitamos parcelar y partir en trocitos lo que percibimos vagamente de la realidad para podernos manejar.
Pero también parece que no somos conscientes de lo que nuestra naturaleza sí lo es, que eso no es más un tránsito, que no es posible quedarse en ese estado con esas herramientas durante mucho tiempo.
¿Dónde acaba nuestra identidad y empieza lo que denominamos externo a nosotros?, no sabemos nada de ello, solo quizás los verdaderos científicos empiezan a intuir que esa realidad nada tiene que ver con lo que hemos conceptuado.
Sí parece claro que la Naturaleza no se para, no soporta lo «estático», nosotros somos esa Naturaleza, compleja, donde lo dual es solo una ilusión, pero en la «esencia», está todo, seguramente, organizado de una manera inimaginable a nuestra balbuciente consciencia.
Si «dentro y fuera», «bueno y malo» ….si los conceptos duales no responden a la realidad, y quizás ni siquiera se acerquen, el esfuerzo que la Naturaleza demanda al hombre, que no es un «animal», que es «racional», que tiene la posibilidad de discernir y elegir aún en rangos muy acotados, pero tiene esa capacidad, ese esfuerzo parece «ineludible», porque como entiendo que plantea Aurobindo, intentar anclarse en la fragmentación, en la no dinámica, es «antinatura».