Párrafo 16.28

16.28 “Aguja y hebra, símbolo de los velos de Maya que difuminan la realidad de los mapas del aire y la geometría sagrada que esconde el organismo humano, en sus recorridos sutiles y evidentes son la base de todos los dédalos. Laberintos a pisar dejando huellas de vida son el amor y el arte, porque de los laberintos sólo se sale volando.”

COMENTARIO DE EL AVENTUREFRO

Podríamos preguntarnos por qué son necesarios esos velos, por qué es necesario que se difuminen esa realidad de los mapas del aire y esa geometría sagrada que se esconde en nuestro organismo; por qué es necesario, en definitiva, ocultar esas partes de nuestra realidad ante nosotros mismos.
Ante semejante pregunta no caben, por supuesto, respuestas claras ni seguras, sólo tímidos tanteos especulativos.
Quizás esa necesidad viene forzada porque nuestra primera forma de intentar acceder a esas partes ocultas de nuestra realidad sería mediante nuestro intelecto y nuestra razón. Y, quizás, de ese modo, no sólo percibiríamos una mínima y distorsionada fracción de ellas, sino que es bastante posible que además nos conformásemos con esa percepción, sin buscar ni anhelar nada más.
Quizás por ello el autor nos señala, específicamente, el amor y el arte. Porque son dos ejemplos muy evidentes en los que ni el intelecto ni la razón tienen utilidad alguna. En ambos se requieren desarrollar otro tipo de recursos, de sensibilidades, de actitudes.
Y ante el amor es también evidente su analogía con los laberintos, y con que de ellos sólo se sale volando.

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5 Comentarios

  1. jose maria Bravo
    6 enero, 2020

    En este párrafo de maravillosa sutileza, el autor nos hace desprendernos de eso que llamamos realidad, en un vuelo al encuentro del Amor y del Arte

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  2. Nuba
    8 enero, 2020

    Nunca ha habido una sóla forma de salir de los laberintos.
    Toda la vida es un laberinto
    Pareciera que alguien va a estar al otro lado del río, o del mar, o de la tierra, tirando de nosotras para sacarnos del embrollo.
    Un punto de vista personal y de los cuerpos de las células de los seres que se meten – sin morir- miles de veces en esos laberintos.
    Siempre he salido de los laberintos cantando.
    Porque cuando una canta y ni siquiera con artes profesionales…antes de cantar, ha escuchado miles de cantos millones de músicas, cientos de miles de veces que se ha tapado las orejas para no sentir un ruido que aleja y si los hilos de las Ariadnas femeninas y masculinas que llegan sin esperarlo, como el Amor, en lo inesperado, en otras sensaciones, en la mirada de los otros, como Amed, como Jorge, como Marga, como Isabel, como Fernado o Jordi, o mis hijos o los desconocidos esos que nos cantan a todos los que escuchemos.
    De los laberintos sólo se sale cantando. Porque antes de volar, tenemos que saber entonar. Bella luna mora creciente que vienes tan especiada con aromas de granadas y flores de brasicáceas.

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  3. Beucis
    9 enero, 2020

    Una gran araña cósmica teje y desteje el destino humano. Crea, sí, pero también envuelve, atrapa y distorsiona. Tejedoras son las Parcas, las Moiras. Ellas crean el hilo de la vida, lo miden, lo cortan, y nos envuelven también, nos determinan. Penélope teje de día y desteje por la noche para burlar a los pretendientes. Tendrá que pagar por ello, porque no hay causa por buena que sea que pueda impedir la evolución de nadie, ni siquiera de los pretendientes.

    Envueltos por los velos de Maya, también nosotros estamos impedidos y obstaculizados en nuestra evolución, pero sí es cierto que tenemos el inmenso poder que nos da el amor, el reconocer que vale el amor, aunque solo sea querer ponernos en el camino, el querer desear llegar a sentir esa plenitud del amor como energía del mundo. Con modestia, con humildad iniciaremos ese camino porque también queremos ser poetas, pintores, músicos…, y lo somos cada vez que nos abrimos y recibimos, cada vez que nos dejamos abrazar por la luz de Las hilanderas, por el ensimismamiento de Lucifer contemplando a Narciso como lo quiso plasmar Caravaggio.

    Ishtar, acompañada por el ritmo, danzará y se despojará de cada uno de esos siete velos que la impiden llegar al amor y salir volando; como hizo Salomé; como tendremos que hacer cada uno de nosotros.

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  4. Panacea
    10 enero, 2020

    Dédalos que aparecen por doquier, tanto en nuestro interior como externamente; dédalos que hay que recorrer sin conocimiento, sin saber, sin raciocinio, pero que son la base de nuestra liberación. El amor y el arte son las herramientas a nuestro alcance donde la convocación y la entrega hacen de baluarte para recorrer caminos intransitados que nos ayudan y nos hacen de guía para salir volando. Mediante la fe y la creencia de que estamos en el camino nos facilita adentrarnos y sumergirnos en la sensorialidad que va más allá de lo fenoménico y nos catapulta a otra dimensión que nos espera para escudriñarnos sus misterios y la alegría de saber que ese es el camino y no otro. Que así sea.

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  5. Rafa
    11 enero, 2020

    Maya es el arte de un Dios desconocido.

    Así, mientras nos abandonemos al engaño de Maya, habremos de vivir en el mundo de los fenómenos que nos muestran objetos separados.

    En varios pasajes de El nacimiento de la tragedia, Nietzsche se refiere al misterioso velo de Maya, cuya eliminación nos lleva a descubrir que todo es Uno.

    Nietzsche cree que el arte puede disolver el velo de Maya, sostiene que el ditirambo dionisiaco es un instrumento para rasgar el velo de la ilusión.

    “En el ditirambo dionisiaco el hombre es estimulado hasta la intensificación máxima de todas sus capacidades simbólicas, algo jamás sentido aspira a exteriorizarse, la aniquilación del velo de Maya, la unidad como genio de la especie, más aún, de la naturaleza».

    El filtro de amor que aparece en Tristán e Isolda no es la causa de la pasión que despierta entre los protagonistas, sino un símbolo del amor absoluto que ya vivían los amantes antes de probar la bebida; las barreras psíquicas que obstaculizaban el camino a la libertad, (laberinto) a un sentimiento que nos impide ver nuestra naturaleza velo de Maya)

    Que el mundo es uno. a pesar del miedo que pueda producir la desaparición de nuestra identidad, La verdad de Dioniso puede aparecer cuando se atraviesa el velo de Maya para llegar al entendimiento de que todo es Uno.

    Lo específico del arte trágico es un enfrentamiento y conciliación de elementos contradictorios.

    Deberiamos dejar de cegarnos con la luz de las apariencias de Apolo y dejarnos llevar por el frenesi Dionisiaco. Desvelar nuestras Mayas que ocultan la verdad.

    Todo es fenomeno y apariencia, nosotros también.

    Sólo la voluntad en nosotros puede lograr que creamos nuestros simbolos transformandonos asi en creadores de nuestro ser viviente, con cuyo placer procreador estamos fundidos.

    Un abrazo

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