Párrafo 6.15

6.15 «Los druidas decían que cada vez que un hombre descifra una ley, la graba en sus pulmones y su garganta, y desde ese momento formará parte del patrimonio de todos los que van a nacer; se forma así una cadena infinita de gentes cada vez más capaces de desarrollar felicidad. Por el contrario, los alquimistas afirmaban que todas las leyes están ya escritas en todas las moléculas, y la única dificultad parece consistir en aprender el idioma para descifrarlas. Puede que ambos sistemas parezcan contradictorios. El uno está propugnando el evolucionismo darwiniano matizado desde el impulso individualista, mientras los buscadores de la piedra filosofal parecen afirmar, en contra de muchas ortodoxias filosóficas, que todo está definido e impreso desde el final, y desde una tendencia en cierta forma cercana al creacionismo retratan al hombre como ignorante portador de todas las leyes desde siempre, siendo su incapacidad para leerlas consecuencia de sus desviaciones, y asimismo, siendo la vida el medio para despertar hacia su lectura».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

¿Cómo analizaría este texto un historiador?¿Un biólogo?¿Un filósofo?

El historiador se encontraría con la paradoja de que los druidas, de los que prácticamente nada se sabe, conocían las técnicas de control de la respiración y de modulación de la voz que, en principio, están asignadas a los yoguis y a los brahmanes de la India, a no menos de veinte mil kilómetros de distancia. Es decir, que los druidas conocían ya las técnicas de yoga. Un caso similar lo encontramos en las técnicas marciales que creemos originarias del lejano oriente como el jiu-jitsu que los templarios parece que conocían.
El biólogo se enfrentaría a la paradoja de cómo se lega la memoria del individuo a la humanidad que va a nacer. El filósofo ante la paradoja de que existe “algo” que discrimina en uno mismo lo “bueno” y lo que “no es bueno”, o mejor dicho, que almacena y determina aquello que le va a favorecer y aquello que no; es decir, hay alguien en mí que conoce todos mis desarrollos futuros posibles y elige en función de las circunstancias vitales por las que habré de atravesar.
El físico se vería ante la paradoja de que exista la posibilidad de que se produzca una “grabación” de la experiencia de otro en mí (como indica la teoría de campos mórficos).
En fin, haría falta abrir extensos debates en muy distintas disciplinas para poder comprender este pasaje, para gran parte de la ciencia actual sin duda asombroso y desconcertante.

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7 Comentarios

  1. Susana
    2 diciembre, 2013

    Muy a menudo creo comprender ese paso de lo individual a lo colectivo a través de un vuelo poético que afecta a todo lo viviente incluido, como no, el ser humano. Pero a veces, si me paro a pensar en los procesos biológicos, así por ejemplo en los procesos electroquímicos que intervienen en la interacción entre neuronas, aun siendo un prodigio, no encuentro el mediador entre ese proceso que llamamos físico y el subsecuente proceso psíquico, o si se quiere entre lo sináptico y lo mnémico (esto es a lo que llamamos memoria?). Por eso casi que sería igual de magnífico o fantástico si es uno el que abre la puerta de algún conocimiento y convierte a la humanidad en heredera que si uno desde los comienzos de su existencia es portador del mismo y no lo sabe. Es casi igual que esté grabado en tus células o que lo esté en el aire (como dice la canción), lo que nos falta -y es ahí donde tenemos tarea- es encontrar la clave que deshaga esa dualidad (físico y mental). No se si será otro el lenguaje, otro que no conocemos claro el que construya ese puente. Seguramente si pero ¿cómo hallarle?

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  2. abralacabra
    2 diciembre, 2013

    Pues esa segunda forma de adquirir el registro de las leyes -se supone que divinas de tanto repetirse en las generaciones por origen- debe ser la que nunca se les ha grabado en la genética a la mayoría de adscriptos al Partido Popular, ya que ellos se las inventan según como le vaya la cosa en el mundanal ruido, y siempre a su favor. Y si no alcanzan o llegan a tiempo, se buscan amaños. Y como se conoce que nunca aprenderan del todo ningún otro idioma que les permita el descifrarlas, pues la otra fórmula tampoco.
    Perdonarme este corrimiento hacia la «realidad», pero lo que en éste momento intenta el pueblo español, o gran parte de él, es entender como ese grupo humano organizado para gestionar un país, éste país, puede ser tan torpe como para no poder profesar, recurrir, a esas leyes grabadas donde sea.
    Sí, ya sé que me criticareis por este comentario no sólo político sino poco espiritual, según la medida aplicable a las «49….». Que le vamos a hacer, mucha gente está sufriendo esas consecuencias.

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  3. Afrodita
    3 diciembre, 2013

    Releo varias veces el texto y no encuentro que haya una absoluta divergencia entre la aseveración de los druidas y la afirmación de los alquimistas. En ambos casos existe una interdependencia entre el individuo y la humanidad entera.
    Si en el primero es el individuo el que —por medio de su “descubrimiento”, su haber descifrado una ley — aporta un grano de nuevo saber a todos los que vendrán después sólo puede ser porque la ley que descubre ya estaba siendo una realidad, teniendo entidad en alguna parte, y esa alguna parte estará siendo deudora, de algún modo, de todos los que ya fueron antes; en el segundo… En el segundo, vuelvo a releerlo, lo que se afirma es (o es que estoy yo muy tonta) prácticamente lo mismo porque, que a ver si es que no lo estoy razonando bien, lo que descubren los druidas es lo ya escrito en cada molécula que dicen los alquimistas.
    Ocurre también, claro, imagino, que como no todo ni en el individuo ni en la humanidad es limpieza y pureza, el uno y la otra se interfieren, se imbuyen respectivamente no sólo de sus avances y de sus aciertos y sus logros sino también de sus fracasos y de sus errores.
    Entonces, ¿cuál o dónde está la madre del cordero?
    ¿La humanidad no es como debiera por culpa del individuo o el individuo no es como debiera por culpa de la humanidad?
    ¿Cuál está poniendo la zancadilla a cuál?
    ¿En qué medida no se está siendo víctima y verdugo al mismo tiempo?
    A Abracalabra:
    A mí no me parece tan fuera de lugar tu comentario. A fin de cuentas todo cuanto el ser humano busca y desea conocer parece lógico que, además de encauzarlo a un fin superior más o menos espiritual o intangible, haya de tener una materialización en la realidad que con nuestros cuerpecitos hemos todos de vivir cada día.
    Aunque creo también — quizás porque nada es unívoco ni excluyente ni exclusivo ni lineal — que concedemos un valor un poquito desmedido a la política y a la forma en que influye en nuestras vidas. Que veneramos (aun para denostarlos) a los políticos como si fueran dioses y nuestra felicidad dependiese (exclusivamente) de ellos y de su hacer o su no hacer.

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  4. Nuba
    3 diciembre, 2013

    Yo esto aquí y ahora, me lo planteo como una cuestión de equilibrio.
    Creo que esos mensajes que somos capaces de transmitir sólo toman cuerpo y memoria desde el centro. Y a veces, especialmente ahora, me siento como una rama de bambú o una hoja de junco, ahí, agarrada al agua y a la materia de lo que soy, mirando al cielo y a la tierra.
    Nos empujan, empuja la vida, empuja nuestra fuerza y sólo desde la calma o comunión de lo externo con lo interno somos capaces de empezar un movimiento o de pararnos si corríamos demasiado.
    La cosa es que cuando nos empujan y debemos cambiar por encima de nuestra dignidad, cuando vivimos injusticias que nos llegan de pronto, exigencias y presiones, cuando hemos vivido la mayor parte de la vida en incertidumbre, hemos aprendido a valorar esos momentos de creación pura, individual, o transmitida por otros, desde el Arte objetivo, que nos permiten acercarnos a una gama de colores desconocida, desde dentro y desde fuera y apreciarla, para asimilarla.
    Creo que aunque las potencialidades pudieran estar en el genoma y/ó en la forma en la que nuestros circuitos corporales estén diseñados, hay gente con capacidades distintas a las mías que yo, aunque quisiera, no podría desarrollar con la facilidad de otra, y esta segunda parte , la del desarrollo , viene dada desde fuera, desde la memoria, el lugar, los espacios y las experiencias que vamos incorporando. Todas. También las penas, también el dolor de los otros, las amarguras. Hoy me comunican que tengo que cambiarme de lugar de residencia si quiero continuar trabajando y no puedo evitar romperme, y entonces en ese bamboleo me miro víctima y odio ese sentimiento, no lo odio por tener que vivirlo, lo odio porque no soy lo suficientemente «iniciada»( para nada) como para en este momento decirme que lo que importa es el aquí y el ahora, como los budistas, y entonces la respiración ya no la domino, ni escucho la música de las esferas, y se emborrona la visión en colores.
    Por eso es que a veces está bien volver a leer los mensajes esenciales, de uno mismo o de los otros.
    Esos que estaban ahí puestos para generar felicidad y recordarnos lo transitorio de los circuitos del llanto, y quizás con la esperanza en lo aprendido, podamos otro día volver a ellos. Cuando el equilibrio se restablezca.

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  5. Beucis
    5 diciembre, 2013

    La lucha de teorías sobre el desarrollo del hombre; lucha entre darwinianos y creacionistas que aún perdura, se nos antoja el reflejo, distorsionado por el espejo de nuestros sentidos, de una realidad distante, pero que es nuestra realidad, de otros mundos paralelos que druídas y alquimistas alcanzaron y conocieron. Pueden ser las facetas de un todo que poetas y místicos poseyeron en sacro oficio y que comparten y nos enseñan.

    En nosotros está la voluntad de querer alcanzar las llaves del Reino, de convocarnos y pedir al arcángel esas llaves que están en el fondo del mar, de ese mar que nutre nuestras células y que deberemos tener limpio, para poder abrir y descifrar nuestros arcanos, las leyes y mensajes escritos desde siempre en nuestros pulmones. Cada descubrimiento, cada paso, cada logro, permanecerá indeleble y será nuestro y también un legado para los demás. En una cadena infinita de amor y deuda mística.

    Ningún eslabón de esta cadena deberá fallar. Tenemos esa responsabilidad de redención del otro, como nos enseñó Jesús el Cristo: “ Amaos, como yo os he amado “. Con pureza, sin deudas, como está inscrito en nuestra célula crística.

    Cuando la cadena se quiebra porque hay un eslabón que falla en su compromiso, otro deberá acometer esa tarea. Esa es mi creencia, creo que esa es nuestra tarea.

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  6. Atila
    5 diciembre, 2013

    Un gran escritor dijo a un joven que quería ser escritor tendría que adentrarse a personas y situaciones difíciles de superar, nada de cumplir y tener prisa, si se te han dado unos talentos hay que ponerlos a funcionar al máximo aunque temas fracasar, que te miren por encima del hombro, que te humillen y si te hace esto caer hay que levantarse y sin miedo ir encarando estos problemas.
    El que no cae nunca podrá escribir y el que afronta si porque sabrá lo que es hacer un esfuerzo, sabra comprender al triste y sobre todo aprenderá a amar, y si da algo sabe que se lo esta dando a si mismo y por eso ni le gusta cuando le dicen «gracias» porque detrás de su corazón humano tiene un corazón de oro que suelta un polvillo dorado que sus venas llevan a sus pulmones y a todos sus otros órganos y esto impregnara el aire que respiran otros y que también descifraran lo que el otro ya ha hecho

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    • DUENDE
      9 diciembre, 2013

      »Que os ameis, que os ameis como yo os he amado» sin condiciones, sin prejuicios, sin preguntas, sin peros, madre mia que dificil y que atractivo a la vez, ese camino de entrega….

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