Párrafo 20.10
20.10 «La sensación de realidad única que el ser humano tiene con el cuerpo físico le conduce a definirlo como su auténtica identidad; si además está avalado por la ideología dominante, quedan atrapadas en espacios inconexos las reminiscencias sensoriales de su futuro.»
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Vivimos atrapados entre umbrales de percepción que nuestros sentidos no consiguen traspasar, a sabiendas de que está “realidad” que percibimos no es ni la única, ni la auténtica. Sabemos que suenan sonidos que no alcanzamos a escuchar, que brillan luces que no somos capaces de percibir, que la física nos dice que es imposible tocar ningún objeto… que nuestros sentidos están limitados a una realidad que la ideología dominante considera única y verdadera. Y así, limitados por el rojo y el violeta, creamos una realidad en la que movernos, tomando como principal referencia nuestro cuerpo físico. Y al relacionar nuestra identidad única y exclusivamente con nuestro cuerpo físico, estamos limitando nuestra existencia a la pura supervivencia, sin contemplar otras posibles realidades que nos circundan, que forman parte de nuestra esencialidad, que nos aguardan a la espera de que las descubramos, llenas de misterios que sondear.
Recibimos “señales” de futuro para no caminar a tientas, “reminiscencias sensoriales” que quedan atrapadas en “espacios inconexos” por aceptar una limitación que no existe, por no admitir que pasado y futuro coexisten a través del presente en nuestra configuración energética.
1 Comentario
Loli
4 enero, 2022Las circunvoluciones cerebrales, a modo de profundo laberinto biológico, parecen recoger en sus paredes enfrentadas las imágenes especulares recogidas en sus neuronas, infinitas estrellas aún para nuestros sentidos, unas más visibles que otras para nuestros limitados espacios sensoriales.
Un sentido más, no por apenas desarrollado, no menos presente e importante, el del ritmo, quizás esté buscando hueco entre la maraña de ruido binario que enfanga la comunicación de nuestras estrellas, busca, quizás, abrir los caminos de ese laberinto más allá de la dualidad de cinco sentidos atrapados….
El tercer camino, salir volando…. hacia la luz, también contenida en el laberinto receptor….
Presente de prisión…. porque, quizás, ese ritmo muchas veces recién nacido, esté cogiendo fuerza, las paredes del laberinto podrían limpiarse en algún momento, deshacerse de su azogue, acoger la luz de las estrellas con sus mensajes de futuro, alumbrar y calentar el ritmo que se dirige sin miedo, sin trabas, sin dudas… al futuro.