Párrafo 7.12

7.12 «Los cristianos, heredando tradiciones zoroástricas y judaicas, teorizan la existencia de una intercomunicación de vivencias que crean una especie de subconsciente colectivo después descrito en la Psicología; le llamaban la comunión de los santos, como una red protegida por la diosa Maya, iluminada por los focos espirituales de las oraciones y las procesiones místicas. En las tradiciones orientales, los rastros culturales previos de la Cornisa Atlántica y el chamanismo siberiano, todas las formas de vida están unidas por un fluido energético a veces visible que se denomina genéricamente prana, dependiendo de las culturas. Forma parte también de la memoria colectiva y es uno de los tres alimentos esenciales de lo que se podría llamar el arco iris de la mente. Su implicación en los procesos de fijación y uso de la memoria son evidentes, pero su dominio es sólo consecuencia de estados de pureza mental que vayan acercando al hombre al ritmo dhármico que abra las puertas de espacios espirituales superiores».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Una intercomunicación de vivencias que crean una especie de subconsciente colectivo; un fluido energético a veces visible que une a todas las formas de vida, y que también forma parte de la memoria colectiva. No son, desde luego, conceptos extraños para la Psicología.

Las investigaciones neurocientíficas sobre los procesos de creación y funcionamiento de la memoria, y en general de nuestra consciencia, evidencian que las conexiones sinápticas entre las neuronas del cerebro juegan un papel fundamental. Probablemente también una multitud de reacciones bioquímicas propiciadas desde otras partes de nuestro organismo. Pero nadie, desde la ciencia, ha demostrado hasta hoy que su generación esté restringida al ámbito de nuestro cerebro; e, incluso, de nuestro cuerpo.

Algún ilustre científico, como Rupert Sheldrake, bioquímico de Cambridge, propone que nuestras mentes se extienden mucho más allá de nuestros cuerpos, interconectándose y operando a través de lo que él llama los campos mórficos, de un modo análogo a cómo lo hacen los campos magnéticos y los gravitatorios. Alva Noë, neurocientífico y profesor de Berkeley, se pregunta: “¿Dónde terminamos nosotros y dónde empieza el resto del mundo? No hay razón para suponer que la frontera crítica se encuentre en el cerebro o en la piel.

Así pues, sería perfectamente asumible que tanto nuestra memoria como nuestra consciencia, puedan extenderse más allá de nuestros límites físicos como individuos, y que puedan, incluso, conectarnos con las demás formas de vida, tal como sugieren las tradiciones mencionadas por el autor. Solo desde la óptica del individualismo exacerbado que ha promovido nuestro modelo de sociedad cabe entender la resistencia ante esta posibilidad.

Ni siquiera puede afirmarse que todos los mecanismos que sostienen nuestra actividad vital residan exclusivamente en el espacio que envuelve nuestra piel. Algunas evidencias tenemos de ello. Así, por ejemplo, el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que ingerimos forman parte del mundo que nos rodea y, sin embargo, son esenciales para nuestra vida. Pero, todo ello ha formado antes parte de otros seres vivos, en ciclos que se repiten una y otra vez.

Si admitimos que esas interconexiones entre las diversas formas de vida, conocidas o no, pueden formar parte del entramado de reacciones que configuran la realidad cotidiana de nuestras vidas, cabría preguntarnos:

¿De esas interconexiones solo dependen las funciones aparentemente mecánicas de nuestro funcionamiento vital, o también pueden estar dependiendo las funciones más elevadas que nos caracterizan como seres humanos?

¿Nuestros pensamientos nacen y mueren solo en nosotros, siendo por tanto solo nuestros, de cada uno? ¿O podrían estar debiéndose, al menos en parte, a una realidad colectiva?
¿Cuánto de los procesos creativos que iluminan nuestra actividad, sea ésta artística o intelectual, nos llegan de fuera?

¿Cuánto de lo mejor que tenemos es, por decirlo así, propiedad de nuestra individualidad o se trata más bien de una propiedad colectiva, de la cual solo disponemos en una especie de usufructo? ¿Son talentos nuestros o lo son en préstamo para, como decía la famosa parábola de los evangelios, ejercer nuestra responsabilidad de multiplicarlos?

Al hablar de esa realidad colectiva ¿sólo cabe remitirnos a Dios? ¿No cabe la posibilidad de que nuestra realidad individual se extienda mucho más allá de lo que somos conscientes? ¿No es posible que, al menos en parte, nuestra realidad individual deje de ser individual y se entremezcle en una colectiva? ¿Qué queremos decir con el concepto de la divinidad y hasta qué punto tiene, o no, que ver con nuestra propia potencialidad, o incluso con nuestra realidad, aunque no seamos conscientes de ello?

Y así, podríamos hacernos muchas otras preguntas.

El autor, adelantándose quizás al curso de estas divagaciones, nos señala que su dominio es sólo consecuencia de determinados estados de pureza mental. Afortunadamente, sea cual fuere el origen de dicha realidad colectiva, su funcionamiento queda fuera de los clásicos deseos de poder que hoy por hoy caracterizan a la humanidad. Sin embargo, el mensaje que subyace es que, como partes de ella, tenemos un enorme potencial de crecimiento y nada, por principio, nos está vedado. Quizás solo dependa de cómo queramos multiplicar nuestros talentos.

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8 Comentarios

  1. Anonimo der Guadarquiví
    29 junio, 2014

    Toda persona que se haya dedicado a la busqueda a través del Arte ( Me imagino que en el de la ciencia ocurrirá igual ) Sabe y ha experimentado algo parecido a lo que nos dice el autor de este libro.Incluso sin saber que esa comunicación existe.
    Este medio de búsqueda y sus resultados en formas,tal vez sea apropiado para mostrar esa conexión . Ya que se relaciona con la “ Fantasia” de su autor y quizás se le exige menos explicaciones racionales al respecto.Sin “ asustar” Por tanto a la razón de uno mismo y de los posteriores espectadores.

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  2. Mariana
    30 junio, 2014

    Si, como dice el aventurero, los procesos de creación y funcionamiento de la memoria no han podido restringirse, hasta ahora, al ámbito de nuestro cerebro o nuestro cuerpo, ¿hasta qué punto podrían restringirse a este ámbito los procesos degenerativos de la memoria o su pérdida?. ¿Dónde van las memorias que perdemos y las que estando en nosotros no despertamos? ¿En qué desván se esconderán o a qué tiempo volarán?. Y mientras damos vueltas y más vueltas, los desmemoriados, con el préstamo casi agotado, ¿desde dónde nos miran, qué estarán soñando?.

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  3. Icono-Plasta
    30 junio, 2014

    Good ilustration about it, really.

    Y de esos polvos, lluvias, terremotos y temporales temporales, estas circunstancias.
    Religiones, ¿Por qué asumis el invento que habéis recibido como legado intemporal, confuso, mezclado y zarandeado por los propios creyentes? Por lo que dice el autor, algún día serán purificados y nos quedaremos con la puritita verdad.
    Mientras tanto, podemos ir agregando otras historias y mitos de parte propia.
    Cada cual con su cadacuala.

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  4. Rafa
    2 julio, 2014

    Muy diversas culturas, parece que han contemplado la existencia de ese fluido universal del que nos habla el autor, refiriéndose a esa misma energía que recoge las memorias de todo lo que sucede, o ha sucedido;

    Los Alquimistas hablan del eter primordial, otros de la energía activa del universo, los chinos del «qi», los japoneses del ki, aliento, esencia, exhalación o soplo vital, el caso es que se trata de una energía que se encuentra hasta en el palpitar de nuestro propio corazón.

    Que estamos unidos por hilos invisibles es algo que se evidencia en multitud de casos.

    Los gemelos vitelinos, producen efectos casi idénticos cuando uno de los dos a kilómetros de distancia del otro se vé afectado por una enfermedad o conmoción fuerte, parece que el hermano presenta los mismos síntomas.

    Se dan casos similares en las madres separadas de los hijos.

    Cuando Graham Bell, inventó el teléfono, se cree que dos individuos en otras partes del mundo, estaban dando los pasos previos para hacerlo.

    La cuestión de fondo, es a qué nos obliga este hecho?, ¿cual es nuestra responsabilidad, en la recepción y emisión de esta energía que nos influye de manera tan determinante y que a su vez está influida por todas y cada una de nuestras acciones, pensamientos, emociones etc.

    En que estado debemos situarnos para que desvelar esta red que nos teje la diosa Maya?

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  5. Mariana
    3 julio, 2014

    Arcos, líneas curvas
    Pasarelas, puentes recorridos
    de colores no vistos.
    Pasajeros ciegos de la memoria.

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  6. Rafa
    3 julio, 2014

    Mariana.

    La poesía de una geometría del aire,
    que nos acaricia y nutre.

    La entrega a una voz que rige la conciencia.

    El pálpito de la alegría de ser.

    La luz de las estrellas en los ojos de un maestro,

    en el caracoleo de la capa de un torero,
    en el pincel de un pintor o en la pluma de un poeta.

    Un abrazo

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  7. Mariana
    4 julio, 2014

    ¡Ole, Rafa!….. Y también, la música de los giros del alma.

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