Párrafo 8.19
8.19 «La consciencia progresiva se pone en marcha desde la afirmación analítica de la subjetividad. Y es el pensamiento subjetivo el primer paso hacia el reconocimiento, y el reconocimiento del mundo solo puede lograrse utilizando las herramientas que operan en la consciencia; por eso todavía la realidad está sitiada por los radares sensitivos y los medios idiomáticos que facilitan su comprensión, así como los niveles de lectura más elementales de lo manifestado».
COMENTARIO DE EL AVENTURERO
Así pues, bajemos a la superficie, sin dejarnos llevar en volandas por los cantos de sirenas que nos elevan a los cielos y a las utopías de una comprensión profunda de la realidad. Mucho hay que dudar de los datos que tan pretenciosamente computamos desde ese privilegiado escalón biológico, el de la capacidad de subjetividad, por otra parte tan engañosamente espectacular. El «pienso, luego existo» nos lleva a una trascendencia sórdida y tramposa, en la que llevamos viviendo milenios. Una trascendencia bajo mínimos que sin embargo glorificamos henchidos de orgullo, como gallos al amanecer, sin darnos cuenta de que, tras los arrogantes cacareos, los misterios de cada aurora siguen esperando miradas nuevas ansiosas de experiencia, pues solo las experiencias por vivir pueden hacer estallar los límites de nuestros acomodados y domesticados sentidos.
Cuando todo tiende a la estabilidad de lo conocido, incluso de lo maravillosamente o exasperantemente conocido, ¡atención!, tomemos al menos conciencia de que tenemos apostado un carcelero en todas y cada una de las puertas de nuestra percepción. Carceleros disfrazados de guardias de seguridad que nosotros mismos hemos contratado para estar a la altura de los que han contratado nuestros vecinos.
7 Comentarios
De palabras y sus juegos
5 abril, 2015Cánticos de cantos que rodaron, trinos de jilgueros de papel que enmudecieron, entonar de plegarias que en tomando su para dónde ir se desangraron.
Y voces y palabras y lamentos y risas y suspiros.
Y agitar de banderas del color de la nada en la sombra.
Y el rastro, apenas torpe, del peso de pesares o de causas.
Y el poso, reposado, que dejó un repasar un luego enano.
Pequeño qué será que se fue hastiado.
Harto de esperar a ser hallado.
Hollado sin saber que era el buscado.
Se estrechan, y se acurrucan y se ciernen, sobre el no ser que no será por siempre el nada ya perdido en el recuerdo reencuentro de un que sí y un no… me olvides.
Mariana
6 abril, 2015Y después nada que escribir
Y después nada que decir
Y después nada que pensar
Y después, sólo la muerte
para resucitar.
Beucis
7 abril, 2015Tratar de salir de nuestro laberinto de subsistencia, por un camino que no esté marcado, que conduce a una salida desconocida que nos lleva a un destino lejano, que atemoriza, es nuestra constante, seamos o no conscientes de ello.
Falsos gurús, chamanes y maestros llenos de remedios engañosos que distorsionan mensajes verdaderos. Impostores. Desde siempre han manipulado la verdad y nos han manipulado. Es nuestra responsabilidad no dejarnos confundir.
Tratamos de acomodarnos en nuestro inmovilismo, pero nos acompaña la fragilidad física y psíquica; la carencia de estímulos que justifiquen nuestro quehacer diario y nos interrogamos: “por qué; para qué”. Queremos otro futuro, otra plenitud.
En nuestro juego de la Oca vamos, nos movemos, desde el laberinto al pozo y del pozo a la muerte; pero si alzamos la mirada y queremos, podemos vislumbrar esos arcanos que quieren abrirse en los mares de nuestras células, en la bóveda de nuestro neocortex.
Nosotros, como Alí Babá, estamos ante la cueva del tesoro, y deberemos darnos el permiso. Ese: “ Abrete Sésamo” que nos ofrecerá las mil y una posibilidades; que nos abrirá las páginas de nuestro libro de la vida. Lo que es, en fin, nuestro destino
Afrodita
8 abril, 2015A ver si me marco una pequeña disertación; y a ver, también, qué tal me sale.
Acerca de la subjetividad, quiero decir.
Tengo la impresión (subjetiva, claro) de que la subjetividad está actualmente mal vista.
El fácil escuchar, en conversaciones, “seamos objetivos” o, en un contrastar de pareceres u opiniones, “no estás siendo objetivo”.
Siempre he entendido por objetividad la virtud (o cualidad) consistente en, a la hora de encarar cualquier tipo de cosa, idea, objeto, o lo que sea, percibirlo en toda la limpieza – o “esencialidad”, que si percibo una fregona sucia y la percibo con toda su suciedad puesta la estaré percibiendo en toda su limpieza – que le es incuestionable e inherente.
La subjetividad, sin embargo, es (y también desde mi punto de vista) algo denostado que en cierto modo nos afea y que sería conveniente que nos despojásemos de ella.
No sé si depende de las corrientes, como en las modas, que imperan en cada momento. Recuerdo que hace años, quizá por la década de los ochenta, no acierto a centrarla bien, todo el mundo, cada persona, quería ser diferente del que tuviese al lado de modo que, tanto por sus aspectos como por su qué expresaban y trasmitían, todo aparecía (a mis ojos siempre, claro, pero no lo repetiré a cada paso) envuelto en un cierto encanto multicolor y multiforme.
Años después, y en ello estamos – aunque me empieza a dar la sensación de que la cosa va perdiendo fuerza — algo cambió y a voluntad o de forma inconsciente todo el mundo empezó a tender a querer parecerse a todo el mundo; de manera que, en contradicción con esas “libertades” de que se llenaban tantas bocas, no ir a la moda uniforme y despersonalizada era una especie de estar “fuera de onda”, y qué decir de lo que fuera o fuese osar abrir el pico para soltar algo que no fuera o fuese lo consensuado…
No sé si es eso lo que lleva el nombre de “pensamiento único”.
Pero el mundo, si estoy leyendo bien el texto del autor, es un lugar plano y bastante anodino si lo privamos y nos privamos de las subjetividades respectivas y, también, del no menos denostado individualismo.
No sé por qué se le adjudica una similitud con el egoísmo.
¿Pero por qué ha de ser (si es que en verdad lo es) así?
¿No es imprescindible que el individuo exista, y se reconozca individual, para configurar una sociedad?
Lo que cada individuo aporta de sus peculiaridades al entorno irá, en la medida que sea, modificando ese entorno desde el que cada uno de los otros individuos lo ira modificando a él; que no dejaran ni el él ni los ellos de ser subjetivos por ello, desde luego, pero sí que en las respectivas subjetividades se habrá entreabierto una nueva puerta desde la que, atisbando desde la rendijilla, se seguirá explorándola y explorándose.
Y ya seremos objetivos cuando estemos en posesión de la verdad absoluta.
“Posesión”, he escrito. Alguna trampa de mi subconsciente (subjetivo), como si hubiera de ser conquistada como se conquista un territorio.
Pero quizá sí; quizá todos queremos tenerla y exhibirla como un trofeo que “¡mira, ésta es la mía y es además la verdadera!”.
Hala. Ya he disertado.
Allí
9 abril, 2015Pequeño blues de los abriles
Límite en el tiempo
que anula la memoria
de lo no vivido
Límite en el cuerpo
que la mano y el brazo y la cintura
rompen en el baile
límite en el suelo
que batimos al ritmo
del pié llamando a tierra
límite en las notas de las ondas de aire
octavas infinitas
que la mano o la boca
rozan con la cuerda o la piel..
o el corazón del árbol
( golpes de pecho con el puño cerrado
pum-pum- en nuestra caja-pum-pum-pum)
límite en la mirada que no ve más allá
que no quiere mirar ya tanto..
Y sin embargo
Infinito «in memoriam»
de ese recuerdo
el que sale de pronto
hagas lo que estés haciendo
sin marcar….
en la punta de flor
cuando somos abejas
en el gesto del rizo
que llevamos detrás de la oreja
a la voz de la brisa
en la pupila triste del otro
sin nombre
que te miraba
en la risa arcoiris
de esas coplillas
que se cantan los pájaros
Y además en la lluvia
y allí siempre
como mañana
esa memoria…
estás?
Mariana
9 abril, 2015Otro impulso, de
SAVITRI:
«……………………………………………. Este inmenso mundo material no es más que una prisión: a través de cada sendero hay instaurada una pétrea ley, ante cada puerta los enormes centinelas sombríos patrullan. El tribunal gris de la Ignorancia, la Inquisición de los sacerdotes de la Noche, celebra el juicio del alma aventurera, y las tablas duales y la norma kármica reprimen en nosotros al Titán y al Dios: el dolor con su azote y el gozo con su soborno de plata custodian la inmovilidad giratoria de la Rueda; se pone un yugo sobre la mente que asciende hacia lo alto, un precinto sobre el corazón demasiado grande y abierto de par en par; la Muerte detiene al descubridor itinerante, la Vida.
Así el trono del Inconsciente está a salvo mientras pasa el lento rodar de los eones y el animal pace en el sagrado recinto y el Halcón de oro no puede volver a surcar los cielos.
Pero alguien se irguió y encendió la llama sin límites.
Emplazada por el oscuro poder que odia toda felicidad,
ante el atroz tribunal donde la vida ha de pagar por el gozo,
condenada por la mecánica administración de justicia a la aflicción que penaliza las esperanzas humanas,
Savitri no dobló la cerviz ante la rigurosa sentencia
exponiendo su corazón indefenso a los golpes del destino.
Así ha de doblegarse la voluntad-nacida-de-la mente en el hombre
obedeciendo estatutos fijados en tiempos remotos
admitiendo sin apelación a los dioses inferiores.
En Ella lo suprahumano había echado su semilla.
Incapaz de replegar sus majestuosas alas de sueño,
su espíritu rehusaba aferrarse al suelo ordinario o,
constatando el pillaje de todos los sentidos áureos de la vida,
transigir con la tierra, borrándose de la lista estelar
o extinguir con negra desesperación la luz donada-por-Dios.
………………………………………………………………………………………………………….. «
Rafa
10 abril, 2015«Si me hubieran hecho objeto sería objetivo, pero me hicieron sujeto.»
Otra versión: «Soy subjetivo, ya que soy sujeto. Si fuese objetivo, entonces sería un objeto».
Jose Bergamín.
Un abrazo