Párrafo 12.39
12.39 «El quinto impulso ya desciende hacia la muerte iniciática y se inscribe en el área de lo dhármico, absorbe las experiencias de todos los vivientes y canaliza un arcano ligado a la consciencia y el discernimiento, la voz. Este impulso aúna la comunicación conceptual a la eliminación del dióxido de carbono y al reciclaje energético exógeno, está ligado a la autoafirmación y es acechado por la inseguridad. Se potencia con el culto, el estudio y la vocación, y en él se afinan todas las notas musicales y confluyen los llamados sentidos astrales que modifican la velocidad energética de las dos serpientes que unen sus cabezas en el puño del caduceo».
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
La voz, la palabra, el lenguaje, tienen unas características especialmente propias en cada persona, no tienen relación con la genética biológica —es decir, la voz no se hereda—, lo cual tiene una relevancia especial en el desarrollo de cada ser. Parece que cada ser humano tiene su propio sistema fonético, relacionado con su fisionomía ósea facial, con su boca, con sus cuerdas vocales… Pero el dato más llamativo es que la voz de cada persona está configurada por su estructura energética; la voz de cada uno está íntimamente ligada a su estructura astral, a su autenticidad esencial. Y sin embargo, pocas personas pueden decir que tengan su propia voz.
Desgraciadamente, es una de las cosas que más se imitan desde el ámbito familiar, y es muy habitual que las voces se parezcan entre los miembros de la misma familia.
Buscar la propia voz es un camino que pocas veces se descubre solo por el hecho de incidir desde el estudio en el mero mecanismo emisor. No debe de ser en vano que nuestro órgano de fonación esté colocado en tan estratégico lugar anatómico, coincidiendo con la puerta que nos conduce ya hacia lo más sutil de nuestra identidad. Y parece que en cierto modo funcionara como un filtro, como si el último tramo, el camino real, debiera recorrerse necesariamente tras el esfuerzo de una transformación.
La emisión de la voz, del sonido, pertenece a la segunda parte de la curva del pranayama; en dicha curva se localizan diferentes zonas o puntos y la emisión de un sonido o de una palabra en buena relación con esos puntos es de suma importancia para que lo emitido suene o no a verdad. Una estrecha conexión entre lo que conceptualmente se dice y el momento exacto de expulsión de aire, acelera el sentido del ritmo, nos acerca a la autenticidad de nosotros mismos. En este sentido parece lógico que a través de la voz se lidie con la propia inseguridad, puesto que resulta muy reconocible el no uso adecuado de nuestra voz. No se siente propia cuando no hablamos con “propiedad” o cantamos “por derecho”. Y es esencial considerar que respirar es alimentarse de, y al tiempo, transformar la memoria astral de la humanidad que vive en el hoy, posiblemente a tiempo real. A través de la voz ponemos en vibración no solo nuestras memorias, nuestras emociones presentes, sino las de todo el mundo. Cabría plantearse si hay algún tipo de cota en función de posibles afinidades energéticas o se trata de un “tótum revolútum” sin parangón. En cualquier caso, incluso la primera opción es abrumadora.
Tras esta reflexión, que seguramente bucee aún muy cerca de la superficie del asunto, cabe pensar que con cada emisión de sonido estamos transformando el mundo. Con todos nuestros actos lo hacemos, pero en el laboratorio de la voz, la transmutación del aire en voz debiera ser un acto responsable. Deberíamos hablar o cantar como quien se lanza a una aventura que siempre exige confianza, intuición, valor y entrega, que exige acercarse al amor y morir en él. Requiere pues “culto, estudio y vocación”, teniendo siempre presente, como decía el sufí, que “en cada respiración está la respiración de Dios”.
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5 Comentarios
Afrodita
18 septiembre, 2017La voz, las palabras, las inflexiones, la entonación, las pausas, los gestos de que se las acompaña, la forma de mirar al pronunciarlas. Todo ello lo tiene cada cual guardado, en su caja de herramientas. Sólo hay que, en cada momento, saber elegir las más convenientes, combinarlas bien y en consonancia con lo que se esté deseando trasmitir al que las escucha.
Algunas personas manejan con habilidad las herramientas, y resultan convincentes. Y logran los resultados que buscan.
Algunas personas no saben manejarlas. Y saben que no saben manejarlas ni distinguir cuál es ante cada situación la más adecuada, la que mejor encaja con el resto de los componentes del elenco que representará lo que quiere decirse y cómo quiere decirse. Pero saben sí que son peligrosas con sus dobles filos y sus inflexiones y sus pausas y sus gestos y la manera de mirar al pronunciarlas. Y tratan de evitarlas.
Algunas personas no saben manejarlas, pero creen que saben manejarlas.
Algunas personas saben jugar con ellas, con la voz y las palabras; pero saben también que como sólo se trata de un juego no hay que tomarlas demasiado en serio.
Los silencios, en cambio, son más reacios a prestarse a trampas y a juegos.
Más directos y más elocuentes.
La única verdad que cada ser humano puede regalar a sus congéneres lleva siempre y en todo lo alto, a modo de adorno, un lacito de silencio.
Eolo
18 septiembre, 2017Es desde la experiencia sensitiva desde el que se van catapultando los conceptos, hasta la formación de una cosmogonía completa. Es una conformación diferente a los productos racionales, pues ya va rozando los misterios y apelando a la otra realidad sensitiva escondido en su envés. Y esta es la comunicación, no el lenguaje y menos el racional, sino la relación de los diferentes puntos que el holograma contiene.
Los siete tonos empiezan a vibrar conforme a la añoranza del destino, y abandonan la simetría, la melodía y la pauta.
Esto es lo mismo que convocar a las dos grandes fuerzas esenciales iniciáticas al camino de la realidad completa. Y su aparición supone un reconocimiento del patetismo del ego y la destrucción de sus múltiples tretas. Esta aparente desnudez se vence desde un veloz culto a la belleza del alma simple.
Rafa
20 septiembre, 2017He escuchado al autor del libro, en repetidas ocasiones, hablar del arcano del lenguaje, pero pocas del arcano de la voz.
Parece ser que voz, se vincula a una raiz indoeuropea «wek» (hablar), aunque voz es un término mas amplio.
El ser humano, es el único que tiene la capacidad de hablar y desarrollar un lenguaje; no solo de emitir sonidos mas o menos codificados, y lo es, porque habla, expresando lo emotivo y lo sentimental.
Solo se puede hablar cuando se expulsa, no cuando se inhala, el aire al respirar, junto al dióxido de carbono, es decir despues de haber realizado una combustión.
El dióxido de carbono no es un gas de desecho, es importante para nosotros y cumple funciones clave en el organismo humano, existe disuelto en la sangre unido a proteínas y esto se traduce en una presión constante, al igual que la del oxígeno.
El dióxido de carbono, regula el centro respiratorio en el cerebro, facilita el paso del oxígeno a los tejidos.
Para decirlo de una manera figurada, el suministro de oxígeno a las células desde los glóbulos rojos estaría, de alguna forma, controlado por el dióxido de carbono.
También dice el autor, que este arcano está ligado a la consciencia (del latín con-sciencia, con-ciencia)
No es lo mismo tener consciencia, que ser conscientes, como no es lo mismo (tener, que ser) porque la palabra, está todavía ligada a un pensamiento que conceptualiza los hologramas.
Realmente, es un arcano que si se activa, produce la emisión de la voz bañada en tintes de una realidad no conocida por nosotros, la de la verdadera comunicación del plano astral, a través de lo sensitivo, acercarnos a lo sensorial. como parece decir Eolo.
Acercándonos al culto al estudio, y a la verdadera vocacion, convocaremos (palabra derivada de voz, como vocación, advocación, revocación o provocación) a que la energía esencial de las dos serpientes, tome velocidad, y estemos mas cerca de hacer sonar las siete notas en nuestra columna vertebral.
Un abrazo
Nuba
22 septiembre, 2017Mi contribución a éste mensaje, como siempre, no es mío.
Es mejor que pudiéseis apreciar la película completa- y con los subtítulos pero sólo con el diálogo de ellos y ellas, acerca de una nube, y sus polifonías, sus mantras, su saber de lo sagrado, y reverenciar a las nubes.. con la música del Universo.-Es suficiente.
( extracto de la película, «Lagaan») con todas sus respiraciones:
https://www.youtube.com/watch?v=GmCn31pq8i0&list=RDqNnvL0ztJhA&index=2
Traduzco dos o tres frases:
( que a su vez han traducido para mí)
el que corre y grita, aunque se aprecie poco dice ¡
-Nubes !- y se arma el jaleo!
«Oscuras y densas»…
-ambos coros dicen-:
«las nubes hacen latir mi corazón»
y ella dice:
Nube negra/nube negra
vierte tu lluvia…
no blandas espadas de relámpagos
sino flechas de gotas de lluvia
…eiiiiiiiiiiiiiiiii mi corazón salta y dice:
baila con alegria
sal de casa
las nubes trerán nectar
…( ambos juntos) –
y dice el de la barba :
– Se acabaron las penurias
canta las melodías del Monzón
y el estribillo ( cantado a las dos voces en un sólo sonido):
» oscuras y densas
las nubes
rugen extendiéndose….
cuando caiga la lluvia
¿quien estará sediento?….
Y siguen..pa quien quiera escucharles.
La noria de los ángeles hecha música, movimiento, danza y lluvia.
Y todo esto aún es posible con dinero o sin dinero, pues la lluvia cuando cae, no pregunta por ninguna tarjeta de crédito, moneda en el banco, moneda en la «nube»- que la haría pesada y no descargaría…
Buen fin de semana de Otoño en la Montaña. Recordad, ahora es cuando nos desnudábamos.
Mandrágora
25 septiembre, 2017Se nos dice que pasado el punto del deseo comienza el descenso de la curva del pranayama y que tiene que ver con lo dhármico hacia la muerte iniciática. ¿Podría emparentarse con la entrega y la aventura consciente? ¿Será ese morir para renacer en otro estado?, del que no se sabe qué depara pero sí se sabe que desde la autenticidad puede comunicar y transformar a otros, como onda que amplifica y repercute lo que rodea; el vaciamiento para dejar la posibilidad a construir y sembrar no sabiendo qué ni cómo; adentrarse en aquello que interactúa y transforma desde la intención con vocación de apertura sin conocer sus leyes.
Para ello, la voz, instrumento físico situado en la garganta, punto de conexión entre el corazón y la cabeza, hace de elemento revelador y reverberador. El uno, como intérprete de lo auténtico, lo veraz, como expresión materializada de lo endógeno; el otro, como amplificador de ondas que repercute su sonoridad modificando el estado y entra a formar parte del sentido del ritmo.