Párrafo 8.10

8.10 «Quizás cuando la transmisión de valores trascendentes formen la base del sistema educativo, el hombre comenzará a afrontar su destino, no como una obligación inevitable sino como una vocación ligada a un ciclo místico cuya brújula sería el amor. Desde ahí se puede llegar a percibir que por encima de las estrellas hay otro universo que también está representado en el nuevo cerebro, en el neocórtex, en la memoria del futuro».

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

A afrontar el destino es algo que no nos enseñan en las escuelas. Quizá nunca, en ninguna época de la Historia nos lo han enseñado. En las escuelas. Tal vez la causa sea que no hay demasiados enseñantes titulados doctos en esa materia. ¿Qué materia, qué asignatura, qué ciencia, qué disciplina es esa? ¿Por qué no?, se podría llamar así: valores trascendentes. ¿Y qué es lo que trascienden, qué es lo que traspasan, sobre que van más allá esos valores? Trascender, según la acepción 6ª del Diccionario de la Real Academia, es “En el sistema kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible.” Definición que constituye una síntesis muy gráfica de la impotencia del hombre para dar cuenta de forma racional de lo que está más allá de lo perceptible por los sentidos. Pero parece evidente que la acción de trascender existe, o al menos el concepto, puesto que el verbo existe; pero, ay, la definición es el espacio vacío. Incluso la 4ª acepción nos deja, lógicamente, en ascuas: “Estar o ir más allá de algo.” O la 7ª y última: “Penetrar, comprender, averiguar algo que está oculto.”

Puede que entonces afrontar el destino signifique ir más allá de lo que entendemos como lo bueno o lo malo, lo deseable o lo no deseable, incluso lo verdadero o lo falso, lo justo o lo injusto. ¿Cómo es posible trascender tales conceptos, cuando supuestamente representan el culmen de nuestra filosófica y excelsa sabiduría, lo más acrisolado de nuestra experiencia? Por eso no hay maestros de escuela que puedan enseñar lo trascendental. Sólo algunas formas de vivir la vida de algunos maestros de la vida y de la muerte pueden dejar rastros en el aire de lo que significa afrontar el destino. Y la clave, la fuerza, el sendero, la flecha que atraviesa y va más allá de todas esas verdades verdaderas pero a la postre intrascendentes creo yo que se llama amor.

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7 Comentarios

  1. Rap al para qué del sino
    1 febrero, 2015

    En el canto de un cuclillo se esbozaba el brillo huidizo del color de un tiempo herido que se arrastraba indeciso tras el amargor plomizo de los rayos ateridos de un sol que no había sabido iluminar el camino ni dar calor al perdido errático peregrino que en busca de su destino se demoraba indeciso y dedicaba sus bríos a dejar correr los ríos del deshielo de la vida que no sabe de qué rifa son los boletos que miran los extraños que la habitan o la sufren o la esquivan o le ponen o le quitan razones para vivirla o perderla o darse cita a tal hora en tal esquina a la sombra de una encina o al amparo de un mamparo o al abrigo de un resquicio de quién sabe qué maldito rincón de este mundo frio desalmado y desprovisto de tantos buenos sentidos como pudieran decirnos a los torpes peregrinos que lloramos y reímos y que vamos y venimos y que no nos damos cuenta ni media vuelta ni oímos en los cantos de cuclillos el color del tiempo herido que se arrastrará indeciso tras el amargor plomizo de los rayos ateridos de un sol que no habrá sabido iluminar el camino ni dar calor al perdido errático peregrino que en busca de su destino se demorará indeciso y dedicará sus bríos a dejar correr los ríos del deshielo de la vida que no sabe de qué rifa son los boletos que miran los extraños que la habitan o la sufren o la esquivan o le ponen o le quitan razones para vivirla o perderla o darse cita a tal hora en tal esquina a la sombra de una encina o al amparo de un mamparo o al abrigo de un resquicio de quién sabe qué maldito rincón de este mundo frio desalmado y desprovisto de tantos buenos sentidos como pudieran decirnos a voces o en el oído a los torpes peregrinos que lloramos y reímos y que vamos y venimos y que no nos damos cuenta ni media vuelta ni oímos en los cantos de cuclillos el color del tiempo herido que se arrastrará indeciso sin saber si fue o si vino o por señas o por guiños si seremos o hemos sido o somos sólo de paso aves como los cuclillos.

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  2. Rafa
    1 febrero, 2015

    Alguien dijo que el Conocimiento es una vocación y no una obligación, y la vocación es un continuo y permanente aprendizaje (no podemos aprender sin enseñar, y viceversa). quizá cuando los valores trascendentes formen parte del sistema educativo, será cuando aprendamos que origen y destino, están indisolublemente unidos, y lo aprendamos a través de todas las personas y las cosas, a traves de la leche materna, del abrazo de un amigo, o de la sonrisa de un niño.

    (Cada uno de los átomos de carbono que componen el cuerpo de la persona a la que amáis, y el vuestro, se formó en el corazón de una estrella).

    Neil deGrasse Tyson, astrofísico y director del Planetario de Nueva York:

    Esta conexión es quizás la necesidad más primitiva del alma humana. Necesitamos sentirnos relevantes, necesitamos sentirnos partícipes de lo que ocurre a nuestro alrededor. Estamos conectados con el Universo. Por el simple hecho de estar vivos.

    En una supernova se producen grandes cantidades de todo tipo de elementos como cobalto y níquel, pero también elementos como el hierro, y lo crean o no, cada vez que ven su sangre roja, parcialmente por el contenido de hierro en sus arterias, ese hierro que tienen en su interior provino precisamente de una explosión de supernova, y ese hierro fue pasado a nosotros por nuestras madres y de los alimentos que comemos, los cuales obtienen su hierro de los minerales que existen en el suelo, como el mismo hierro, el cual forma parte de la Tierra, ya que la Tierra misma se formó del polvo estelar producto de los restos que formaron nuestro Sol, y nuestro Sol fue producto del polvo cósmico producido por una supernova.

    Todos contenemos hierro, todos contenemos átomos que fueron forjados en explosiones estelares.

    Y eso debería hacernos pensar, ya que nos dice que en términos de importancia, la única que tenemos es la que nosotros mismos nos damos, lo que por extensión nos dice también que nuestras vidas en términos cósmicos son insignificantes, y que el significado de estas, en realidad está en lo que nosotros mismos hagamos con ellas.

    O en otras palabras: Nosotros mismos, y no los dioses, forjamos nuestro destino y somos responsables de nuestra felicidad.

    Un abrazo

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  3. Beucis
    4 febrero, 2015

    No nos preguntamos por el por qué de nuestro nacimiento ni de nuestra muerte. Ni del sentido de la vida. Ni de qué hay más allá del último instante. Tal vez porque tengamos miedo y porque inmersos en una vida de trasiego y supervivencia, preferimos no darnos ningún instante de sosiego y reflexión. Mejor así. Cansados de este ir y venir, aturdidos, sin preguntas, sin respuestas.
    Muerte y vida se entrelazan; nos alimentamos de cadáveres; nos calentamos utilizando cadáveres; nos asentamos sobre cadáveres. En nosotros, como una cadencia, muerte y vida bailan un ritmo ininterrumpido. Morimos continuamente; continuamente resucitamos, ¿ Para qué? ¿por qué? Es como si no hubiese finalidad y nosotros, criaturas, estuviésemos, como el holandés errante, condenados a navegar sin origen ni destino. Y esta falta de sentido de transcendencia, mejor dicho: esta elección cobarde de eliminar de nuestra vida el sentido de transcendencia, pasa factura; y mucha. Se acumulan crisis, epidemias, taras de todo tipo. Vivimos más, creo como una posibilidad de poder corregir nuestro rumbo; de poder servir al otro; de querer abrirnos al amor; de querer entregarnos al otro; de redimirlo.
    Tal vez así empecemos a entrever ese nuevo universo más allá de las estrellas y nuestro neocortex alumbrará nuevas constelaciones.
    “Esta noche alumbrarán las estrellas de tu cielo
    La luna entrará desnuda por tu balcón entreabierto
    Y soñarás temblorosa con un lejano recuerdo “

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    • Alta en el Cielo Azul un Ala
      4 febrero, 2015

      Beucis, maestro cuenta historias: Sí que nos preocupa nacimiento y muerte y hay muchos tiempos en que no hacemos más que interrogarnos, a nosotros, a los padres, a los amigos, a los profetas y profesores, pero seguimos en las dudas hasta que la realidad nos obliga a dejar que las respuestas vayan apareciendo con el tiempo, poco a poco o casi nunca, hasta que alguna vez nos topamos de golpe con alguna de ellas.
      Y además la Trascendencia, quizás nos pasamos la vida esperando que llegue o aparezca, o que alguien nos encuentre primero mientras la buscamos. Y es cierto que a veces andamos como el holandés errante, igual que él, buscando donde atracar o que rumbo tomar. Y otras marcamos destino y rumbo para que nos asombre finalmente el puerto de arribo sin haberlo previsto. Ya lo dijo Machado, entre otros.
      Buscarse es encontrarse un poco, a veces.

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  4. Atila
    4 febrero, 2015

    Erase un avez un niño como de nueve años que estaba en la iglesia con su abuela por una celebración familiar, la gente hablaba bajito y la abuela le dio una moneda y dijo:
    -Echa la moneda donde están esas velitas, y cuando e enciendan unas cuantas pides un deseo y se te cumplirá. el niño hizo lo que dijo su abuela y volvió sonriente.
    ¿Qué has pedido?
    -Que destruyan mi colegio.
    -Pero hijo tu no querrás ser un burro y no aprender nada y ser un ignorante toda tu vida.
    –Mira abuela yo es que tengo muchos personajes en mi cabeza y juego con ellos e invento historias y me lo paso muy bien y durante las clases me aburro tanto que me distraigo con ellos y entonces saco malas notas y mis padres me castigan los fines de semana pero yo veo que en mi casa todos estamos castigados porque mis padres tienen que ayudar a mis hermanos mayores a preparar los controles y hacer montones de deberes con ellos, así que están castigados porque no podemos hacer excursiones, ni ver amigos, lo mismo que mis hermanos.
    -Y tu que querrías hacer en tu vida?.
    -Yo quiero se escritor porque los profesores dicen que tanta fantasía y creatividad me hacen perder el tiempo y eso me perjudica para centrarme en el estudio.
    La abuelo se quedo pensando y le dio otra moneda.
    -Vamos a hacer un trato, tu estudias para aprobar sin querer ser un alumno destacado, ya tienes el titulo para la Universidad donde puedes elegir lo que mas te gusta y yo a cambio juego con tus personajes,
    El chico echo la moneda y volvió sonriente

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    • Alta en el Cielo Azul un Ala
      4 febrero, 2015

      Por casualidad: ¿La abuela se había leído la nueva propuesta de grados del VERT y su «mini-misterio»? ¿O el niño era un superdotado sin entendimiento familiar?

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      • Atila
        6 febrero, 2015

        La abuela no sabe eso método Vert y el niño no es superdotado.

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