Párrafo 18.5

18.5 «Los nuevos pregoneros llegan a todos los rincones emulando la renovada conciencia de Pinocho, como si el ser humano fuera un muñeco de madera que necesita un grillo frotando sus patas entre semiconductores y tubos de rayos catódicos. Construyen personajes de barro y les dan un alma que ellos inventan. La penúltima aportación de este cuarto poder al servicio de los otros tres ha sido la imagen. Bajo el lema irreflexivo de una imagen vale más que mil palabras, los medios se esfuerzan en convencer que todo cuanto muestran es verdad. Y lo consiguen cuando la mayoría de la información que llega al ciudadano está filtrada, polarizada con un mensaje derivado perfectamente diseñado, cada vez más evidente y desposeído de sutileza. Se inventan nuevas necesidades, se crean enemigos comunes, se transfieren como propias las experiencias de otros, se busca la autodependencia desde el colorín y la sorpresa fácil.»

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Vivimos en un momento en el que la llegada de información a nuestro pensamiento nos avasalla, hay un incesante flujo de datos cargados de intereses que pueden llegar a cortocircuitar a nuestros semiconductores neuronales. El problema es que desconocemos que esos semiconductores repiten los caminos más rodados como el cauce de un río que refuerza su trazado cada vez que el agua recorre su camino. Es decir, nuestro cerebro recoge y repite aquello que cultiva, como lo que se siembra en la tierra se recoge más adelante. De ahí, quizás, la proximidad etimológica entre la palabra ‘cerebro’ y la Diosa Ceres.

De esta manera nos convertimos en voceros de opiniones inyectadas desde los medios, de intenciones de otros y de intereses que nos han hecho creer como nuestros. Nos convertimos casi sin darnos cuenta en locutores del telediario de la vida del mundo dejando nuestra propia aventura de descubrir arrinconada en escaparates de sueños de otros. Sin embargo, cada neurona mueve incesantemente sus dendritas sabiendo, aún sin poder verlo, que existe una nueva posibilidad de sinapsis, una nueva posibilidad de encuentro y experiencia en nosotros. Nuestras neuronas solo están esperando que nuestro pensamiento las sueñe hacia a la aventura de un experiencia nueva que ha de nacer desde el cultivo y una intención consciente de crecimiento de nuestra propia subjetividad.

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4 Comentarios

  1. Loli
    23 octubre, 2020

    Miramos “hacia atrás”…en la Historia de la Humanidad…, dando por hecho una sucesión cronológica que no es más que un consenso…y la ciencia, la de verdad, no la doctrinaria, lo sabe.

    Parece que desde antiguo las sociedades arcaicas se asentaban en una “valorización preminentemente metafísica del hombre”.

    Sus asentamientos, cuevas, ciudades y templos, no importa lo lejos que nos situemos en el tiempo, cada vez se comprueba más que no respondían única, ni siquiera primordialmente, a un criterio de mera supervivencia.

    Muchas de las ciudades que se mantienen como “lugares santos”, no responden, ni en orografía ni en condiciones medioambientales, a lo que se podría denominar un sitio propicio para el desarrollo del bienestar, ni siquiera de tranquilidad.

    Muy al contrario, muchas veces nos encontramos con lugares que desde muy antiguo han sido difíciles e inhóspitos, con un subsuelo profundo y repleto de grutas, y con una superficie removida en colinas y montañas.

    El Cielo y la Tierra…y en medio el hombre…venerando lugares donde míticamente encontraba cómo, a lo mejor, aquellas conjunciones, le recordaban, quizás, que su presencia en este mundo respondía y estaba íntimamente ligada…al Cosmos, a lo “no visible”, a la capacidad de hacer crecer su “consciencia”, a la “creatividad”…a lo divino.

    Profundos son los “surcos” y las “cicatrices” que tratan de hacer perdurar mediante mensajes de entretenimiento y confusión, lo que realmente es “perdición” del ser humano, tratar de enterrar y entorpecer la posibilidad de su hacer crecer su consciencia.

    Pero como apunta Aventurero, de una manera, y casi yo diría haciendo proyección de la misma existencia de la vida, y del hombre en la Tierra, una nueva capa de luz quiere ya asomarse e iluminar desde una nueva altura de estrellas en nuestra «bóveda craneal».

    Surcos profundos en nuestras circunvalaciones cerebrales, montículos y una capacidad desconocida de establecer nuevas conexiones neuronales…La Tierra atada al Cielo…por la Montaña, ¿la aventura de descubrirla y escalarla?.

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  2. Panacea
    23 octubre, 2020

    El mensaje inducido está tan asumido e incorporado en nuestra vida cotidiana que lo difícil es cómo salirse de él. Referentes emocionales aprendidos y asimilados que ya contaminan todo el espectro racional de las ideas: se piensa de una determinada manera política, por ejemplo, porque se siente ya previamente de una determinada manera, aunque los mensajes que nos proporcionen sean sustanciales o no; la labor es cómo justificarlo o rebatirlo en función de dónde se halla cada uno, qué selección de mensajes hacemos para seguir sumando a lo que sentimos como algo nuestro. Ahí es dónde pienso se debería meter la lupa, en ese hilo conductor que sin ser conscientes del todo somos prisioneros y nos hace posicionarnos en función de una emocionalidad perversa y manipulada con mucha antelación.

    Poner en entredicho lo que recogemos como mensajes del exterior es una gimnasia permanente que obligaría a cuestionar hasta dónde continuamos siendo crédulos y que, por consiguiente, nos deslizar a ser herederos de nosotros mismo.

    Poner en uso cada vez más la inteligencia, desgranando y detectando lo que nos subyuga y ata a seguir siendo rebaño, es emplearse en fortalecer ese músculo necesario para, según se avance, desenmarañar paulatinamente lo sibilino, lo astuto, lo preconcebido y, en definitiva, lo cínico que se camufla de verdad en mensajes intencionados, donde a veces su obviedad es manifiesta, en otros requiere de mayor finura.

    Por el contrario, si se fuera capaz de estar en tierra de nadie, de dejar espacio al vacío limpiándonos emocionalmente de toda la ristra argumentaria que nos inunda, me puedo imaginar llamando a la puerta esa «aventura del pensamiento» que a veces se intuye y no siempre se nos desvela; algo así como apostar por secundar nuestra ideología para permitirnos ser cada vez más hoja en blanco, y dejar paso a la novedad, y a la sorpresa, y al descubrimiento, aunque en ocasiones nos agreda, desestabilice y nos haga sufrir.

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  3. Rafa
    24 octubre, 2020

    En el famoso cuento «Las aventuras de Pinocho» del escritor italiano y masón Carlo Collodi, se habla de la la influencia de la masonería en la obra en la que el autor trata de mostrar una alegoría sobre el crecimiento del ser humano a través de la verdad y la virtud.

    También este cuento, conocido en multitud de paises, parece estar influenciado por la cultura alquímica en la simbología del homínculo, un ser al que los alquimistas creían poder dotar de vida a partir de materia inanimada y cuyo deseo inmediato era servir a su amo y convertirse en un ser humano real y no ser una mera imitación.

    En el cuento, un grillo simboliza la conciencia de Pinocho.

    A través de la historia, solo unos cuantos individuos, maestros, sabios del conocimiento o verdaderos aventureros han ejercido como guias para producir el despertar de conciencias individuales, a lo que en principio solemos ser perezosos y reacios a hacer, por las circunstancias difíciles que creemos nos rodean y porque afortunadamente nacemos imperfectos aunque con las capacidades suficientes en todos los casos.

    Estos seres con conocimiento, tambien a través de la historia han tenido que ejercer una carga de enorme responsabilidad para enfrentarse a mundos que suelen propagar y atrincherarse en la mentira con sus múltiples formas.

    Pero actualmente, se intenta esconder y dejar sin voz a estos sabios para que los nuevos pregoneros a partir de personajes de barro con alma inventada conviertan el becerro de oro de Moises en un dios personal a través de la imagen, retrato , copia e imitación en un espejo.

    A estos personajes, los fingidos Gepettos, les dotan de sus propias emociones y sentimientos, fobias y afectos para hacerles pasar por seres humanos de verdad pero creados a partir de un muñeco de madera.

    Un abrazo

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  4. Beucis
    26 octubre, 2020

    El cuarto poder envuelve, miente y manipula. Se lanzan mensajes, se crea una información cribada. La imagen se eleva sobre la reflexión serena que quiere llegar al fondo de la realidad. Se impone, se nos impone.

    Geppetto creó un muñeco de madera, le dio una conciencia, se quiso Dios como Dédalo, como tantos otros. En el vientre de la ballena, creador y criatura depuraron sus pecados, desataron sus nudos y, como Jonás, volvieron al mundo renovados. Hombres sí, pero pudiendo llegar a dioses.

    Necesitamos entrar en las profundidades de nuestro ser, renovar, limpiar sus aguas profundas y surgir como héroes que buscan su destino, vencen su Leviatan, el monstruo de las profundidades, nuestro temible demonio interior. No morirá en un abrazo letal como el capitán Akab y Moby Dick, debemos resucitar nuevos del vientre de esta ballena blanca y comenzar caminos de resurrección, donde la imagen se convierta en sabiduría, en Sophia.

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