Párrafo 8.22

8.22 «Las dos maneras de contemplar la vida de este tercer tiempo, autoafirmación y autonegación, cierran la puerta a inscribir en el cerebro el interrogante de la ignorancia. El hombre tecnocrático se aleja en progresión geométrica del hambre de curiosidad, saciado por el banquete grosero del bienestar y arropado por la avalancha de informaciones mezcladas e insustanciales. Se pierde la noción de que lo ignorado supera con creces a lo conocido, aunque con ello se pretenda entender el todo. Ni siquiera se asume que cuando alguien nace cambia el mundo, y cuando alguien muere, también».

8_22

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Parece que o hacemos la cosas bien y ya consideramos que no tenemos porqué seguir progresando o que las hacemos mal y nos resignamos a nuestros defectos como algo incambiable. Este baile continuo entre la autoafirmación de lo que consideramos nuestras cualidades o autonegación de lo que consideramos nuestras incapacidades, nos atrapa en la creencia del “soy como soy”, de una especie inmovilismo en el que no se adivinan posibilidades nuevas porque nos hemos convencido de que ya nos conocemos. Igualmente definimos que conocemos nuestro entorno y a los demás, y si no siempre nos quedará Wikipedia para que nada se nos escape, o siempre habrá un experto que sepa lo que hay que hacer, porque ha hecho de la repetición el sustituto del conocimiento.

Desde los gobiernos se difunde la idea de que todo está bajo control, que nada se nos escapa, que el devenir de los acontecimientos es cuestión de las decisiones calculadas para el beneficio social. ¿Pero cómo podemos confiar en que la solución de algo esté solamente en corregir lo “malo” por lo que ya hemos definido como “bueno”? Decía Einstein que no podemos resolver un problema desde los mismos elementos desde los que se creó. La ignorancia nos hace conformistas y estáticos y, como ya sabemos, el agua estancada durante mucho tiempo no se puede beber.

La búsqueda de lo que ignoramos es en sí misma un movimiento expansivo, más cerca de la ciencia y de lo creativo, más cerca del disfrute intelectual y estético. Quizás, en el cultivo de estas cualidades es donde radica la posibilidad de acercarnos a la dimensión real de lo que somos.

Añade a tu lista

4 Comentarios

  1. El cautivo cuando a solas
    26 abril, 2015

    – ¿De qué sirve haber un día imaginado ser libre y dueño de hacerse grande comprendedor de a qué sirve ese sentimiento extraño, ajeno a sólo saberse y próximo sin embargo a no ignorarse perdido, errante y sin horizonte, anclado de los amarres sujetos a peregrinos intereses que no importan y obstaculizan el limpio nada más ser un ser vivo que será lo que Dios quiso que fuera de las fronteras del cuerpo artero y altivo fuese aquello que Él dotara de razón que traspasando los límites de las sombras que lo mantienen sumiso a esclavitudes que rondan el filo de la estulticia lo colocará al alcance de la mano de la gloria que aguarda a los que no buscan más en ella que otra cosa distinta de lo que ofrece la vanidad mentirosa?

    Preguntaba a grandes voces la voz interior que el hombre escucha cuando en la noche y sin otra compañía que el silencio que se quiebra con los fragores del día se ve sumido en la enorme quietud que mueve a ver viva la luz del entendimiento que silenciosa lo invita a buscar en su memoria el futuro que olvidase cuando soñó que vivía.

    Y el hombre no contestaba, y al sueño se resistía, y no doblegaba al hombre deseo que ya no sentía de permanecer dormido por beber más de la tibia embriaguez que lo embargara cuando, creyéndose libre, sólo escuchaba las voces de pasiones y de frías pulsiones que maniatado a sus miedos lo tenían.

    Y se callaron las voces, las de fuera, con sus ruidos, y sólo quedó en el aire el silencio que el cautivo escuchara cuando a solas, al volver de un día perdido entre cadenas y amarres a intereses peregrinos, se aprestase a ya sin miedo, bien despierto y sin prejuicios, dejarse llevar tan sólo de la mano hasta la gloria que aguarda a quien no sucumbe a vanidad mentirosa.

    O, que también (o tampoco) puede ser:
    http://dimequeno.livejournal.com/2525.html

    Contestar
  2. Nuba
    28 abril, 2015

    Ay,
    a mí lo que de veras me gusta es la «doctrina» de las peluqueras , esas que no tienen local. La doctrina de las modistas, la de las masajistas, la de los artesanos, los que de pronto estás en un lugar sin tiempo y te regalan un anillo hecho de hoja de Drago, y tu te lo pones y te entra una cosa por dentro que no hubiera sido más valioso con una piedra preciosa….

    Me gustan las doctrinas de los generosos por serlo, es decir por nada, o sí, quizás por una sonrisa.- aunque lo que se nota es su propio semblante cuando te miran.
    Por eso me gusta tanto aquella doctrina del pájaro que de pronto oyes en tu ventana mientras aún estás dentro de tu particular sueño, o la otra, la del sonido que hace el aire en un momento dado contra la ola en un sólo, único, preciso, puesto ahí para quien lo quiera. O el roce de la mano de tu hijo/hija, amigo, amante..( amante de las tantas formas de amor…) da lo mismo, amante.
    Esa mirada, esa mano, ese gesto, que sin mediar otro lenguaje que el suyo, entiendes como un amor que inunda un instante tu espacio.

    Esa doctrina de los que ya murieron y te visitan -con el recuerdo, con el olor determinado que los caracterizaba, con su manera de decirte que siguen ahí velando…
    Y esa doctrina de los que una vez, sólo una, pero suficiente, se cruzaron contigo para mostrarte alguna pena, algún ruego-SOS, alguna pequeña mota de alegría fugaz y pasajera y por eso infinita en el instante que ocurre, esa doctrina oculta y clara, la de los vivos, la de los que aún y siempre vamos a ir de ida.
    Gracias a muchas … aún muchas, peluqueras, que se ríen del corte imprudente que le has dado a tu flequillo y se ofrecen a ponerte guapa con su manejo hábil de las tijeras.
    Al final deberían imponerse las doctrinas únicas de la sonrisa, la caridad, y los abrazos. Enfin, todas ellas con un poder absoluto sobre toda la demás tontería reinante.
    Porque estas doctrinas, las de las peluqueras- pájaro de mi relato, son a color, mientras que las demás son distinguibles por ser de un aburrido blanco y negro.

    Contestar
  3. Atila
    1 mayo, 2015

    Es difícil trascender a una búsqueda mas espiritual y trascendental cuando nos están bombardeando desde la televisión y otros medios de comunicación como por ejemplo: tener un cuerpo maravilloso, una melena fuera de serie, un coche a ser posible mejor que el del vecino para que este rabie un poco, cambiar nuestra cocina, hacer unos viajes en crucero donde te divertirás con fiestas y disfraces, y muchos pican pero nadie explica cuanto hay que pagar, pero te dicen que de eso no hay que preocuparse.
    Cuando vas a una reunión y alguien dice que una persona se ha muerto siempre varias voces te dicen que hemos venido a divertirnos y no hablar de cosas tristes y tampoco se puede hablar de enfermedades y entonces un «sabio» dice:
    ¡ A las penas puñaladas!
    Pues no, a las penas hay que buscar una persona justa que se compenetre contigo y que entre las lagrimas te ayude a esbozar una sonrisa porque la anécdota que te ha contado tiene mucha gracia.

    Contestar
  4. Mandrágora
    1 mayo, 2015

    Y no sólo se pierde la noción de lo ignorado, sino que se pierde la noción de lo auténtico. Llega un momento en que lo que se capta ante lo novedoso está tan enmarañado de sensaciones inducidas y aprendidas que no se aprecia lo que de verdad transforma y eleva por no saber reconocer el artificio. Cuántas veces se nos vende a los ojos de los profanos obras de arte como tales cuando no proyectan más que una estética convencional; cuántas veces se nos quiere hacer ver una obra literaria ante lo que es un cúmulo de relatos bien escritos, cuando no mensajes adecuados a las carencias que protagonizan el momento; una pieza arqueológica antigua en donde su valor radica en eso, en ser antigua; cuántas veces no se ofrece un concierto con aparente enjundia y complejidad, buscando una tensión ficticia y un final voluminoso para arrancar el aplauso merecido de un público ya entregado. Una mezcla de argucias en donde el factor sorpresa se mide calculadamente, que no provoque rechazo, que no cree desconcierto, y donde el verdadero arte se centra en saber escoger cuidadosamente y en saber anticipar la exitosa y esperada respuesta. Y todo ello por una falta de recorrido, por pura incapacidad, por carecer y no tener esos referentes veraces e incorporados que permiten catalogar y ponerse en alerta ante lo que de verdad transforma y embellece, y saber desprenderse tranquilamente de lo que no son más que pequeños escarceos dentro de toda un urdimbre orquestada y planificada que busca, ante todo, rentabilizar lo gustoso. Desde ahí, asumir lo que se ignora y no se alcanza no es tarea fácil.

    Contestar

Deja un comentario

Ver tu lista

Tu lista

Borrar lista Sobre

Guarda una lista de tus posts favoritos en tu navegador!
Y volverás a encontrar esta lista otra vez la próxima vez que nos visites.

Powered by HTML5 Storage and Rio Loft.

CERRAR

Send your list to a friend

FROM: (Your email): TO: (Your friend's email): Your message:
Send
Sube arribaSube arriba