Párrafo 19.5
19.5 «Todos saben que el grano contiene toda la secuencia del crecimiento de la planta, desde que asoma la raíz hasta que apunta la espiga; la alianza con el agua, la tierra y el sol van despertando cada uno de los pasos que conducen a su maduración. Se podría decir que todos los granos de la espiga que aún no han nacido contienen todos los pasos de la futura planta, de ellos pocos llegarán a su fin. Millones de memorias quedarán en apariencia perdidas en el espacio de la frustración. Los minerales, todas las formas cristalinas desde el diamante hasta el agua, han sido testigos y han formado parte de millones de vidas, y transitorios fracasos e infructuosos pulsos se han fotografiado y filmado en sus prismas. La atmósfera, la tierra, la luz, todo es una magnífica estructura de geometrías sagradas, un multimandala en latencia de memorias interfundidas. La vida no sería más que una suma de oportunidades para ir adquiriendo los lenguajes que pudieran descodificar planos de memoria que mostrarían realidades o secuencias diferentes desde lo referenciado y el referente.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
En el cuento sufí de Las mil noches y una noches, Alí Babá, escondido, accederá al secreto de los cuarenta sabios para abrir la cueva donde se halla el poder oculto de nuestra evolución, al igual que el pez que observa las lecciones de Shiva a su paredra, lecciones de yoga, lecciones que el pez copiará iniciando su camino para llegar a hombre, hombre que quiere ser dios.
Alí Babá pronuncia la palabra mágica: «¡Ábrete sésamo!» y la puerta se abre y su camino también se abre. Esta pequeña semilla abierta mecida por el aire, envuelta en el humus de la tierra, regada por todos los cristales del agua, va a enseñarnos todos los pasos para llegar a planta. Derrotas, fracasos, procesos frustrados, todo queda escrito, todo deja su huella. Solo un ciclista llegará a la meta, pero miríadas de ciclistas fracasados en apariencia le han empujado para alcanzarla.
Largos inviernos en el país de Hades ayudan a Perséfone a germinar en primavera. El sésamo, humilde en su poquedad, nos enseñará el hallazgo del País prometido, con sus luces y sombras, con sus tesoros… Hemos tenido que vencer al dragón que guarda, a Argos (el perro de los cien ojos), pero Ío, Sophia, Helena… iniciará su andadura, será diosa en busca del dios.
Nosotros tendremos que ser como el grano de trigo, como el pequeño grano de sésamo que nos habla el cuento: intentar conseguir nuestra oportunidad, y como el pez que escucha a Shiva o Alí Babá, iniciar ese camino, ser «la rana malva que esconde secretos…» de que nos habla E. Pérez de Carrera para devenir en hombres cambiados, camino de dioses.
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2 Comentarios
Rafa
13 abril, 2021Muchos sabemos que la palabra milagro, proviene de la agricultura, de cada mil – agros solo algunos germinan, se necesitan mil para que se produzca el misterio de la maduración de uno.
Esto fué algo asumido por las civilizaciones «primitivas», si es que lo fueron.
La actitud espiritual y religiosa de estas civilizaciones hacia la vida era algo evidente sin más.
La espiritualidad no era algo aparte de lo cotidiano de la vida, sino la base por si misma de todo lo que se hacía, creia y decía.
Tribus de indios norteamericanos cambiaban el nombre a cada uno en funcion de los pasos y las actitudes que marcaban el tránsito por la infancia la adolescencia o la madurez; en definitiva esa renovacion celular total que se produce en el hombre cada siete años aproximadamente les impulsaba a adquirir lenguajes que pudieran decodificar planos de memoria que mostraban la realidad de un hombre nuevo, respetaban todas las formas de vida como parte de ese milagro.
La ampliación de la consciencia a través de otras formas de pensar sobre todo en sociedades occidentales ha producido otras búsquedas en las que hemos obviado en cierto modo esta magnífica estructura de geometrias sagradas formadas como dice el autor por memorias interfundidas que a veces se expresan comunicándose con nuestro intestino o nuestro corazón.
Por lo que ha llegado un momento en que necesitamos explicarnos permanentemente a nosotros mismos y a nuestros procesos.
En mi opinión estos pulsos en muchos casos transitorios y fracasados se abrirán camino, pues al igual que la espiga, nosotros también llevamos los granos que aun no han nacido pero que conforman todos los pasos del futuro ser humano.
Un abrazo
Panacea
18 abril, 2021Abundan los textos en donde nos hacen referencia alegórica a la posibilidad que se nos ofrece de hacer fructificar y expandir lo sembrado y, en contraposición, al campo estéril, yerto, marchito, donde todo será infructuoso e inservible. Son parábolas, mitos, cuentos, relatos que condensan la vida con todo un envoltorio de posibilidades y caminos a recorrer. Me referiré a dos textos a modo de ejemplo.
Evangelios Apócrifos: Apocalipsis de Esdras.
«…Mientras que aquello que ha sido sembrado no haya sido cosechado, mientras que el lugar que ha recibido la simiente del mal no haya desaparecido, el campo donde el bien está sembrado no aparecerá, pues el grano de la simiente del mal fue sembrado en el principio en el corazón de Adán; el fruto del pecado ha sido producido hasta que llegue el momento de su cosecha.
Piensa tú mismo si un grano de la simiente del mal ha producido tanto fruto del pecado, ¡cuántos frutos innumerables habría producido una simiente del bien si hubiera sido sembrada!»
Rastros de Ananda, por Eduardo P. de Carrera.
«…Ese cuerpo que es el tuyo, algunos lo comparan con un campo; por ello quien lo conoce será llamado el Conocedor del Campo; solo así será capaz de determinar la semilla y administrar el agua adecuada, para que germine el mejor de todos los frutos».