Párrafo 7.8

7.8 «Hay una memoria funcional neurovegetativa que se encarga de distribuir a través de redes nerviosas los impulsos necesarios a los millones de rincones del poliverso corpóreo; a pesar de que demuestra una sólida obstinación, se deja influir a veces por los rastros de información confusa o contradictoria».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Debemos a las ancestrales memorias depositadas en el sistema nervioso autónomo el funcionamiento básico de nuestro organismo. Son memorias extremadamente complejas, sutiles y eficientes puesto que regulan segundo a segundo, tanto desde el sistema simpático como del parasimpático, los milimétricos ajustes de presión sanguínea, pulso cardiaco, procesos digestivos, equilibrio glandular, etc… adecuados para cada situación vital, tanto en la vigilia como durante la obligada fase de descanso nocturno. Y todo ello de forma autónoma e independiente de nuestra consciencia.

Una vez más comprobamos, si nos detenemos a reflexionar, que el desmesurado valor que el ser humano, de forma progresiva en la Historia, otorga a la Razón es, a todas luces, absurdo y prepotente. Que el funcionamiento autorregulador homeostático, absolutamente fundamental en todo ser vivo, dependa de instancias ajenas a la actividad cognitiva superior es la mayor evidencia de que la vida, así como su constante mantenimiento, no está supeditada a ninguna motivación especulativa, sino que radica en un impulso vital que se halla muy por encima del entendimiento. Este impulso, esta energía es, en realidad, el mayor de los misterios. El autor la categoriza como una suerte de memoria. Y, en efecto, es sin duda una ingente memoria que se asienta en las moléculas del ADN en forma de códigos que contienen información a largo plazo con instrucciones específicas que se transmiten de generación en generación. La diferencia quizá con los demás seres vivos es que en el hombre existe una Voluntad (una conciencia asociada a la íntima e ineludible responsabilidad de evolucionar) con poder para alterar transversalmente, superándolos, los automatismos biológicos.

También es interesante la reflexión del autor acerca de la influencia degenerativa que sobre este impulso vital ejercen “los rastros de información confusa o contradictoria”. Cuando las fuerzas vitales permanecen enfangadas en la fascinación del deseo y en el horror a su fracaso se pronostica una gran debacle orgánica. ¿La vida se podría concebir entonces como el pertinaz esfuerzo de dicha energía primordial, procedente de más allá del espacio/tiempo fenomenológico, por cumplir una función –una función que SABEMOS que es absolutamente primordial pero que está por encima de nuestra capacidad de entendimiento– en un entorno donde va a ser puesta a prueba constantemente?

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8 Comentarios

  1. Aglae
    3 junio, 2014

    Esto querría decir que lo que no es cognitivo en nosotros sabe más que nosotros?… y que por no asumir esto estamos haciéndonos la zancadilla?

    Y cómo salimos de la fascinanción del deseo para no llegar a la debacle? esa debacle que nos hace perder la velocidad y la risa?

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  2. Mariana
    4 junio, 2014

    Sri Aurobindo llama plano vital a lo que otros denominan plano astral. Puede parecer que la fuente energética que nos impulsa a respirar, a vivir, tenga su origen en un plano no corpóreo aunque integrado en nuestra fisicidad.
    Podemos tener una analítica perfecta, pero cuando nos desconectamos del plano astral o vital, enmarañados -como señala el aventurero y el propio autor- en mensajes confusos y contradictorios, decimos que nos sentimos sin fuerzas, desvitalizados, que perdemos las ganas de vivir.
    Entiendo como deseos legítimos, irrenunciales, el deseo de vivir, el deseo de llegar a conocerse a uno mismo (quién soy, para qué he nacido…), el deseo de evolucionar (más que el de alcanzar la perfección, que no sé qué es y está más cercana al orgullo o la soberbia), el deseo de conocer el amor y la felicidad, esa plenitud que intuyo es imposible sin reciprocidad. Y es aquí donde me pregunto: si éste es un mundo creado por amor y para el amor, si Dios nos ama y está en nosotros, hasta que cada uno de nosotros no seamos capaces de sentir ésto, de amarnos a nosotros mismos y amarlo a Él, con entrega, en reciprocidad, no alcanzaremos a conocer la plenitud, y seguramente Él tampoco. Bueno, Él sí, porque Él es infinito y tiene todo el tiempo del mundo.

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  3. Nuba
    4 junio, 2014

    La memoria de Miguel, mientras pasea por los GRANDES PRADOS

    http://www.youtube.com/watch?v=ryIBdPo2KtI&feature=youtu.be

    «escribo con una letra que no es la mía…

    ..»como no tengo…. lo hago despacito..y no paro de volar»

    Reza por la salvación de los zapatos rotos…para que salven su alma
    ( Ay que rezo tan bello!!)
    Reza en una oración sin palabras.. y esas palabras van fluyendo de forma
    automática, esa memoria directa desde el corazón)

    ..para llegar a lo que eres nada mejor que una escalera
    sin peldaños…
    y mira sin ojos la obediencia del tronco..

    En el país de la VIDA, la memoria es … automática, si se escucha, ella, Llega, y con ella el AMOR, así de BLANCO, sin interferencias, en ese silencio que nos comparte.
    Para – Ti que como yo crees que el hombre Es posible.

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  4. Mariana
    5 junio, 2014

    Hola, Nuba. ¿Por qué será que sólo con oir la palabra «Dios» algo se mueve y se transforma en nosotros?. ¿Será que Dios dentro de nosotros, o nosotros mismos, dioses durmientes, descubrimos en un baile amoroso dentro de los sueños -vida eterna- hologramas divinos para poder volcarlos fuera y reconocerlos y visualizarlos en esta realidad por transformar que quiere semejarse a la soñada?.
    Un abrazo.

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    • Nuba
      5 junio, 2014

      Si Mariana yo lo siento así.
      Me da igual la palabra que se utilice, esa luz de la que habla el aventurero, está en todo, dentro y fuera. ( y a mi también me gusta que sea mágica, aunque no sea un misterio, o lo sea, da igual)
      Me gustaría que fuera más constante y anhelo los aprendizajes que me lleven a el mí – «Ese gran desconocido» pero los que están en peldaños superiores nos enseñan incansable el camino, la única forma eso que puede traducirse por el desapego. El olvido del mí dicen, es esencial para el encuentro del uno con el uno que es lo mismo que el del uno con el otro.. ( risas)
      Desaprender de las leyes -todas- ( que catársis supone eso) que nos enseñaron en la escuela y el proceso de distinguir que los tiempos, los espacios , las celúlas y el yo, no existen de esa manera .
      Pero lo bueno es que ya lo sabíamos! anda! nacimos con un cuerpo que siempre respiraba abdominal en la noche, nacimos con una desnudez que ahora anhelamos, nuestra madre y nuestro padre nos enseñaron sobre la vida a ras de suelo, pero hasta la madurez y de forma automática nos encontrábamos con momentos de » empanamiento» como dicen mis niños, ay mamá que estás empaná ( risas) pues sí cuando te hablas y tu estás en ese momento en otro sitio.
      Ahí estábamos de forma natural. Por hilar en el mensaje, el sistema neurovegetativo, y todas las conexiones con el cuerpo mortal que portamos, son ya divinos, fluyen porque su trabajo está organizado potencialmente para ser , y ahí, en esa perfección es donde reconocemos que nuestra naturaleza no es diferente a cualquier otra forma de naturaleza. No somos Dioses, somos quizás ¿un cachito de Dios?
      y quizás por eso a veces nos entra ese anhelo de volver a unirnos a la gran luz? por eso soñamos con otros mundos que no entendemos? Ya no quiero entender, aspiro a ser tan desapegada que sea capaz de dejarme llevar ( Déjate llevar, me dicen esas voces, cuando procede)
      Pero los que estamos en el camino, en los tiempos infinitos que se enmarcan entre el origen y la frontera, a veces recibimos esas memorias contradictorias – que significan que nos hemos perdido- en nuestra ignorancia de considerarlo una línea, nos preguntamos? y hacia donde nos movemos, hacia el principio ( y me encuentro con las otras luces nacidas, y siento que formo parte de esa gran antorcha) o hacia ese mar común del final del viaje. Y esa memoria automática nos dice que da lo mismo, que hay la misma distancia, y que en medio es donde está la vida, donde vamos a ver a todos los dioses, ( y todos los demonios) donde vamos a poder reconocernos en la diferencia y en la sinergia y que no tenemos cada uno una misión concreta y determinada, la misión es idéntica para todos, todos debemos entregarnos, fluir en esas ondas » del hermano sol y de las lunas, reconocer a los que ya se fueron a las estrellas pero que no se van del todo, y nos protegen, y ahondar en el gozo exaltado de la felicidad, o en el gozo sereno y callado del silencio feliz.
      Abandonarnos, desapegarnos de lo irreal ..pasito a pasito ..y uno mas uno mas,y a veces un salto con suerte. Y el alma ahí, quizás ella sí ella la diosa.
      Teresa que distinguía el género, igual que su amigo San Juan, lo tenían claro, el amado y la amada la llamaban, y San Francisco era capaz de hablar con los amados y las amadas, todos los de su paisaje y Artemisa me mostró un día su templo y seguro que tú, te has encontrado con otros dioses que tenían un mensaje para tí, Si es así sólo tu puedes leerlo, es personal e intransferible, pero después si que puedes traducirlo para el otro.
      (anda que me explico claro, un maestro hubiera empleado tres palabras y ya)

      Contestar
  5. Rafa
    5 junio, 2014

    ANTES DE MÍ NO FUE COSA CREADA

    SINO LO ETERNO Y DURO ETERNAMENTE.

    DEJAD, LOS QUE AQUÍ ENTRÁIS, TODA ESPERANZA.

    Estas palabras de color oscuro

    vi escritas en lo alto de una puerta;

    y yo: «Maestro, es grave su sentido.»

    Y, cual persona cauta, él me repuso:

    «Debes aquí dejar todo recelo;

    debes dar muerte aquí a tu cobardía.

    Hemos llegado al sitio que te he dicho

    en que verás las gentes doloridas,

    que perdieron el bien del intelecto.»

    Luego tomó mi mano con la suya

    con gesto alegre, que me confortó,

    y en las cosas secretas me introdujo.

    Dante, La Divina Comedia (El Infierno)

    Un abrazo

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  6. Mariana
    6 junio, 2014

    Nuba y Rafa, sois muy inspiradores, Mirad:

    Dios, el poema.
    Cada uno de nosotros, verso divino.
    Todos contados, todos medidos,
    todos rimados, todos sentidos.
    Ninguno sobra, ninguno ha de ser suprimido.

    Versos únicos al encuentro de sí mismos,
    que volcados en un lienzo
    colorean con sus voces
    los azules del desierto.

    A veces, en las oscuras lagunas
    se pierden versos heridos,
    versos enmarasmados entre deseos incumplidos
    que como anclas feroces,
    quieren atar el destino de las fatigadas voces.

    Pero el destino es la música,
    polifonía innumerable de las notas del poema,
    unicidad diversificada
    de humanidad divinizada.

    ¿Creéis que cuando nos encontremos a nosotros mismos nos perderemos en Dios?.
    ¿O seremos esa nota compartida,
    ese verso enhebrado que teje
    la transparencia de las formas,
    que abraza al hermano,
    que sopla ese viento
    que mece en el mar del desierto
    las almas desnudas?.

    Un abrazo.

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    • duende
      6 junio, 2014

      Como me gusta leeros, conseguís sacarme de mi letargo, sois como hadas benignas que susurráis el pasado y el futuro y provocáis la risa, en este momento solo se que es bonito dejarse acunar por vuestras palabras, lo que decís ahora no importa para mi, como lo decís es todo, gracias por dejar esas letras como piedras que marcan el camino.
      Quizás algún día sepa interpretar vuestros cantos, hoy me conformo con ser acariciado por vuestros versos lanzados al viento.

      Duende.

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