Párrafo 17.22
17.22 “Los que están afligidos deben saber que la desolación es actitud débil del peregrino y el cansancio es evitado por la ley superior de la fuente primitiva, a través de la velocidad la sabiduría oculta destapa los secretos que encubren cultos esotéricos de la consciencia.”
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Que curioso que “desolación” parezca una palabra que denota privación de lo solar. También la palabra oculto pueda referirse a el lugar donde está lo “culto”.
Este texto nos desvela que existe una fuente primitiva y una sabiduría oculta. Y curiosamente el autor señala que el culto (esotérico) en el ámbito de nuestra consciencia, encubre esa sabiduría oculta.
¿Que es un culto?
Se podría decir que es un rito, un ritual, una creencia a la que se le dedica especial atención, con unas normas, unos dogmas…
Una cultura sería entonces el conjunto de cultos, de creencias, normas y conocimientos en los que está inmerso un colectivo. No todo lo que llamamos cultura tiene un valor intrínseco per se y es importante discernir esto para darnos cuenta de qué cultos estamos atendiendo. También la cultura, por ejemplo la nuestra, hace de cosas banales “cultos de masas.”
Algo más profundo está detrás.
¿Tenemos consciencia de cómo es nuestra cultura y podemos observarla a vista de pájaro? ¿Encumbramos nuestra cultura a priori sin cuestionarla o somos capaces de discernir lo que está taponando un posible crecimiento del individuo? Es decir, lo que hay de “tapadera”. ¿Nos quedamos parados asumiendo nuestra cultura heredada o queremos ir más allá porque sabemos que hay creencias y normas que están dificultando el desarrollo y la libertad del ser humano?
Y aquí es dónde entra la idea de velocidad.
¿No es la desolación una actitud cercana a la derrota?
Más que a través de un estudio y análisis de dónde estamos inmersos y de una profundización intelectual en ello, es gracias a actitudes impulsoras, contrarias al cansancio, y a la toma de decisiones a partir de la voluntad propia, como entramos en una estado biológico y psicológico de mayor velocidad. Y es tal vez gracias a la velocidad y a la voluntad de impulso en todos nuestros procesos biológicos, mentales y espirituales que se pueda “despejar” toda una capa de “cultos” y pseudo-conocimientos para acceder a otro tipo de conocimiento más allá de la razón, a la sabiduría oculta.
Estaríamos hablando de la velocidad y la vibración como herramienta evolutiva.
La fuente primitiva.
El Sol es nuestra mayor fuente de energía y vibración electromagnética en el sistema planetario y el sustentador de todas las formas de vida en la tierra,
¿Es este astro la fuente primitiva de la que habla el autor o se refiere a otra más primitiva aún quizá, y de energía más sutil conectada de alguna manera con nuestra estrella principal?
Sea cual sea la respuesta, ¿cómo podríamos estar desolados con el abrazo de esta maravillosa fuente de energía?
3 Comentarios
Rafa
8 junio, 2020Sin tener demasiadas nociones de derecho, casi todos sabemos que uno de los mas importantes principios del mismo lo clasifica en Derecho Natural y Derecho Positivo.
El Derecho Natural es el que emana del conocimiento que se encuentra en la conciencia del hombre, es universal y eterno.
El positivo consta de normas dictadas para regular la relación entre los individuos y es temporal.
El primer principio podría asimilarse con lo que sabios y profetas denominan como Ley Superior.
Pero para acceder a él es imprescindible fé y confianza en descubrirlo.
El peregrino, esto es el que viaja a través de su vida a veces pierde esa fé, y se queda sin luz, sin sol, se desola.
Si renueva su fé en el camino, vuelve a confiar en sí mismo y descansa en esa ley de la que hablamos, accede al conocimiento oculto que encubren sus propias secrecciones (secreto) y aparece ese cultivo esotérico de su consciencia.
Vamos que como diría alguien con bastante mas luces que yo, con alma de poeta.
» La vida rima», pero hay que trabajar hasta que lleguen Las Musas.
Abrazo, Feliz lunes .
beucis
11 junio, 2020En nuestro caminar sentimos cansancio y abatimiento porque somos débiles. Intuimos que si eliminamos pecas, pecados, que si borramos manchas, nuestra energía fluirá mejor y alcanzará esa velocidad necesaria que evita la fatiga, la desolación, que elimina la tristeza, y así será posible alcanzar la sabiduría, el secreto de lo oculto, de lo que anhelamos conocer; porque sabemos que ese conocimiento nos va a hacer encontrar al dios que está en nosotros, esa multitud de universos inalcanzables que se expanden más allá del tiempo y del espacio y a ese infinitamente lejano único Dios, el Innombrable Dios que no osamos ni imaginar.
panacea
11 junio, 2020La desolación y el cansancio, ¿no estarán emparentados con la pesadumbre que le ponemos a que todo esfuerzo no recompensado lleva a la aflicción de perseverar y a sentir una vez más que todo se repite?, ¿a no ver el resultado esperado?, ¿al deseo de que todo termine en un plazo ya convenido por nuestra mente? El tiempo. Volvemos a sincronizar nuestros actos bajo la premisa de nuestro tiempo, de que las obras que nos hagan mejorar tienen que tener un final feliz y cuanto antes, en definitiva nuestra medida. Caemos repetidamente en nuestra vara de medir sin admitir que la actitud es herramienta obligada pero el resultado contempla variables que ya no son controlables desde nuestra voluntad; es la espera y la aceptación a que todo se reordene y fluya de acuerdo a mandamientos que ya no dependen de nosotros.
Como tampoco está a disposición el factor velocidad. No es una consecuencia directa de nuestra sola voluntad, es el corolario de toda una dinámica resuelta, depurada y limpia que nos catapulta y nos permite ahondar en aquellos caminos que paulatinamente se nos desvelan como una aparición llena de contenido y que está a la espera de ese momento, cuando la ley superior constata que ya ha llegado el momento; momento en que estamos listos para escudriñar cada vez más secretos que nos aguardan y que algún día —o fuera del tiempo— nos permitirá volver a ser dioses.