Párrafo 6.10

6.10 «La sangre se pone en contacto con el aire a través de un órgano endógeno exógeno que es el pulmón. Ese crisol con forma de Tablas de la Ley, como dos montes gemelos, encierra arcanos y misterios aún no accesibles a la comprensión común, pero que intentan convocar al hombre hacia la liberación de su nivel de consciencia. La respiración es una de las actividades orgánicas que parecen merecer una especial atención en cualquier viejo manual de técnicas evolutivas».

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COMENTARIO DE EL AVENTURERO

Inspiramos aire hasta nuestros pulmones y así nuestro organismo respira. También decimos que estamos inspirados o hemos tenido una inspiración cuando una chispa enciende repentinamente nuestras ideas o intuiciones.

A través de la inspiración oxigenamos la sangre y equilibramos nuestro metabolismo. A través de la otra inspiración alimentamos nuestra consciencia y el mundo, en un proceso que no depende de un desarrollo analítico del pensamiento.

¿El aire nos despierta? ¿Pueden las inspiraciones ser encuentros? ¿Fue Moisés un gran inspirado?
La respiración es un acto reflejo, pero al mismo tiempo es susceptible de ser controlada voluntariamente; seguramente no le demos la importancia ni le prestemos la atención que debería tener. Nuestra cultura no practica las técnicas milenarias de respiración que otras culturas sí hacen.

Respirar nos mantiene vivos; respirar bien, o respirar mejor, puede que nos ayude a vivir con una intención más profunda y debería ser una responsabilidad a asumir. En cualquier caso parece que los pulmones son un gran espacio de trabajo en el que se produce una alquimia transformadora. Sin duda, la respiración ejercitada como técnica descubre nuevas conductas que nos acercan cada vez más a la libertad.

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8 Comentarios

  1. Rafa
    28 octubre, 2013

    La respiración es un buen ejemplo de la ley de la polaridad: los dos polos, inspiración y espiración, forman, con su constante alternancia, un ritmo.

    Respiración es ritmo, el ritmo es la base de toda la vida.

    La respiración encierra la polaridad de acoger y expulsar, de tomar y dar. Con esto hemos hallado la simbología más importante de la respiración.

    Goethe escribió:

    En la respiración hay dos mercedes,
    una inspirar, la otra soltar el aire,
    aquélla colma, ésta refresca,
    es la combinación maravillosa de la vida.

    Todas las lenguas antiguas utilizan para designar el aliento la misma palabra que para alma o espíritu.

    Respirar viene del latín spirare y espíritu, de spiritus, raíz de la que se deriva también inspiración tanto en el sentido lato como en el figurado. En griego psyke significa tanto hálito como alma.

    La doctrina hindú nos enseña, que la respiración es portadora de la auténtica fuerza vital que el indio llama prana.

    En el relato bíblico de la Creación se nos cuenta que Dios infundió su aliento divino en la figura de barro convirtiéndola en una criatura «viva», dotada de alma.

    La respiración actúa en nosotros, pero no nos pertenece.

    El aliento no está en nosotros, sino que nosotros estamos en el aliento. Por medio del aliento, nos hallamos constantemente unidos a algo que se encuentra más allá de lo creado, más allá de la forma.

    La respiración hace que nos mantengamos en esta unión.

          Aquí reside su importancia: la respiración impide que el ser humano se cierre del todo, se aísle, que haga impenetrable la frontera de su yo.

    Por muy deseoso que el ser humano esté de encapsularse en su ego, la respiración le obliga a mantener la unión con lo ajeno.

    Recordemos que nosotros respiramos el mismo aire que respira nuestro enemigo.

    La respiración nos une constantemente con todo. Por más que el hombre quiera aislarse, la respiración lo une con todo y con todos.

    Este contacto entre lo que viene de fuera y el cuerpo se produce en los alvéolos pulmonares

    El contacto que establecemos con los pulmones es indirecto, pero obligatorio.

    No podemos evitarlo, ni siquiera cuando una persona nos inspira tanta antipatía que no podemos ni olerla, o cuando otra nos impresiona tanto que nos deja sin aliento.

    Un saludo

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    • Nuba
      31 octubre, 2013

      Es una reflexión muy profunda la que nos regalas, hay algunas frases esenciales muy bellas,
      » el aliento no está en nosotros sino que nosotros estamos en el aliento»
      Es lo que deberíamos no olvidar o tener presente en cada ritmo, solsticio y época.
      Hay sin embargo algo que me dejó dudosa, porque estaba totalmente convencida de lo contrario.
      «Respiramos el mismo aire que nuestros enemigos» No lo se, creo que si nuestros enemigos y nosotros «respiráramos el mismo aire» .. sería un caos! ( risas) porque o bien nos haríamos amigos de los enemigos o los enemigos se harían amigos nuestros?..
      Que no es en broma, no se si se entiende.

      Buen día de Santos, Difuntos y Castañas para todos. Esta es una época donde a mí me gustaría tener savia en vez de sangre, como los árboles.

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  2. Mandrágora
    29 octubre, 2013

    Sabido es que cuando se presta particular atención al modo de respirar, puede lograrse la calma, serenar los pensamientos, activar la concentración, desactivar la agresividad, etc., etc., etc. Sin ni siquiera intuir las profundidades y los posibles que puede ofrecer algo tan natural y evidente como es el respirar, sí parece ofrecerse en este párrafo la importancia de la oxigenación como medio de liberación. Entiendo que habrá de ser buscada y realizada con consciencia, de lo contrario, seguiremos utilizando tanto los pulmones y, consecuentemente, su transmisor sanguíneo informando al resto del organismo, como mero utensilio, como mera mecánica, no facilitando la sintonía a otro estado o, como decía el Aventurero, sintiéndose «inspirado» por haber conectado con no sé sabe qué, pero sí se sabe que se respira mejor y entran aires de felicidad.

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  3. Beucis
    30 octubre, 2013

    Y estos elementos sutiles, informaciones, que no puede comprender nuestro razonamiento dual, pero que nos influyen, modifican y nos ayudan a crecer, a evolucionar y a ser mejores, vienen a través de la sangre en contacto con el aire. En esos montes gemelos, en esas Tablas de la Ley, que portamos, que nos conforman, ahí tiene lugar el encuentro, la convocación que nos llevará a abrir nuestros arcanos, a conocer nuestros misterios. Como hombres del futuro, podremos prepararnos, ir hacia el arcano, an—arqué, anarquía, con toda la pureza de su significado libre de connotaciones negativas.

    Este compromiso de hombres en busca de futuro, tal vez explique ese anhelo viejo de limpieza de sangre; de adquisición de esa sangre azul, distinta a la roja portadora de hierro; sangre azul que, equivocadamente, pero con una cierta verdad conceptual, se han atribuido determinadas sociedades y clases sociales.

    Nos podríamos preguntar si la gran mancha azul en la garganta del dios Shiva, que muestra su compromiso de redimir los pecados del mundo, puede ser un referente y una responsabilidad a la que deberíamos aspirar y si esa posibilidad de redención del otro, iniciaría el cambio de nuestra sangre roja, de nuestra luz del hierro, en sangre azul que escapa de la oxidación, que redime al titán, a Lucifer para que se convierta en la luz bella de la iluminación.

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  4. Rafa
    1 noviembre, 2013

    Claro Nuba, que nuestros enemigos respiran el mismo aire que nosotros, lo que ocurre es que su proceso al recibir el aire y devolverlo de nuevo, es distinto en cada individuo.

    No ya nuestros enemigos, imagínate por ejemplo un enfermo de asma.

    ¿Que relación con el aire tiene un asmático?.

    El asmático trata de tomar demasiado, llenándose hasta rebosar, y cuando tiene que dar, llega el espasmo; produce una perturbación del equilibrio, el flujo respiratorio, se interrumpe porque se excede al tomar, y luego no sabe dar, y entonces no puede volver a tomar lo que tanto ansía.

    ¿quiere recibir solo lo positivo? o ¿quiere recibir más de lo que dá?

    Te invito a que investigues sobre el tema, porque es apasionante.

    ¿que simboliza un suspiro o un bostezo?.

    Los indios norteamericanos, en algunas ceremonias fumaban la pipa de la paz (siempre ha habido fumadores), y cuando lo hacían se paraban en el deseo, con lo que se ponían al servicio de la tribu.

    Pero esto ya sería adentrarse en el «pranayama», y eso son palabras mayores, por lo menos para mi.

    Buen puente.

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    • Nuba
      7 noviembre, 2013

      Siento el retraso, ummm el asma, tema apasionante para una amante de macrófagos.
      creo que tiene causas variadas y no exclusivas- que se lo pregunten a los pobres con silicosis, pero por supuesto que la visión que das no es nueva para mí y el bostezo y el suspiro y la risa… de acuerdo si, siempre que no se añada culpa ni a ésta enfermedad ni a ninguna otra pero sí la responsabilidad de poder mejorar o intentar vías de respiración alternativas.
      Yo sugiero la Granada, si, es época, son tan buenas para el astma, para la sangre y para el sentido del gusto, y están ahora, ahí, cayendo de los árboles.
      Aquí nuestros queridos corderos, a los que adoro, tienen cada vez más lo que los Veterinarios llaman » síndrome respiratorio ovino».. y me acordé hoy de tí por eso, es interesantísimo, completamente relacionado con la respiración, con la ventilación, por que son animales que han estado siempre al aire, y literalmente se mueren por quererlos proteger y encerrar en las explotaciones..
      Gracias por tu comentario

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  5. José
    2 noviembre, 2013

    Perez de Carrera, nos habla de la circulación de la sangre y del encuentro con la respiración.

    Se dice que el Prana es quizas la misma vida, es el mismo funcionamiento de la vida . A través del Prana, de ese ritmo respiratorio, de esa conjunción vital entre sangre y latido, abrimos la Voluntad, nuestra Voluntad, al Conocimiento.

    Deshacemos el orden para a través del ritmo transformarnos.

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  6. Valentina
    2 noviembre, 2013

    Cuando algo enfada se dice “me hierve la sangre”. Cuando se siente congoja parece que cuesta respirar, como si faltase el aire. Cuando estamos cerca de personas que no nos agradan el ánimo se ensombrece aun, incluso, aunque no conozcamos a la persona de nada y no acertemos a detectar en ella, en su apariencia ni en sus palabras ni un su voz, algo que nos produzca rechazo. Pienso a veces que tal vez sea por eso, porque el aire que expele va cargado de su “yo” y ese “yo” entra en conflicto con el nuestro.
    Y sin embargo, Nuba, no podemos evitarlo. Ese aire expirado se mezcla, sin que le podamos poner fronteras, con el aire que respiramos todos los demás y que a su vez de alguna manera nos impregna.
    Una vez leí, o escuché en alguna parte, que podemos negar a los enemigos todo menos el aire.
    Y eso es una faena, la verdad. A mí a veces me hierve la sangre de sólo pensar cuántas veces sin querer me habré cruzado con un criminal al que, a lo mejor, porque muy correcto me ha sujetado una puerta al pasar le he dedicado una sonrisa al decir gracias.
    Y también con lo bueno. También la bondad impregna el aire de los demás que los respiramos. Y, así, en ese ir y venir de aires respirados y compartidos, se va forjando algo de de lo que somos cada uno.
    Beucis, me ha gustado la explicación que das de lo que significa sangre azul. Cuando era niña alguien me contó que se la llamaba azul porque a los nobles, como tenían la piel tan blanca porque no tenían que trabajar y no les daba el sol, se les transparentaban las venas. Pero esta es más bonita.

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