Párrafo 15.21

15.21 «Habían traído los pájaros de hielo de la cueva de Shiva un arca con millones de palabras que pusieron en las nubes que regaron la Tierra. Los imanes trajeron los fonemas y formaron montones en las orillas de las dragas, y la Tierra reunió a los hombres por colores fotónicos alrededor de las pirámides de ideas y así se formaron los siete mil idiomas. Y todavía quedaron palabras en las nubes y todavía quedan muchas rodando en marañas perdidas por toda la Tierra, buscando gargantas para un nuevo canto.»

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Las palabras han descendido de las nubes. Esas mismas nubes que la torre de Babel pretendía alcanzar encumbrándose desde la terrenal piedra hasta los mundos del Aire. Llovían palabras, como lluvia de maná, y los hombres las recogían en cuencos de colores con formas de fonemas, donde se fundían y cristalizaban. Balbuceos. Hubo lluvias intermitentes, borrascas de palabras en cada uno de los rincones de la Tierra, y cada idioma se correspondía a una gama de colores de pensamientos, según los usos y costumbres de los pueblos, según intereses, necesidades y deseos de sus gentes. Y por eso muchas, las trascendentales, las más enjundiosas, quedaron sin llover, y otras sin recoger, y a éstas el viento las arrastró formando remolinos huérfanos a la espera de nuevos cazadores de nubes y de aventureros del pensamiento, exploradores de los significados secretos de nuevas y viejas palabras que hablan todas de la sustancia primordial de la que está hecho el silencio.

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5 Comentarios

  1. AriguariGuariPopooMushuringa
    26 marzo, 2019

    Pues el comentario de El Aventurero -suponiendo que lo suele ser- no argumenta el verdadero fondo de la lluvia de palabras colgadas de un torre por descendencia obligatoria. Dicen otros que las palabras se encontraron en las cuevas que el hombre necesito construir para refugiarse, de la intemperie, de las fieras, y que refugiado y aburrido de su refugio sin variaciones más que en su orografía vertical, se puso a garabatear, primero con intentos de reconstruir lo que su vista alcanzaba a dilucidar en esa penumbra casi continua. De ahí que las primeras formas dentro de las que residía se convirtieron en impulsos discernibles, al menos en intento del «qué es eso?», y luego en algo interpretable, copiable. La caverna daba motivos de interpretación al hombre de sus imágenes y circunstancias, comparables, adjuntables, contrastables, a las que absorvía e intercambiava con las que podía avistar afuera, obligado a visionar otro entorno, y a estar atento respecto de los animales que le permitirían la ingestión de alimentos, o las plantas. El silencio entonces estaba hecho de la ignorancia del desconocimiento y explicación de las cosas, así como de su paulatina designación/rubricación. «Esto debe ser eso»

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  2. Loli
    28 marzo, 2019

    El simbolismo representado en las cuevas prehistóricas, no parecen responder a “garabateos infantiles” de hombres primitivos.

    El símbolo procede de un proceso complejo del pensamiento que permite la abstracción y representación de muchos conceptos, bajo trazos únicos y aparentemente simples, unas veces, y repetidos en geometrías muy estudiadas, otras.

    Un trazo, cuando está evocando algo en el ser que lo contempla, significa que responde a cosas que ocurren en ese ser, y por tanto, quien lo realiza es porque ya conoce ese hecho, o lo ha experimentado de un modo y otro.

    No es tan simple, por lo tanto.

    Si esto se hacía, además, con maestría, en tiempos remotísimos, quién lo ejecutase, demostraba el conocimiento del medio (cavernas), de los materiales que utilizaba (minerales, texturas y pigmentos), y el manejo de las líneas, donde reproducía la actitud dinámica de lo que dejaba plasmado bajo únicas pinceladas, no estaba, posiblemente, tratando de entender lo que ocurría “ahí fuera”, seguramente lo sabía, y a lo mejor estaba tratando de enseñárselo a otros.

    El lenguaje, ¿necesita de la abstracción para ser configurado?, pues creo que sí.

    Los fonemas nacen, entiendo, de una primera abstracción en el circuito neuronal del pensamiento, pues es necesario elaborar una manera de sintetizar lo observado para comunicarlo,

    En cierto modo, para poder comunicar lo percibido por los sentidos, los sentimientos, y que eso se mantenga como constante y además con capacidad generativa, es necesario un proceso de simbolización que responda a una potencialidad inherente del que recibe el mensaje, y que le lleve a ser capaz de reconocerlo.

    Algo así como “un empujoncito”, quizás.

    (Que me perdonen expertos y lingüistas, no soy ninguna especialista).

    ¿Puede que hubiera gentes que ya conocían ese proceso, y supieran el mecanismo de su estímulo?.

    ¿Pueden que fueran muchos símbolos prehistóricos herramientas de reconocimiento para seres humanos que, se iban incorporando a espacios nuevos?.

    Espacios donde la luz del sol, y la de la luna, actúan de manera diferente, donde los matices de los colores determinan los colores de la tierra, y del comportamiento del clima bajo el que desarrollarán las civilizaciones.

    Colores relacionados con las notas musicales, música relacionada con los fonemas que cada pueblo es capaz de descubrir y “desplegar” bajo la acción telúrica y cósmica.

    No parecen que fueran “garabatos” los círculos, figuras…que muestran quienes fueran los que cincelaron las piedras del Dolmen del Soto.

    Tampoco parecen fruto del “azar” el negativo de las manos prehistóricas que se extienden de Occidente a Oriente en Europa en un gran número de grutas y cavernas.

    ¿Hubo escritura antes que lenguaje?.

    O,…¿todos los habitantes de la tierra, en épocas remotas, tenía, necesariamente, que estar en un mismo estado cognitivo, de consciencia?.

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  3. Rafa
    29 marzo, 2019

    El ser humano, posee en su configuración biológica tres cuevas, la de la bóveda craneal, la de la boca y la del sacro.

    Pero una de ellas interviene mas directamente en el desarrollo del lenguaje (la cueva de Shiva).

    Existe un santuario en el norte de la India, la cueva de Amanhat, que lo simboliza, dentro de la cueva hay una lengua de hielo.

    El símbolo que en si mismo es el lenguaje de las imágenes arquetípicas y ancestrales, constituye un auténtico diccionario universal.

    A partir de los fonemas, unidades diferentes entre si y que todos los hablantes conocemos, se formaron palabras alrededor de los hologramas (pirámides de ideas). producidos por el pensamiento y las emociones ( la palabra en principio, es un pensamiento expresado, aunque se debe de llegar a mucho mas), y se formaron los idiomas, en funcion de la luz fotónica de cada grupo humano.

    Los sufies hablan de un lenguaje al que todos debemos de aspirar para comunicarnos ( el lenguaje de los pájaros).
    Es un lenguaje místico y divino usado por los pájaros para establecer relación con los iniciados.

    Pero como al parecer es una arcano el del idioma, que no está del todo descubierto, porque nuestros estados todavía no lo permiten, quedaron y quedan palabras no pronunciadas, buscando gargantas para un nuevo canto.

    Un abrazo

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  4. Beucis
    30 marzo, 2019

    En la cueva de Shiva, donde el dios de la Trimurti rompe esquemas y destruye complicidades, los pájaros de hielo van a transportar palabras, fonemas, idiomas… «Y en el principio fue el Verbo». Junto a las dragas, alrededor de las pirámides de ideas fueron surgiendo sonidos, idiomas que pugnaban por salir de un arcano apenas entreabierto. Todavía balbuceamos; no sabemos qué mensaje pronunciar con nitidez, cómo hacer para poder comunicarnos con el otro, cómo hacer para no confundirnos rotos por mil torres de Babel. Saber que trasmitimos nuestra verdad y recibimos la verdad del otro, pero ahí está nuestro tropiezo. Tenemos que ser cada vez más verdad; tenemos que despejarnos de velos para poder acoger esas palabras atrapadas en nubes que aguardan seamos nuevas gargantas para un nuevo canto, y poder esperar limpios que el Verbo se haga carne y habite entre nosotros.

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  5. Eolo
    15 abril, 2019

    Tiritan los niños cuando emiten sonidos con voces llenas de fulgor, con los que vertebran los espacios. Los espacios emiten ecos guturales sin tiempo para contestarles que están ahí esperándolos.

    Los espacios nubosos ansían que la verdad de los niños los descubran por fin. Las gotas de los niños estremecen a las nubes para que les cuenten cómo es de grande la inmensidad del océano.

    Joyas de infantil risa imaginaria cosquillean al océano para que descubran los misterios que los niños han venido a desentrañar, se retuerce de placer y pronuncia susurrando algún sonido místico. Y el sonido y el niño se meten asombrados en la cama a soñarse mutuamente.

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