Párrafo 13.4

13.4 «Entre los símbolos analógicos más relevantes que se conservan está uno del que bebieron la mayoría de las doctrinas y que se atribuye al viejo pensamiento brahmánico. La representación de la Trimurti ha ido implantándose con variantes en las religiones solares e incluso imprimiendo su sello en las del Libro. Según la Trimurti, el juego de la Naturaleza se lo distribuyen tres dioses, tres atributos en constante dinámica de acción reacción que hacen y deshacen los nudos que forman el milagro de la vida. La primera representación, el impulso creador, corresponde a Brahma, Brahma es el dios que abre el camino del arte, del amor y del trabajo. A su majestuosidad y generosidad se le debe todo el respeto, él conjuga las leyes de la materia para convertirlas en una vida superior, es el dios de los héroes, de los músicos y de los filósofos. La segunda persona de la trinidad Trimurti es Vishnú, el Conservador que se encarga de fijar las experiencias sopladas por Brahma para ir formando la memoria espiritual de la Humanidad, es el símbolo de la prudencia conservadora y el guardador de tesoros, sus altares están llenos de ofrendas de comerciantes, agricultores y propietarios. Hoy podría ser el símbolo favorito de todos los funcionarios. En la tercera representación brahmánica encontramos la clave de la fuerza simbólica que encierran las otras dos. Shiva es el dios de la destrucción, desde este atributo podría pensarse que es el demonio. Pero Shiva permite que Brahma pueda volver a nacer desde la línea del tiempo y que venga con la experiencia que aporta Vishnú.»

COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Brahma, Vihsnú, Shiva componen la Trimurti. Distribuyen el juego de la vida, hacen, deshacen nudos, nudos que crean el milagro de la vida. Importa mucho el equilibrio, la no supremacía en la Trimurti.
Brahma debe ser el gran Creador, el Padre, ese ser todo bondad y majestad al que se debe respeto, que nos abre caminos, que nos muestra la grandeza de ser hombres que deben llegar a ser dioses.
Vihsnú conserva y sella la experiencia de Brahma, imprime carácter, nos fija la memoria evolutiva, nos entrega carisma.
Shiva, como viento huracanado, barre y destruye excesos, protuberancias, limpia los canales por los que deberán fluir renovados las creaciones de Brahma, las energías limpias que de él emanan y que Vihsnú sella como nuevas experiencias.
No debería romperse este equilibrio. No debería Brahma solamente ser el más grande, sería un dios solitario, ignoto, inaccesible; ni Vihsnú convertido solamente en conservador con un peligro de rutina, repetición, posesividad materialista; ni Shiva desmesurado como titán destructor lejos de la redención.
En nuestro caminar, en nuestra apuesta para evolucionar, deberemos intentar la búsqueda del equilibrio, ese difícil equilibrio; saber que las Parcas, Moiras, crean el hilo de la vida, lo tejen, lo cortan y ninguna supera a otra. Las tres se conjugan para que demos el paso de rana a príncipe que nos relata Federico García Lorca. Igual ocurre con la pata de oca, el tridente de los pueblos atlánticos.
Todos estos pueblos desde el nacimiento del sol hasta su muerte nos enseñan lo mismo con distinto lenguaje; nos dan las claves para que podamos leer las páginas del libro de nuestra vida, todas ellas, por mucha dificultad que suponga, por mucho que sea el esfuerzo. En nosotros hay un dios que descubrir. Leer las páginas del libro de nuestra vida, tener fe en nuestro destino, cabalgar los radios que van hacia el sol, cruzar el puente que nos acerca del estar al ser, del ego a Io (nuestro yo, nuestra identidad), haber escuchado al maestro, seguir sus indicaciones de pontífice, saber que podemos deshacer pacientemente el nudo de Gordio, ese ocho místico que labra nuestro caduceo, que concluye con dos sierpes entrelazadas que se extienden como alas, todo ello para dar y recibir amor.
Querer y poder, todo esto porque podemos, porque debemos, porque no nos contentamos con un pájaro en mano, queremos cien pájaros volando.

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4 Comentarios

  1. loli
    21 noviembre, 2017

    Aceptar la aventura de conjugar, acrisolar y convertir en algo nuevo el presente-prisión y las memorias que buscan deshacer los nudos que las inmovilizan, ¿puede que sean cuna y fuente del Valor de Nacer?.

    ¿O quizás lo sea más aún, el momento en el que el ángel sella el rostro del niño-héroe, haciendo así realidad su compromiso de olvido, y vocación de búsqueda, lectura y cumplimiento de la Ley que se inscribirá en sus Tablas aún plegadas?.

    Una Ley que ¿a lo mejor?… se irá manifestando desde la aventura infinita y desnuda del nacimiento,…. al aire…, y a lo que contenga….., desde el grito de la entrega al compromiso, que ya es “fe”, creo, desde entonces.

    El niño nace….,

    Y ya lo tenemos todo preparado para que, desde ese mismo instante, las oportunidades de acceder a sí mismo, y a la lectura de esa Ley que le hará entender y aprender a deshacer los nudos derivados del mayor de todos ellos, ¿el de Gordio?…, vayan siendo cada vez menores…hasta casi desaparecer.

    Sin embargo, creo, que, ese momento que, quizás ignorantes nosotros, identificamos con el “llanto” del niño para desplegar “sus Tablas de la Ley”, sus Pulmones, los Pliegues preparadas para ser “inscritos”, “grabados”, supone un verdadero “grito” de entrega y valor a un “despertar” en una dimensión desconocida, un mundo ignoto de donde beber un elixir misterioso que le llevará a un trabajo,…. no recordado, pero sustentado en una fuerza incipiente que quiere convertirse en principal, en esa dimensión…¿el Amor?…

    El recuerdo de ese momento, quizás sea el origen, o uno de los orígenes, de la “fe»…

    Quizás, también, no seamos capaces de idear ningún modelo que pueda acabar con ella…

    Quizás por eso…la aventura del hombre, como nos lo recuerda en todas sus líneas el autor del libro que tan poquito soy capaz de profundizar y comentar, “sigue siendo posible”.

    Y le doy las gracias por ese continuo recordatorio.

    Y a los que sí trabajáis desde el Aventurero y sus comentaristas, por ello.

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  2. El Aventurero
    21 noviembre, 2017

    Gracias a tí Loli por tus interesantes y apasionados comentarios. Un abrazo!

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  3. Rafa
    22 noviembre, 2017

    Lo que vemos que existe en el universo, existe en realidad en nuestro interior.
    Antiguas civilizaciones, descubrían el movimiento de las estrellas a partir de la bóveda craneal, y conocían sus ciclos mirando al cielo.

    La simbología de la trimurti, está en nosotros y en todo lo que existe. La cábala lo explica con los tres primeros números, y los católicos a través del misterio de la trinidad.

    Pero, que hacemos?, como interpretamos el descubrimiento permanente que Brahma nos sopla a cada instante?.

    Yo, por lo menos normalmente, muchas tonterias.
    Y porqué?, pues porque no leo bién las memorias que Vishnú, tiene escritas en las células de cada uno de nosotros, de tal modo que al final del día, no he muerto ni una sola vez, porque nosotros somos lo creado y también la creación, como dicen algunos poetas.

    (No sé si sabeis que el término brahmin, significa, el que sabe leer).

    Menos mal, que tenemos a Shiva, el dios que mantiene el equilibrio entre la vida y la muerte.
    El dios de las tres caras y los tres ojos; tres divisiones del tiempo (pasado, presente y futuro).

    Shiva, dios de la vida que se regenera, ha de destruir para volver a crear, es el que hace renacer.

    Shiva en fín, es el dios de la totalidad, y nos dice que nada existe en el universo que no forme parte de la divinidad, incluidos nosotros.

    Un abrazo

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  4. loli
    24 noviembre, 2017

    ¿Es posible que….la Trimurti, los tres Dioses, en virtud de creencia en el Hombre, de su posibilidad de crecimiento, se proyecten en El, se …entreguen…en cierto modo, a lo aún primario de su estructura, para ser leídos, descubierta y entendidas las leyes superiores, y ayudarle en su avance?.

    Esa Estructura que viene ¿quizás?, de dimensiones aún no alcanzadas por nuestra capacidad sensorial…, pero a los que los niveles más sutiles de nuestra biología, sí que son más sensibles, posiblemente no seamos capaces aún de respetarla y entenderla.

    Y, sin embargo, intentamos manipularla, y forzarla hacia nuestro infantil estado, mezcla de miedo, despotismo y egocentrismo, diseñando además, modelos sociales que aten bien ese estado.

    Pero el que los Dioses se entreguen al ser humano, en un acto, seguramente, inabarcable por nosotros, de generosidad, no significa que no sean Ellos los que determinan y hacen funcionar Leyes Superiores…divinas..

    Todo aquello que no vemos, todo aquello que las Ciencias ya empiezan a vislumbrar de forma incipiente, quizás debería empezar a tomarse en cuenta en todas y cada una de las estructuras sociales que conforman los modelos en los que nos movemos…..aunque sea desde la incertidumbre de la ignorancia…

    Esa incertidumbre que no soportamos, que nos hace buscar el “empoderamiento” y asegurar nuestras identidades.

    Apoderarnos de la Trimurti….y creer que la podemos manipular y manejarla proyectando y planificando nuestra vida…el futuro…y el de los demás.
    Entonces, tengo la sensación, es cuando esa Triple Divinidad, sí que se manifiesta en su Potencia…., solo para enseñarnos, que sus Leyes están por encima de nuestra aún limitada apreciación de la Naturaleza, que no somos dueños de la misma, ni de la que delimita lo que consideramos nuestro cuerpo, o nuestra biología.

    Y las cosas se nos tuercen, y los pronósticos no se cumplen….porque no aprendemos…

    Pensamos siempre en cosas y situaciones concretas, a las que definimos con unas cualidades y una evolución determinada….le dotamos de una “normativa” en su desarrollo, y a veces a eso lo denominamos como “legal”, y le damos el rango de Ley.
    Leyes consensuadas a más o menos niveles, y con nosotros mismos también.

    Pero luego, cuando no se cumplen, o cuando comprobamos que aquello de que creíamos habernos librado….por habernos escabullido de ello, o creer que lo habíamos “burlado”, parece volver a manifestarse en los momentos y en las situaciones más “inesperadas” de nuestras vidas….la misma “energía encordada”, que busca dejar de ser nudo….se vuelve “espejo” de nuevo…para que nos miremos en ella.

    Y las Leyes Verdaderas, se imponen para recordarnos un compromiso….

    Y las células de nuestro hábitat, se hacen eco, sacudidas por mareas de mensajes distorsionados, alertando la imperiosa necesidad de buscar el espejo sin azogue que nos devuelva el valor….que no lleve a la humildad…que no enseñe, con ella, la fuerza la Trimurti…para cumplir nuestro destino.

    En el ritual de una Fiesta Taurina, el “Pase”, (creo que se llama así, perdón por mi incultura) de la “Verónica”, creo que es uno de los más bellos lances de ese evento.

    Donde ese “hombre-torero”, vestido de “prendas de luces femeninas”, le enseña a modo de “espejo” sobre el fondo “rojo” del capote….el lugar donde el “toro” que ha llegado a ser “noble”, se refleje y ….. comprenda.

    La sangre, roja, vehículo universal,…..de donde llegan los mensajes a las membranas vibrantes, aparentemente temblorosas, de nuestro mundo celular.

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