Párrafo 17.29
17.29 “La responsabilidad como principio hiperconsciente es coexistente con todos los estados por los que pasa la razón, desde el juramento del olvido ligado al nacimiento hasta la manifestación triforme del Logos entrelazada con el destino. En cada persona está contenido el principio de mente universal, y en ella se encuentran almacenadas todas las formas de materia que soportan estados superiores e inferiores de la consciencia, y siempre está presente el milagro de romper la situación pasiva de estado consensuado por la razón.”
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Puede que los actos más trascendentes de nuestra vida estén respondiendo a una búsqueda profunda y se orquesten bajo una bien entendida responsabilidad aunque no seamos conscientes de ello.
El autor se refiera a la responsabilidad no entendida como “deuda, obligación de reparar y satisfacer”, si no como “búsqueda sacra de la realidad suprema” (ver párrafo 17.26), es decir, acercarse a lo que no se conoce.
Y si como comenta en el párrafo podemos estar a disposición de esta búsqueda desde cualquier estado de nuestra razón, esto denotaría que “la razón” no es algo determinante para alcanzar estados superiores de consciencia, o para crecer y acercarnos a una experimentación más amplia, nítida y luminosa de esto que llamamos vida. A pesar de estar enfermos, locos y ciegos esta búsqueda es posible.
¿Qué significa que somos un recipiente del principio de mente universal?, ¿que somos hombres pero podemos elevar nuestro estado de consciencia para acercarnos a los dioses? ¿o al revés, que podemos caer en la infraconsciencia y estancarnos sin desarrollar todo nuestro potencial dormido?, ¿significa que toda la información del universo, pasado presente y futuro, está en nosotros y que por tanto tenemos acceso a información que ni imaginamos?
Es claramente este principio de responsabilidad el que nos puede conducir hacia un lugar u otro, el que nos puede revelar esta información “total”, el que despeje el camino para los exploradores que se preguntan, para los que se asoman al misterio.
Ni socialmente ni individualmente es contemplada la dimensión de la idea de responsabilidad, ni buscada, ni asumida por lo general, pero más allá de lo que aparentemente sabemos, es ella la que parece que nos ha traído hasta aquí.
Si nos ha traído hasta aquí, ¿hasta dónde nos podría llevar desde aquí?
Ante una realidad consensuada que se descompone más y más y más y que precisamente ahora contemplamos cada día… ante la idea de que nuestro “estado” es algo consensuado por nosotros mismos aliados con nuestra razón, susceptible de transformación hacia otros estados de consciencia, hacia un mayor entendimiento y desarrollo de nosotros mismos, ¿qué acciones y actitudes decidimos tomar?
Lo que sea que hagamos impregnará e imantará al mundo, trazará caminos y abrirá puertas tanto para nosotros como para los demás, de este modo podemos entender mejor la dimensión que puede llegar a tener el principio de responsabilidad.
Feliz verano a todos, volvemos en septiembre. Mientras, ¡disfrutar mucho!
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4 Comentarios
Panacea
29 julio, 2020Quiere decirse que cualquier persona que se encuentre en un estado de la razón digamos no propicio, bien por una enfermedad mental, bien por una praxis de hábitos contaminados que le alejen de su escucha emocional, por una voluntad reiteradamente abandonada y laxa a la hora de construir nuevas vivencias, ¿no es impedimento para construir nuevas realidades y hasta poder lograr el abandono de aquellos lastres que inhiban la evolución? ¿Todo ser humano, independientemente de cuál sea su punto de partida, puede llegar a cumplir su destino? Y sabido es que cada uno tiene sus talentos de los que dar cuenta, y parece que en algunos son poquitos.
La capacidad resolutiva de cada cual viene condicionada por las rémoras que se arrastren desde el momento de nacer —junto al olvido jurado que se nos dice— como una patología a transformar en el ejercicio de la vida, o adquirido por el alimento continuo de tropiezos y caídas, que muchas veces refuerzan toda una caracterología perversa y destructiva. Aun así, se nos dice que la posibilidad del milagro está ahí, a la espera de hacer acto de presencia para permitirnos volver a renacer. Ahí está. Es una fina raya que separa el querer del poder: «Quiero y no puedo». ¿Es real? ¿De qué depende? ¿Es voluntad o solo deseo pasajero? ¿Es justificación porque si se quiere sí se puede? ¿Y siempre se puede o a veces no?
En ese morir y volver a nacer dentro de la vida que tanto se nos habla, media todo un abanico de elecciones que a ciegas en sus comienzos y cada vez más nítidas a medida que se van dejando atrás impurezas, nos permiten albergar cada vez mayor esperanza para poder escudriñar en el Logos y el destino que a cada cual le aguardan.
Loli
30 julio, 2020Millones de células de las que estamos conformados nacen y mueren en cada momento.
Muchas, la mayoría quizás, a lo largo de la existencia, solo dejan en herencia las mismas secuencias genéticas, o ni tan siquiera….
Aún así, ese mil-agro, una entre mil a lo mejor, de ese abanico de elecciones que nuestro estado, confuso y a ciegas, en algún momento, la herencia de esa célula es distinta, nueva, aunque no la percibamos en nuestra consciencia, y eso es lo alentador, creo, de este decimoséptimo mensaje, es que ese milagro se produzca.
¿No es voluntad, no es voluntarismo?
Si la libertad se puede ejerce, aún en pequeñas rendijas de estados y circunstancias totalmente adversas a ello, ¿significa que siempre hay un resquicio de libertad, de responsabilidad, por tanto?.
Nos da miedo ser responsables, y sin embargo pedimos libertad.
Una paradoja individual que nos ata y confunde.
Una paradoja social que, quizás es lo más grave, ata, confunde, y encarcela a mucha gente.
Rafa
31 julio, 2020El precio que tenemos que pagar por nacer es el olvido de quienes somos realmente y la responsabilidad es llegar a saberlo, esto es buscar y amar la parte de nosotros mismos que desconocemos, que es inmensa.
Por supuesto, esto no se hace desde el pensamiento; cada día, cada noche y en cada instante nos llegan mensajes de la célula que está al otro lado de nuestra galaxia y de nuestro cuerpo astral ( que está aqui al lado) mientras dormimos y en la vigilia.
Lo realmente dificil es quitar a nuestro ego de en medio para dar paso al otro.
Por ejemplo el otro día una señora me contaba que está cuidando y ayudando a un niño con síndrome de down.
Pues bien, el mensaje correcto sería que es el niño el que está cuidando y ayudando a la señora para que ella sepa quien es en realidad.
Así romper el juego de lo dual (pensamiento que siempre es pasivo)
Estos mensajes nos llegan a cada instante, porque toda la vida es ahora, y cualquier persona puede acceder a ellos.
Bien es verdad que en situaciones de miedo social, como la que vivimos, nos volvemos mas densos, porque el miedo nos aisla dentro de nosotros y somos menos permeables.
Pero lo que si es cierto es que no hay que esperar que se produzca ningún milagro, ni hacer méritos de nada, porque:
EL MILAGRO SOMOS NOSOTROS, y solo hay que darse cuenta de ello, eso sí, sin perder la confianza en que vamos a descubrir permanentemente nuestro yo ( la parte que desconocemos).
O como dice mi nieta, hay que creer que las hadas existen.
Fuerte abrazo, Feliz verano
antonio di luca
15 agosto, 2020¡Oh, las respuestas, eso que buscamos continuamente en el confuso mar entre intuición, realidad y certeza!
¿Certeza? Mucho hay que desengrasar el sistema corporal entero para arribar a tal circunstancia. Y a veces se llega. Lo malo es que el entero sistema se ha ido cargando de contradicciones, mentiras, equivocaciones, y demás que te han conducido por el camino de la confusión. ¿Cómo llegar a vislumbrar pues la VEDAD absoluta.