Párrafo 6.8
6.8 «Es quizás la sangre la sustancia orgánica con menos problemas de rechazo, más transferible entre los seres humanos. Y probablemente su valor simbólico mágico se debe a la peculiaridad de que, siendo un vehículo común, transporta elementos esencialmente distintos en cada individuo».
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
¿De qué estamos hechos? A esta pregunta se puede responder de muchas formas. Un filósofo podría decir que somos un alma encerrada en un cuerpo. Un físico quizá respondería que estamos hechos de átomos que se han fraguado en el interior de las estrellas. Un químico tal vez matizaría qué tipo de moléculas se forman con esos átomos. A su vez, un médico probablemente diría que estamos hechos de una serie de órganos y tejidos que actúan de modo coordinado. Y un biólogo seguramente respondería que estamos hechos de células guiadas por una genética. Todos tienen razón. Aunque en el caso del filósofo, no lo podemos afirmar.
Todos estos enfoques, tienen la virtud de despertar en nosotros el sentimiento de lo maravilloso mediante una mirada analítica, en la que la ciencia se atrevería a dar cuenta de la capacidad del cuerpo y de todos sus elementos.
Este conocimiento nos serviría de brújula si no fuera porque estamos muy lejos de sostener que el hombre haya alcanzado una visión completa y sin prejuicios del funcionamiento del cuerpo humano. Y si sólo tenemos ojos y oídos para lo que conocemos estamos limitando la realidad, esa desconocida que enriquece la experiencia humana de muchas maneras, tales como la imaginación, el amor, la intuición, los sentimientos…
El ser humano es el instrumento más complejo y exacto, siempre que asumamos la responsabilidad de potenciar esas capacidades. Según Goethe, la ciencia es mucho más un sendero interior de desarrollo de dichas capacidades que una disciplina encaminada a acumular conocimiento del mundo físico.
El cuerpo es depositario de un tesoro de una riqueza imposible de imaginar que tenemos que descubrir y experimentar; y la sangre, sobre todo, es la expresión de esa vida.
Como corolario, podríamos decir que estamos hechos con una intención que está muy lejos de nuestro entendimiento, ¿no resulta fascinante?
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8 Comentarios
abralacabra
13 octubre, 2013Esto me parece mejor, simple mecánica organicista y necesaria. La cualidad y beneficios sanguíneos se transmiten, no hay otro remedio, tanto por descendencia propia como por trasplante, y ahí se te pueden quedar impresos, o no, las alternativas del otro. Recuerden al pobre monstruo del doctor Frankestein, donde había una parte de él que no quería, que rechazaba la makdad impresa en el cerebro trasnplantado, pero al parecer la sangre decía otra cosa. No es que esto sea muy científico, pero aleccionador sí que es.
Jesús lo quiso ejemplificar en el caliz del vino, claro que había que tomárselo en serio y asumir tal posibilidad de transmutación.
Rafa
14 octubre, 2013En el plano de la simbología religiosa,el nombre de Lucifer es una deformación de Luxferre, «luz de hierro» en latin, se trata del portador de la luz, el que trae el conocimiento a los hombres. Luxferre era una divinidad del panteón romano que como tantos otros dioses paganos fue demonizada por la Iglesia durante los años en los que se extendía el cristianismo, erradicando toda otra religión en el Imperio romano.
Los cainitas, forjadores del hierro, vendrían a representar a los intelectuales que hacen progresar el mundo y que dotan de libertad al hombre.
Este peculiar punto de vista sobre el nombre de uno de los angeles caidos, relacionado con el hecho del demonio o demonios como parte de nosotros mismos;
Me lleva a adentrarme en un plano más científico en el que destaco la siguiente información sobre que el hierro: parece que es un elemento esencial para la vida, puesto que participa prácticamente en todos los procesos de oxidación-reducción.
Lo podemos hallar formando parte esencial de las enzimas del ciclo de Krebs, en la respiración celular y como transportador de electrones en los citocromos.
Está presente en numerosas enzimas involucradas en el mantenimiento de la integridad celular, . Su elevado potencial redox, junto a su facilidad para promover la formación de compuestos tóxicos altamente reactivos, determina que el metabolismo de hierro sea controlado por un potente sistema regulador.
Parece deducirse que, por el proceso de oxidación del hierro de nuestro cuerpo, envejecen nuestras células
Y ahora si me lo permitís voy a volver al plano de la religión, y voy a citaros un versículo bíblico-
LA SANGRE Y EL ORIGEN DE LA VIDA: Según el Génesis en el capítulo 2, versículo 7,Dios formó al hombre del polvo, insufló en sus narices aliento de vida y le otorgó de esta manera el espíritu divino, llamado también espíritu vital o alma. El Génesis, el Levítico, el Deuteronomio y el Talmud babilónico,insisten en la similitud entre el alma y la sangre. El Deuteronomio afirma sin rodeos que la sangre es la vida.
Y yo, a raiz de estas disquisiciones, me pregunto si la sangre a parte de nutrientes para alimentar nuestros procesos vitales, con el hierro, no nos aportará tambien luz, aunque en un primer momento sea luz de hierro, (Lucifer).
ABRALACABRA
15 octubre, 2013Rafa, me parece que has hecho un espléndido desarrollo de los contenidos en la cita del autor, y aún más has incorporado al YIN-YANG ancestral en la dicotomía carnal del hombre con ese Luxferre despreciado por la iglesia católica, y en esos cainitas aportadores de conocimiento científico.
Muy bien, y gracias.
Mandrágora
16 octubre, 2013Puedo entender de lo leído en el párrafo que se nos ofrece que la sangre transmite valores no sólo fisiológicos, con todos los ingredientes que en sí aporta más lo que impregna en su paso por los distintos órganos, sino también memorias cargadas genéticamente y memorias descubiertas por el propio individuo. Entiendo que es como un excipiente donde alberga todo el vivir, quedando impreso para sus sucesores. Pero cuando se lleva a cabo una transfusión, ¿las memorias del que dona se anidan en el receptor o este sólo es capaz de recepcionar la parte puramente fisiológica y lo que pueda aportar de beneficio biológico? No parece que tenga mucho sentido que lo que un individuo ha clarificado y ha limpiado en su vivir cotidiano pueda ser asumido por otro, que no siempre estará preparado y en condiciones de incorporar nuevas realidades, o a lo mejor sí, y es por ello esa búsqueda tan denodada que siempre se ha dado y tantas leyendas que todavía perduran.
Ulises
16 octubre, 2013La lectura del comentario de Rafa del día 14 me ha llevado a una serie de consideraciones, que voy a intentar resumir.
Una función básica de la sangre es el transporte del oxígeno desde los pulmones hasta todos los tejidos del cuerpo. Pero la sangre puede transportar este oxígeno gracias a las moléculas de hemoglobina que hay en ella. Y, a su vez, las moléculas de hemoglobina pueden capturar al oxígeno en los pulmones y liberarlo en los tejidos gracias a los cuatro átomos de hierro que hay en cada una de ellas, que son los que, en última instancia, se unen de forma reversible con los átomos de oxígeno.
Es decir, el hierro contribuye de forma muy importante a que podamos seguir viviendo. Y sin embargo, ese mismo hierro en las estrellas es el causante de su muerte violenta.
Voy a aclarar este último punto. Cuando se forma una estrella no existe hierro en ella. Básicamente está constituida por hidrógeno (que es el “combustible” principal durante la mayor parte de la vida de la estrella) y helio. A lo largo de esta vida se van sintetizando en el interior de la estrella otros elementos químicos más complejos, tales como el carbono, el oxígeno, el silicio, etc., que en su momento, cuando se ha agotado el hidrógeno, pasan a servir de “combustible” y siguen manteniendo la vida de la estrella. Pero cuando en estos procesos se llega a sintetizar el hierro y le toca servir de “combustible”, pues … sencillamente no lo hace y ello acaba provocando la muerte violenta de la estrella.
Resulta curioso este diferente comportamiento del hierro en ambos casos.
Pero no sería justo terminar este comentario sin señalar que en los seres vivos el hierro juega simultáneamente otro papel menos bonito; pues participa en los procesos de oxidación causantes del envejecimiento.
Goyo
16 octubre, 2013A veces, por mis venas, escucho el correr de la sangre que me anuncia los sueños del mañana, y entonces, siento la alegría del niño que juega a atrapar el aire para convertirlo en la sonrisa que, por un segundo, cautiva al decadente adulto.
¡ Hay ¡, ¡sangre derramada del corazón oculto, vertida en una tierra de sol y luna! ¡Sangre de luz y sombra, de dolor y gozo! ¡Sangre del amado, sangre dolorida! Que cuando portes la gota del amor oculto, encuéntreme despierto, para atender al canto que cuenta el misterio de la Bella Dama.
Beucis
16 octubre, 2013Sangre, oxígeno, prana son una trinidad que conforma la vida del hombre, le impulsa y le hace evolucionar. Son vehículos de mensajes y conocimiento, que interrelacionan, pueden enriquecerse, también se pueden empobrecer. Los mensajes de que son portadores, los mensajes que pudiéramos tener impresos desde nuestro principio, se pueden fusionar y potenciar, también es posible que se amortigüen según nuestro estado.
Ese vehículo común que es la sangre, necesita un corazón universal que impulse, dé velocidad y nos una en comunión. Ventura, desventura, aventura en una convocación misteriosa, mistérica, mística. Estaremos incidiendo, seremos responsables de sus deficiencias y de su potenciación; también de lo que aportemos desde nuestra subjetividad. Somos matraz, matriz, de una esencialidad, de una pureza, por lo menos de una actitud que desea la pureza y quiere implicarse para alcanzarla.
Las memorias del corazón deberán recuperarse; sus memorias pasivas, que lastran, desaparecer para dar paso a las memorias del futuro y para fortalecer y potenciar el valor simbólico mágico de esa sangre.
Ipso-Facto
18 octubre, 2013Ahora comprendo a los vampiros. A los de la fantasía transilveriana y a los de verdad, pero no veo que alguno de ambos evoluciones. Se ve que eso de desaparecer no les gusta a ninguna de anbas categorías.